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CAPITULO 17

NARRADOR

Rosé entró a la casa de sus padres con un semblante serio, al ingresar pudo visualizar a su madre en el jardín regando las hermosas rosas rojas que se encontraban ahí, su madre al darse cuenta de la presencia de su amada hija la miró con mucha alegría, alegría que no tenía Rosé y ella se acercó rápidamente a su madre.

—¿Lo sabías? ¿Sabía que mi padre amenazó a Chanyeol para que se alejara de mí? —la sonrisa de su madre se borró y dejó caer accidentalmente el regador de plantas.

—¿Quién te lo dijo? —tomó su mano preocupaba.

—¡Lo sabías! —se soltó de ella bruscamente.

—Hija, lo siento, pero intenta comprender.

—¡No hay nada que comprender! Pensé que querías que fuera feliz, no entiendo por qué que lo odiaban. —se tomó un segundo para retener sus lágrimas. —Yo realmente lo amaba. —su voz se quebranto lastimando el corazón de su mamá quien se volvió a sentir muy culpable como cuando la escuchaba llorar todos los días por su ruptura y por la ida de Junmyeon.

—Lo siento hija, pero por eso quiero que seas feliz con Jimin.

—¿Es en serio? Ustedes prácticamente me forzaron a aceptar el matrimonio. —la miró con decepción. —No eres tan diferente a mi padre, eso es doloroso. —la miró por última vez y fue al despacho de su padre dejando a su madre muy lástimada y apesar de gritar su nombre desesperadamente, no se detuvo, estaba decidida a saber la verdad.

Sin pedir permiso alguno, ingresó al despacho de su padre tomándolo por sorpresa, al verla enojada empezó a sospechar el motivo de su visita,
«¿de qué va se enteró?» esa pregunta divagaba por su mente.

—Quiero saber toda la verdad, sin más mentiras si es que aún tienes un poco de dignidad. —habló colocando ambas manos en el escritorio, no lloraría como antes porque siempre a estado decepcionada de él por su actitud o solo por ser él, así que sería fuerte por más doloroso que fuera la verdad.

—¿La verdad de qué hijita? —rio recargadose en la silla, poniendo al límite la paciencia de Rosé.

—Tú hiciste que Chanyeol me dejará, ¿cierto?

—Oh, a eso te refieres. —la miró entrelazando sus manos. —Bueno sí, lo admito, mi recuerdo favorito es ver su cara de dolor cuando se lo dije.

—Eres tan descarado... —lo miró de arriba a abajo. —¿Por qué? Dices que me quieres, pero solo me haces odiarte, papá. —él la quería tanto que su desprecio le hacía mal, pero nunca supo como demostrar cada una de sus emociones y siempre resultaba dañando a la niña de sus ojos.

—¡Porque no era suficiente para ti! —se levantó enojado y golpeó el escritorio quedando en frente de Rosé. —¡Era un maldito mafioso al igual que ese bastardo de Junmyeon, por eso lo corrí!

—¿Qué? —Rosé estaba confundida y el Señor Park lamentó haber dicho eso.

Una de las cosas que él no quería que Rosé se enterara era eso, el hecho de que él corrió a Junmyeon y es qué sabía el gran cariño que Rosé le tenía.

—¡¿Corriste a Junmyeon?! —gritó con enojó, lo que creía que había sucedido también era una mentira, Junmyeon nunca la había abandonado porque quisiera. —¡Todo este tiempo me han mentido descaradamente, me dijiste una mentira que creí por completo!

—¡Todo lo hice por tu bien! —se excusó dándole otra razón a Rosé para odiarlo.

—¿Separarme de la persona a la que amaba y de mi hermano, me haría bien? ¡Claro que no! Tu me viste destrozada y no te importo, nadie me lastimó, fuiste tú. —soltó alejándose del escritorio.