CAPÍTULO 16

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NARRADOR

Jeongyeon entró a la oficina de Jimin, dejó una taza de café sobre la mesa y lo miró seriamente, al sentir una mirada penetrante él levantó su vista hasta encontrarse con los ojos de aquella chica.

—¿Sucede algo, cariño? —preguntó dejando de lado el documento que estaba leyendo.

—Sí, sucede que la estúpida de Rosseane sabe que estuve en tu casa y sobre todo que entramos a su despacho. —soltó enojada y golpeó levemente la mesa al recordar las palabras humillantes de Rosé.

—Eso es imposible, Jeongyeon. —la corrigió Jimin levantándose de su asiento yendo a su lado.

—Entonces lo imposible es posible. —se cruzó de brazos y suspiró abrumada, Jimin recordó la pelea que tuvo con Chanyeol y todo cobro sentido para él.

—Estuvieron juntos... —habló Jimin asimilando la situación confundiendo a Jeongyeon. —Rosé y Chanyeol estuvieron juntos en mi casa.

—Te lo dije, ella lo sabe. —tiró de su cabello rendida y Jimin caminó lleno de enojo. —¿A dónde vas? —preguntó irritada.

—Iré a enfrentarla. —tomó la manija y azotando la puerta salió rumbo a la oficina de Rosé dejando con mil preguntas a Jeongyeon y fastidiada, siempre era así.

Jimin la dejaba de lado cuando había problemas, quizás la protegía, pero ella quería ayudarlo, como lo hacen las parejas, ella quería sentirse como una pareja de verdad.

Al estar en frente de la oficina de Rosé, entró alertando a la chica de su presencia, se acercó decidido a ella y la tomó con fuerza para levantarla de la silla, ella se sorprendió de su repentina actitud y se quejó del dolor.

—Estuviste con ese idiota en nuestra propia casa. —soltó con enojo ejerciendo más fuerza en el agarré.

—¿De qué hablas? —Rosé forcejeaba, pero eso solo le provocaba más dolor.

—Una noche antes de arreglar las cosas entre nosotros, estuviste con él en nuestra casa y no lo niegues porque te juro por dios que te haré daño. —amenazó poniendola contra la pared con fuerza, Rosé recordó cada una de las palabras de amor que él le decía cuando empezaron a salir, «Te amo Rosé, nunca te lastimaria» rio amargamente y con toda la fuerza que pudo obtener lo empujó, ahora ella se acercó a él sin tenerle miedo como solía ser antes.

—Si me vuelves a poner una mano en sima, yo soy la que te jura por dios que se acaba éste miserable matrimonio. —lo señaló y cuando miró la expresión de Jimin sonrió satisfecha. —Si la estupida de Jeongyeon pone un solo pie en mi casa pasará lo mismo.

—Te arrepentirías de tus palabras Rosseane, descubriré que tienes con ese infeliz.

—Haz lo que quieras, me importa un carajo y de una vez te aviso, no te pido permiso, no iré a casa por un par de semanas así que no me esperes.

—¿A dónde iras? —preguntó enojado y Rosé rio con enfado, realmente era un idiota.

—¿Ahora te preocupas? Que ironía, yo solo soy un peón en tu vida y aunque lo sea no me meteré con otro hombre aunque quisiera. —habló lastimando el orgullo de Jimin, le dejó en claro que aunque ella hubiera estado con Chanyeol en su casa, el que se debería disculpar, era él ya que escucho cada una de sus palabras.

—Seré tu esposo Rosseane, por supuesto que me preocupo.

—No tienes vergüenza... —lo miró decepcionada, tomó su bolso y se fue de ahí, él intentaba detenerla por los pasillos, pero ella solo lo ignoraba soltandose de sus agarres para no hacer un escándalo en frente de sus demás compañeros de trabajo.

𝕃𝔸 𝕍𝔼ℝ𝔻𝔸𝔻 𝕐 𝕃𝔸 𝕄𝔼ℕ𝕋𝕀ℝ𝔸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora