A poison for love II

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El viaje hasta la Tribu de los Zorros era aproximadamente de seis horas a caballo, se localizaba en una meseta cerca de una depresión colindante a un paso de río. Era una zona famosa por reunir un gran número de fauna en la que los pertenecientes de la tribu se acostumbraban a cazar a muy temprana edad, aquellos que no poseían talento para el manejo de las armas, se adentraban una vez a la semana al bosque que quedaba a unos quince kilómetros de distancia para buscar frutas y trabajar en el campo de cultivo comunitario. 

A Atsumu le encantaba ir cada vez que tenía posibilidad, vivía cerca de dos semanas al mes en la Tribu donde él era el indiscutible líder y jefe, no había persona dentro de la tribu que no aceptara y respetara a su jefe, incluso si este se declaraba consorte de un príncipe extranjero. Ciertamente, aunque nadie cuestionó dicha decisión, hubo incertidumbre por parte de lo que iba a pasar con ellos. Atsumu al declararse consorte de un príncipe extranjero lo más normal sería que él se fuera al país extranjero, sin embargo, eso implicaría que la tribu tendría un nuevo líder y nadie parecía aceptar esa idea, la otra opción es que la tribu dejara de ser sedentaria y volviera a ser nómada como lo fueron hasta antes del nacimiento del padre de Atsumu, no sería nuevo para ellos moverse hasta donde su líder los guiara. 

—¡El líder llegó! —gritó un niño mientras se acercaba corriendo hasta el centro del campamento.

Las personas que estuvieron anticipando la llegada del líder dejaron sus actividades y corrieron a lavarse las manos, recoger aquello que se desacomodó durante las labores y encontrar un buen lugar desde donde recibir a su líder. 

Los más jóvenes se amontonaron contra la barda de tablones de madera que rodeaba la carpa donde era la escuela, mientras que los adolescentes se pegaban entre ellos, emocionados, de ver a su líder, querían contarle las novedades. 

Por su parte Atsumu no paró desde que partió del palacio de Wisteria la madrugada de ese mismo día cuando dejó a Kiyoomi dormido, la comitiva que llevaba a Xiang había partido unas dos horas antes, sin embargo no fue problema para él darles alcance y seguir con ellos el resto del camino. Mientras sus hombres y él iban a caballo, Xiang viajaba en un carruaje individual tirado por cuatro caballos, era más rápido. 

—¡¡Bienvenido!! —gritó un hombre y luego otro y otro más. 

Atsumu sonrió encantado, volver a su tribu definitivamente era regresar a casar. Bajó del caballo tan pronto como sus hermanos lo rodearon y se dejó abrazar por todos. El calor de los cuerpos rodeándolo y el cariño que le demostraron era suficiente para olvidar que estaban en medio de un terrible invierno.

—Pensé que el príncipe negro no iba a regresar jamás —dijo un hombre bastante alto que se hacía paso entre el resto de los miembros del clan. 

—Cállate, estarían bien conmigo o sin mí —respondió el rubio antes de abrazar al sujeto y despeinar su cabello de forma cariñosa.

—¿No vino contigo Meian? —preguntó viendo cómo bajaban de sus caballos Lord Aran y Lord Kita. 

—No, decidió quedarse con su majestad el príncipe Osamu —indicó Atsumu—. Pero te traje a alguien igual de problemático con quien seguramente te vas a divertir, Oliver —lo último lo susurró mientras que le hacía señas para que lo siguiera hacia el carruaje que recién había llegado. 

—¿Alguien problemático? —cuestionó en un tono muy bajito antes de que Atsumu se quedara frente a la puerta que fue abierta por alguno de sus caballeros. 

—Dama Xiang —susurró Atsumu sonriendo de medio lado. 

La mujer salió del carruaje con ayuda de la mano del mismo caballero que le abrió la puerta. 

El consorte de su majestad [SakuAtsu - Haikyuu!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora