Capítulo 7

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—¿qué? ¿Quien está muerto?—preguntó un poco adormilado.

—¡ya vez que no, dramática loca!—la voz de Dorek se hace presente.

¡Era solo un sueño!
O no...

—ehh... ¿Qué?—digo frotándome los ojos con mis puños.

—¡acabamos de llegar! ¡Te quedaste dormido!

Dorek abre la puerta y sale del auto, da la vuelta a la puerta trasera del auto.
La abre y me extintiende la mano.

—¡adelante bella durmiente!—salgo sin tomar su mano.
Mi cerebro todavía intenta asimilar lo que he soñado.
Nisiquiera note que Morgan ya había salido del auto.

—¿te sientes bien? ¡No es necesario ir, si no quieres!

—no... Ehh... ¡Vamos!—respondo un poco dormido. Dorek se alza de hombros y camina a la puerta de la casa de enfrente.

Se veía costosa. Como todo lo que salga del dinero de esta familia.
Pará empezar, desde afuera se podía ver que tenía 3 pisos, el tercero con balcón.
La cerca del jardín se veía de material caro.
Y la puerta parecía ser de un material igual o más caro que la casa. Me pregunto, ¿de dónde sacara tanto dinero esta familia?

Al pasar la cerca, ahora si empecé a sentir nervios...
Estaba por conocer a su familia...
Yo no me atreví a tocar la puerta, así que Dorek lo hizo por mi.
Una mujer alta, de cabello rubio, bastante largo, nos recibió en la puerta. Ya la había visto antes, era la madre de los hermanos desastre.
Al vernos, se le hizo una sonrisa de oreja a oreja.

—¡justo a tiempo, adelante!—entramos a la casa, y adentro se veía más ostentosa.—¡pense que no vendrían!

—¡tuvimos unos problemas técnicos!—Dorek volteo a ver a Morgan y a mi. ¿Acaso eso ha sido una indirecta?

—¡pero ya estamos aquí! ¿Y papá?—Morgan asomo la vista por un pasillo, que sabrá Dios a donde lleve.

—¡ya no tarda en llegar! ¡Pero, no nos quedemos aquí, vallamos al salón!—aún seguíamos a lado de la puerta principal.

Morgan y Dorek parecían conocer bastante bien la casa. Pues se podían mover ahí, hasta con los ojos cerrados, mientras su servidor solo los seguía, intentando no perderme.
Al llegar, nos sentamos en un sofá, que se veía bastante caro.

—¡bueno, Flynn hablame de ti! ¡Dorek me ha contado que te gustan las fotos!—sonreí algo nervioso. Me sentía como en una entrevista de trabajo. Donde sí cometes un solo error, te descartan para ocupar el puesto.

—¡si, me gusta tomar fotos!—conteste, aun intentando no morir en el intento.

La madre de Morgan parecía de esas mujeres, que un paso en falso y te hechan a patadas de la casa. Se veía de carácter fuerte.

—¿Donde conociste a mi querida Morgan?

—bueno, como ya le había comentado Dorek, eramos compañeros de habitación, y mientras el me mostraba la universidad, vimos a Morgan entrenar a las porristas de la universidad.

—¿volviste a las porristas? ¡Con eso de que ya no cuentas nada a tu madre!—Morgan giro los ojos.

—¡cómo entrenadora, mamá! ¡No te hagas muchas ilusiones!—la expresión de su madre cambió a ser un poco triste.

—¡todavía tengo las esperanzas!—Dorek carraspeo la garganta. En señal de decir:“¡nosotros estamos aquí, no actúen como si estuviéran solas!”

365 Rosas (Sin Editar) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora