Parte 34

3 2 0
                                    

– ¿Dónde diablos te habías metido? – Se escuchó el grito por todo el hangar cuando Rumlow llegó corriendo al observar cómo una nave aerodeslizadora había aterrizado allí. – Llevo horas buscándote y tú por ahí con tus paseos rutinarios. – Siguió gritando observando como Steve llegaba a suelo firme para darle una amistosa palmada en su hombro.

– Tranquilo hombre, esta vez el paseo ha sido fructífero. – Ante la confesión, Rumlow lo observó bastante impresionado.

– ¿Qué quieres decir? – Preguntó esta vez en un tono bastante más calmado.

– Vamos Rumlow, no hay que ser un lince para saber que significa. Sabes a qué me dedicaba en todos esos paseos. – Explicó poniéndose a su lado para encarar la nave. – Y al final, ha dado resultado. – Finalizó mirando como de esa nave bajaba alguien más.

Los ojos de Rumlow no daban crédito a lo que estaba viendo. Por la rapa de bajada se asomaba una joven morena con una sonrisa tímida en su rostro. Tras pisar suelo firme se quedó quieta esperando la reacción del moreno que aún estaba estático en su lugar.

– Hola. – Saludó ella intentando obtener una reacción por parte del agente de HYDRA, mas la reacción que obtuvo no era para nada la que esperaba.

En cuestión de dos segundos se encontraba entre los brazos de él, escuchando como respiraba de manera forzosa. Un tanto impresionada por el abrazo, elevó sus manos para poder posarlas en su espalda, correspondiendo así a su muestra de afecto.

– Rumlow... – Susurró la joven sin saber qué más decir. Pudo notar algo húmedo en su hombro, y por la respiración que escuchaba proveniente de él sabía que estaba llorando. Si el abrazo no la había dejado ya sin palabras, ese hecho sí que lo hacía. No daba crédito a lo que estaba viviendo, a lo que estaba recibiendo por parte de Rumlow. – Ya estoy aquí Rumlow. – Susurró de nuevo, dando caricias a su espalda para que se calmara.

Una sonrisa tierna se había dibujado en su rostro por esa escena. Era cierto que no se lo esperaba, pero le gustaba saber que había despertado ese sentimiento en el moreno.

Tras unos segundos, el hombre se separó de ella tras limpiarse las lágrimas de manera disimulada. Luego alzó su mirada para observarla con detenimiento teniendo sus manos en la parte alta de sus brazos.

– Estás aquí... – Comentó en alto, mas para si mismo que para el resto de personas. – Al fin has vuelto. Me alegro tanto... de verdad que me alegro. – Afirmó con sus ojos todavía cristalinos acompañados de una gran sonrisa.

– Yo también me alegro mucho de verte Brock, no te haces una idea.

Ambos se quedaron allí plantados, sonriéndose el uno al otro sin decir nada y diciéndolo todo a la vez hasta que una voz les interrumpió.

– Muy bien, si esto sigue así me pondré celoso.

Ambos se giraron a uno de sus lados para observar a Steve con una mirada bastante seria.

– Tranquilo Cap, sabes que nunca me metería en medio. – Respondió Rumlow mientras regresaba su mirada a la joven. – Pero no puedo evitar preocuparme por la única persona que puedo considerar amiga.

– Gracias por la parte que me toca, realmente tendré que ponerme celoso. – Volvió a bromear Steve sacando una sonora carcajada a los presentes. – Bien, ahora será mejor ir a comer un poco para ponernos al día. Después te llevaremos al despacho para que puedas ver toda la documentación que tenemos con tranquilidad. – Sugirió el Capitán de HYDRA obteniendo un asentimiento por parte de la joven.

Steve comenzó a caminar para encabezar la marcha a lo que Rumlow rápidamente se le unió.

– Las cosas han estado más o menos tranquilas Steve, salvo por el tema del que te llamé.

InstintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora