Pájaro de nieve

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Ocurrieron muchas cosas al mismo tiempo. La primera fue que la guardia del rey sacó al príncipe Atsumu de la sala. Lo segundo es que procedieron a explicarle a Sakusa Kiyoomi que a partir de ese momento era considerado como un invitado de estado. Lo tercero que se envió un águila notificándole al rey Ushijima que ellos darían cuidado al príncipe Sakusa a partir de ese momento. Sin más ni menos palabras. 

Se presentaron cada uno de los miembros del consejo y le informaron, también, que como invitado de estado, se hospedaría en el palacio del rey. Los diálogos sobre el plan de acción de ahora en adelante se harían en los siguientes días cuando el consejo tuviera opciones que darle al príncipe, pues aunque estaban viviendo el mejor de los escenarios (con el príncipe Sakusa vivo y con ellos) había sido demasiado repentino. De momento le pidieron a Kiyoomi que descansará junto a sus hombres y que pensará que quería hacer él. 

Sus hombres asumieron de inmediato su papel como guardia, y aunque no usaban una deslumbrante armadura o una elegante capa, seguían mostrándose orgullos tal como los caballeros que eran. La reina en persona fue la encargada de llevarlo hasta el que sería su nueva habitación, la cual era mucho más grande que su habitación en la torre donde estuvo encerrado por años. 

—Muchas gracias —seguía sin poder creer todo lo que estaba pasando, y la reina siendo madre, no pudo evitar acercarse con cautela hasta él para tomarle la mano respetuosamente y acariciarla con un aire maternal. 

—Todo va a estar bien, su alteza —dijo mirándolo a los ojos. 

El azabache asintió lentamente, el pequeño gesto que la mujer le había regalado fue suficiente para hacerlo respirar, no había notado en qué momento lo dejó de hacer. Mojó sus labios y aclaró su garganta antes de que se fuera. 

—¿Puedo hacerle una pregunta, su majestad? 

—Claro —sonrió ella mientras acomodaba su vestido con sus manos con estudiados movimientos. 

—¿Usted sabía quién era yo cuando me vio por primera vez? 

Ella se quedó pensando la respuesta y le sonrió levemente. 

—La mirada de su alteza está exigiendo una respuesta sincera, me recuerda mucho a su madre, nunca le pude mentir a ella —indicó sonriendo—. Mi hijo es bastante impulsivo —señaló—. Sin embargo, el modo en que lo trató, dejándole a todos sus guardias con usted, y él viniendo antes, me hizo sospechar que algo estaba tramando... Osamu es el más sensato y confiable, pero la mente de Atsumu suele ir diez pasos por delante, casi nadie es capaz de seguirle el ritmo, es lo que lo hace un buen estratega militar —explicó ella—, por otro lado... cuando lo vi a usted, sus ojos desafiantes, sus gestos mesurados pero orgullosos... me decían que no era un simple cantinero o posadero... pero no tenia con certeza y seguridad el conocimiento de su identidad, príncipe. 

El azabache mordisqueó su labio. 

—¿Cree que el príncipe negr... el príncipe Atsumu lo supiera? 

—Probablemente sí, pero no debe de enojarse con él, o al menos se lo pido... como antes le he dicho, la cabeza de mi hijo siempre va por lo menos diez pasos por delante, y aunque todos le han recibido con buena voluntad, incluso en nuestra corte quizás existan personas que no estén feliz de recibirle pues es bien sabido que mi hijo tiene una amplia preferencia por usted. 

"Mi príncipe ha estado obsesionado con él desde que es un niño". Fue lo que Kita Shinsuke había dicho cuando emprendieron el camino hacia las Tribus, en el paso de las montañas. El azabache no había tomado consideración a esas palabras hasta ahora que la reina volvía a aludirlo. 

El consorte de su majestad [SakuAtsu - Haikyuu!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora