—¿Por qué el príncipe Sakusa no está aquí? —cuestionó uno de los varios invitados que se encontraban sentados en torno a la bonita mesa que estaba arreglada en medio de uno de los varios jardines del palacio.
—Con todo respeto, mi señor, el Duque Sakusa no es un príncipe, es sólo el futuro amante de su majestad, y hasta entonces... no tendría porqué estar aquí... —respondió con voz asertivas uno de los miembros del consejo, el Marqués Rei, uno de los precursores principales a la conspiración que hacía años le había arrebatado la corona a la familia Sakusa.
—Además es un título regalado, será insulso para el príncipe Tooru tener que aguantar a alguien de la nobleza caída en la mesa. —ese fue Yuuji, el hijo de uno de los condes del reino, futuro conde cuando su padre, el viejo Terashima muriera, también había sido clave en el golpe de estado.
Hubieron más comentarios alentando, abiertamente, a la idea de desalentar la idea de mandar a llamar al amante del joven rey. El antiguo rey, había muerto hacía menos de tres meses, y la entronación del príncipe heredero se había llevado acabo en esa semana, aquella fiestecita de té era un respiro en medio de las grandes celebraciones que se habían realizado desde hacía cuatro semanas, el luto duró un mes y medio, de inmediato las celebraciones para honrar al rey se habían iniciado.
Mucho de los invitados se retiraban, otros se quedaban pues también se iba a hacer la firma del acuerdo de compromiso con la casa Oikawa, la familia cargo de la corona del poderoso reino del Occidente.
Aunque al príncipe heredero le hubiera gustado más la idea de que fuese el príncipe Tooru, segundo príncipe de la familia Oikawa, quien tomara con él de la misma copa de vino sagrado para unir sus destino, la realidad es que en el reino del Centro las relaciones matrimoniales reales entre hombres estaba prohibida, aunque habían existido excepciones, el consejo actual jamás se lo iba a permitir. Inclusive, su petición para que el príncipe depuesto, el actual Duque Sakusa, se volviera su amante oficialmente estaba en pausa, pues a nadie en el consejo le hacía gracia que el joven rey estuviera tan cercano al antiguo heredero. Muchas cosas podían salir mal de esa unión.
Era cierto, los príncipes herederos, el depuesto y el vigente, habían crecido juntos después del golpe de estado y su relación era estrecha. Una cosa era su convivencia bajo la supervisión de las institutrices, los guardias y los caballeros, y otra, muy diferente era una coexistencia íntima en lo privado del lecho del rey donde las intrigas, los complots y los comentarios malintencionados podían hacer nido, pero de eso nada entendía el joven Rey. Él quería a Kiyoomi, el príncipe heredero depuesto. Lo quería, y ese había sido toda su motivación para aceptar el puesto en primer lugar.
—Vaya, así que su majestad permite que le digan a quién y a quién no invitar a su propia fiesta de té —dijo con una sonrisa ladina el príncipe heredero Tooru mientras que daba sorbitos a su té.
Ushijima sólo apretó los puños, sus nudillos se pusieron rojos y después blancos por tensarlos, Tooru no pasó por alto dicho detalle y sonrió más grande mientras comía una fresa, la regla dictaba que no se podía iniciar la comida hasta que el rey diera el primer bocado, pero a Tooru, se la sudaban los protocolos, odiaba a los Ushijima por ser unos usurpadores descarados de mierda, pero eso era punto y a parte de su postura como príncipe y representante de su país en las celebraciones del asenso al nuevo rey del Centro.
—Sólo... aún no es el momento —habló de pronto el rey y todos hicieron silencio, los miembros más viejos del consejo sonrieron con gusto. El rey recién coronado no era libre, no podía tomar sus propias decisiones porque no tenía ningún lazo político que lo fortaleciera, de ahí la importancia diplomática y urgente de casarse con la princesa Oikawa, de esa forma, al menos un poderoso aliado lo iba a apoyar en caso de que su consejo se quisiera insubordinar, sin embargo, esa jugada, que nadie se había esperado y que había hecho casi en secreto el rey cuando aún era príncipe heredero, lo alejaba de lo que realmente anhelaba.
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El consorte de su majestad [SakuAtsu - Haikyuu!!]
FanfictionTras un golpe de estado apoyado por todos sus consejeros, el rey acepta abdicar en favor de la cabeza de la familia Ushijima, nobles de su propia corte. Pidió solo dos cosas: Que su hija tuviera un matrimonio ventajoso, y que su hijo no fuera asesin...