P. A. D. D. M [Completa]

Capítulo 9

Ji Yu había arreglado su trabajo, la parte más ajetreada del Año Nuevo ya había pasado, y no había muchos momentos en los que necesitara estar en la oficina todo el tiempo. Él y Yan Hua habían fundado la empresa juntos, y a lo largo de los años había tenido socios que podían tranquilizarle, por lo que podía disponer de una cantidad decente de tiempo libre cuando quisiera.

Pensó que esto aumentaría la cantidad de tiempo que pasaba con Wen Xi, pero no esperaba que fuera mucho peor que cuando su mente estaba concentrada en la empresa.

Aparte de las tres comidas diarias y las clases necesarias, Wen Xi no salía de su habitación.

En parte se debía a que Ji Yu pasaba más tiempo en la villa, y en parte a que su madre acababa de darle un sermón sobre cómo ser un esposo Omega considerado y comprensivo. Ya no se paseaba por el patio, ni iba a la casa de la vecina de al lado a comer algo. Cuando veía a Ji Yu, la saludaba mansamente y respondía a lo que le preguntaba, pero rara vez iniciaba él la conversación.

Esto hizo que Ji Yu se sintiera muy angustiado, e incluso cuando se dio cuenta de que el Omega lo estaba evitando deliberadamente, no tuvo forma de preguntarle al respecto.

Las cosas parecían haber llegado a un punto muerto.

Aunque Yang Yuyan trabajaba como niñera en la villa, también tenía sus propios hijos, pero estaba fuera, en la universidad, y sólo volvía cuando estaba de vacaciones. Como su marido había fallecido hacía unos años, sólo tenía unos pocos parientes con los que mantener el contacto durante la semana, y dio la casualidad de que tenía que ir a casa de sus parientes para una boda, así que le pidio permiso a Ji Yu para marcharse y sólo les hizo la comida.

Aunque Ji Yu había invitado a Yang Yuyan a quedarse en casa, ella también podía cocinar platos sencillos por sí misma, mientras que a Wen Xi le habían enseñado a ser un virtuoso Omega desde niño, así que naturalmente su familia también le pidió que aprendiera a cocinar.

Eran casi las siete y Wen Xi estaba cada vez más cansado, después de que Yang Yuyan se fuera, sólo él y Ji Yu quedaban en la villa, pero no había prestado mucha atención a lo que le gustaba comer a Ji Yu, y no se atrevía a molestar a Ji Yu cuando estaba trabajando en su estudio. Cuando estaba saliendo de la habitación, olió el aroma que venía de la cocina.

Wen Xi pensó que era Yang Yuyan quien había regresado, por lo que sus ojos se iluminaron y se sintió ligeramente aliviado, así que se dirigió a la cocina para ver que era Ji Yu con el delantal atado, sosteniendo la gran cuchara.

Ji Yu era alto y el delantal aplastado en su cuerpo era pequeño, pareciendo un poco gracioso, pero sus movimientos de verter aceite, cortar ajo, poner verduras, voltear la sartén y saltear eran todos en una sola vez, pareciendo como si fuera muy hábil, pero incluso un serio Alfa que salteaba tenía el mismo atractivo que cuando estaba concentrado en su trabajo.

Sólo había visto un Alfa así en los dramas de ídolos, y su propio padre Alfa nunca cocinó.

El Alfa es increíblemente perspicaz y, en cuanto se gira, ve al Omega asomando la cabeza por la puerta y le sonríe: "¿Tienes hambre? Estará listo en un minuto, sólo espera un poco más".

Wen Xi fue sorprendido espiando e inmediatamente se encogió de cuello con las orejas rojas y se lavó obedientemente las manos y fue a la cocina para ayudar a servir la comida.

-"No te he preguntado, pero normalmente cuando como, siento que preferirías algo más ligero, y viendo que la tía Yang cocina más platos como este, no sé si te gusta". Ji Yu le dio unos palillos de verduras.

-"Mmm, gracias". Wen Xi sostuvo su cuenco y asintió obedientemente.

De hecho, le gustaba el picante, aunque se le llenara la cara de lágrimas cada vez que se sumergía en él. Pero su familia le dijo que comer picante era demasiado estimulante, así que le prepararon comidas nutritivas especiales. Antes de casarse, también le dijeron que no debía ser caprichoso y que debía seguir las preferencias del Alfa, así que se acostumbró a los platos ligeros, pero sólo se acostumbró a ellos, sin que le gustaran.