Kenma x Kageyama x Suna: Parte 1

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-No puedo creer que nuestros amigos nos hayan hecho esto. -Tobio declaró, sentado en una mesa con sus dos conocidos. -Sé que Sho es entrometido... -

-Kuroo también. -Kenma señaló.

-Ni empecemos con los gemelos Miya, en lo único personal en lo que se parecen, es que son igual de metiches. -Suna refunfuño. -Dije que estaba bien solo... Tengo mi propio departamento, un buen equipo de vóley, amigos... a los cuales debo cambiar, pero... ¡Yo estaba bien! -

-Te entendemos. -Kenma y Kageyama asintieron al mismo tiempo.

-Estoy demasiado sobrio para esto. -El bloqueador central resopló y se levantó para buscar algo que no fuese agua. - ¿Alguien quiere algo? -

-Sí, cualquier cosa que encuentres está bien para mí. -Kenma afirmó con un guiñó. -Mientras pueda olvidar todo esto... -

-Comprendo. -Suna se volvió hacia el menor de los tres. - ¿Kageyama? -

-No suelo tomar alcohol... -Él respondió, inseguro.

- ¿Un daikiri? Me asegurare de que tenga poco alcohol. -Suna ofreció.

-Bueno... -Tobio aceptó.

-Kenma-san

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-Kenma-san... ¿Dónde están las llaves de tu casa? -Kageyama cuestionó, intentando equilibrarse con un Suna borracho sobre su espalda y el ex setter de Nekoma también bastante fuera de sí contra su brazo derecho.

-Está... bajo la maceta. -El dueño de la casa respondió, tambaleándose levemente.

- ¿Qué maceta? -Tobio preguntó, mirando la gran cantidad de plantas a su alrededor, las cuales ni siquiera estaban en macetas.

-Ah, no. -El setter mayor parpadeo. -Esa es la llave de la casa de Kuroo... La mía... La mía... ¿Dónde está? -

- ¿En tu bolsillo no es una posibilidad? O... ¿Qué es eso al lado de la puerta? ¿Una alarma? -El menor de los tres siguió cuestionando.

-Ah, sí. -Kenma caminó lentamente hasta el tablero al lado de la puerta y tecleó algo. Enseguida, la puerta se destrabo sola. -Listo... -

Dos segundos después, casi se cayó al suelo. Por suerte, Tobio consiguió alcanzarlo y con mucho esfuerzo meterlo a la casa sin que se lastimará.

El setter menor dejó a Suna en el primer sillón que vio y ayudó a Kenma a subir las escaleras hasta su cuarto, donde por suerte, el mayor decidió acostarse a dormir sin dar problemas.

-Buenas noches, Kenma-san. -Tobio murmuró y salió de la habitación.

En la planta baja, acomodo a Suna en el sillón, le puso una manta que encontró arriba y se recostó en otro sillón a descansar.

"En unas horas me levantó y me voy... Traer a los dos yo solo fue agotador... y este sofá es muy cómodo... Necesito uno así..." Pensó antes de caer dormido.

Tobio no quería levantarse, estaba realmente cómodo recostado con algo ronroneando contra su pecho, al menos así fue, hasta que asimilo que había algo ronroneando contra su pecho

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Tobio no quería levantarse, estaba realmente cómodo recostado con algo ronroneando contra su pecho, al menos así fue, hasta que asimilo que había algo ronroneando contra su pecho.

-¡¿Qué diablos...?! -Exclamó, enderezándose de golpe.

Un gato de ojos brillantes rezongo, se levantó de su pecho donde estaba acostado y saltó al suelo.

- ¿Está todo bien? -Alguien cuestionó, y Tobio se volteó para ver a Kenma mirarlo desde la puerta de la cocina. - ¿Qué pasó? -

-No sabía que tenías un gato, Kenma-san. -Admitió, levantándose del sillón. -Me dio un buen susto. -

-Ah, sí. -El dueño de la casa sonrió suavemente. -Sora suele acercarse a las visitas más de lo debido, lo siento. -

-No te preocupes. -Tobio suspiro. -Me sorprende que se acostará sobre mí, los animales suelen... no tenerme mucho cariño. -

-Sí, creo que Shoyo mencionó algo sobre eso. -Kenma se río. - ¿Quieres desayunar? -

-Claro. -El menor asintió. - ¿Y Suna-san? -

-En la cocina, desayunando... y quejándose de su dolor de cabeza. -El ex setter de Nekoma le contestó, volviendo a la cocina con él.

-Yo no me estoy quejando, estoy manifestando mi odio hacia la resaca. -El nombrado replicó, viéndolos entrar. -Buenos días, Kageyama. -

-Buenos días. -Tobio sonrió y tomó un muffin de arándanos de un plato.

-Gracias por traernos a salvo anoche, no debió ser nada fácil. -Kenma le tendió un vaso de leche.

-No diré que no fue agotador, pero he tenido peores. -El menor se encogió de hombros. -Al menos, ninguno de ustedes quiso pelearse con una estatua... o con el taxista que nos trajo a casa. -

-El que se peleó con una estatua fue Atsumu, ¿verdad? -Suna preguntó, divertido.

-No... que yo sepa al menos. Fue Korai. -Tobio aclaró, sonriendo. -Y Shoyo casi se pelea con un taxista una vez. Por suerte, Tsukishima también venía en el auto y lo noqueó de un golpe antes de que agravará las cosas. -

Tanto Suna como Kenma se disponían a decir algo, cuando sus celulares comenzaron a sonar.

-Maldición, ¿qué quieren ahora estos dos? -El bloqueador central masculló, sin contestar.

-Ugh, Kuroo me bombardeo de mensajes. -El ex setter de Nekoma se quejó. -No pienso responderle, bien merecido se lo tiene por lo de anoche. -

-Cierto. -Suna asintió. -Osamu y Atsumu igual por arrastrarme a ese lugar. -

Kageyama planeaba dejar que despotricaran mientras continuaba desayunando, pero su teléfono también comenzó a sonar.

-¿Shoyo? -Kenma cuestionó.

-Sí. -Tobio asintió. -Amenazó en sus mensajes con llamar a la policía... Que lo haga si quiere, no pienso contestar. -

Los mayores le sonrieron con orgullo y los tres se abocaron a terminar de desayunar ignorando olímpicamente sus teléfonos. 

15 Historias de Kageyama en Relaciones PoliamorosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora