Parte 2

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Dos figuras se escabullían entre los árboles en completo silencio de manera algo rápida hasta esconderse entre un par de rocas de gran tamaño, el suficiente para que los tapara.

Lo único que se escuchaba eran sus respiraciones agitadas amortiguadas por los sonidos de la naturaleza.

Era un día nublado, húmedo por las recientes lluvias y algo fresco. Ambos, uno enfrente del otro, se observaban.

– ¿Estás preparada _____?

– Sí, yo entraré después de ti. Nos separamos, revisamos todo y nos avisamos por el intercomunicador en caso de que haya algún problema.

El capitán asintió al ver que ambos tenían claro cuál era el plan.

Miraron de nuevo el lugar.

– Parece que no hay nadie.

– Aún así no te confíes Buck. Estamos tratando con Hydra, estamos intentando encontrar a su líder para terminar con esta organización de una vez por todas.

– Entonces cuanto antes entremos antes terminaremos con esto. Después unas merecidas vacaciones y a disfrutar el uno del otro.

Una pequeña carcajada se escuchó por parte del Capitán.

– Siempre piensas en lo mismo. Si el mundo supiera lo muy enérgico que eres no te tratarían de santurrón.

– Eso es algo, querida mía, que solo tú tienes el privilegio de saber y probar. – Respondió girándose hacia ella para guiñarle un ojo justo antes de salir corriendo en dirección a la instalación abandonada de Hydra.

Con sus grandes habilidades de agentes lograron saltar el muro por la parte más vulnerable, tras haberlo estudiado con detenimiento en su la comodidad de su complejo.

Una vez del otro lado echaron una visual percatándose de que no había moros en la costa.

Se aproximaron a la primera ventana entreabierta que había mientras se resguardaban al ras de la pared exterior. Tras una señal del Capitán ella fue la primera en entrar vigilando que dentro no hubiera señales de vida.

En el momento en que lo comprobó levantó su mano hacia el intercomunicador.

– Todo despejado, adelante.

Ya ambos dentro de la instalación se dividieron para barrer el lugar.

Ella se dirigió a la parte inferior de la instalación gracias a las escaleras que había por allí cerca mientras él inspeccionaba la planta principal.

Habían pasado no más de 10 minutos cuando encontró un pequeño despacho. A comparación de todo el lugar que mostraba polvo, desorden, dejadez, el despacho era todo lo contrario. Pulcro, ordenador, con un ambiente incluso cálido.

Se acercó, dejando la puerta entreabierta, hasta el escritorio. Pasó sus dedos por la superficie mientras lo bordeaba para llegar hasta la silla puesto que estaba de cara a la puerta por donde había entrado. Al llegar hasta la silla levantó los dedos comprobando que no había mota de polvo alguna.

Se sentó con cuidado en la silla y para su sorpresa le daba la sensación de que no estaba completamente fría, con lo cual solo podía significar una cosa: había alguien allí.

La curiosidad la estaba matando así que mientras se comunicaba con su compañero de misión inspeccionó los cajones del escritorio.

– Buck, creo que no estamos solos. Aquí hay signos de que alguien se encuentra en estas instalaciones.

– ¿Qué has encontrado?

– Un despacho, demasiado limpio para estar abandonado durante años. – Ella seguía rebuscando entre los papeles del escritorio sin encontrar nada en especial hasta que dio con el último cajón. Era poco profundo para lo que se veía desde el exterior y poco le costó descubrir que se debía a que el cajón tenía un doble fondo. Con una navaja que portaba en sus botas de uniforme no le costó mucho levantar esa tapa encontrándose con unas carpetas de color amarillo claro. Sacó todas las carpetas para colocarlas en el escritorio. – Creo que he encontrado algo Bucky.

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