Parte 21

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Cerca de media noche y Steve seguía en su despacho supervisando un montón de papeles que se le habían acumulado en estos días cuando escuchó un leve repiqueteo en su puerta. Levantó su vista para encontrarse con Rumlow.

– Pasa, ¿qué ocurre?

– Solo venía a informarte de que vuestra entrada fue más que triunfal. – Comentó Rumlow mientras cerraba la puerta tras de sí y se acercaba a la mesa de Steve. Éste por su parte, se recostó en el respaldo de su sillón mirando hacia el techo para pellizcar el puente de su nariz mientras seguía escuchando el reporte. – De hecho, ahora creen que eres más poderoso al haber conseguido que ________ te cuide las espaldas.

– Si supieran realmente lo que pasa... no me admirarían tanto.

– ¿Te refieres al hecho de que comienzas a sentir algo por ella? – Ante la pregunta, Steve se irguió en su asiento mirando de una forma amenazadora a Rumlow. Tanto que éste tuvo que levantar sus manos en son de paz. – Tranquilo Capitán, no pienso decir nada.

– Claro que no lo vas a decir, porque eso no es cierto.

– Puedes intentar engañarte a ti mismo e incluso a los descerebrados de ahí afuera, pero a mí, no puedes engañarme. Por el simple hecho de que la conozco, sé el efecto que puede tener cuando pasas el tiempo con ella. La gente de ahí afuera se cree que ______ solo es una cara bonita... pero quienes la conocen de verdad saben que es mucho más que eso. Y cuando descubres todo lo que esconde... es demasiado tarde para dar marcha atrás, en ese momento solo puedes admitir lo que ocurre. Que te has enamorado hasta lo más profundo.

– ¿Acaso eso es lo que te ha pasado a ti?

Rumlow negó lentamente con la cabeza para aproximarse un poco más a la mesa y apoyar allí sus manos.

– Ese efecto se me pasó hace mucho, cuando me di cuenta de que lo que sentía por ella era respeto.

Esa palabra caló hondo en Steve, respeto, así es cómo se comenzaba a tener el mejor tipo de lealtad.

Y en cuestión de segundos una idea se formó en su cabeza mientras las piezas iban encajando. Rumlow había sido el que se presentó voluntario, entre todos los topos de SHIELD, para acercarse a ella. Al cabo del tiempo, la estaba defendiendo en HYDRA de todos los ataques que podían lloverle, el primero en preocuparse por su seguridad y el primero en decirle al propio Steve que su plan no iba a funcionar por una sencilla razón.

Porque se trataba de _______.

Porque la estaba subestimando.

Rumlow la conocía, conocía el efecto que tenía en las personas, y sabía que el Capitán no iba a ser la excepción.

Rumlow siempre la había respetado, siempre había sido leal a ella desde que la conocía.

– ¿Cómo...?

– Todo aquel que la conoce está en riesgo de enamorarse de ella y más si es alguien que comparte su espacio tanto con ella. El roce hace el cariño, pero en esta cuestión es el tiempo. Cuanto más tiempo pasas con ella...

– Más riesgo.

– Así es Capitán. Además de que no hay que ser un lince. Compartís cosas en común y el primer día ya dejasteis huella el uno en el otro. Recuerdo cómo hace una semana, antes de la emboscada estabas muy decidido a llevártela, aunque fuera por la fuerza. Recuerdo cómo el plan cambió de la noche a la mañana y nunca mejor dicho, porque aquella misma noche cambiaste de parecer. Entendiste que esa no era la mejor manera o al menos, querías pensar que eso era así. Sin mencionar... la mirada que me echaste hoy cuando te ignoró por venir a socorrerme a mí. Vas a tener que fingir un poco mejor si no quieres que todo el mundo se dé cuenta Steve. – El nombrado volvió a recostarse para mirar hacia el techo, no podía negar que todo lo que Rumlow le había dicho era nada más que la verdad.

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