Me sentía extraño, la sensación era rara, no era la sensación que normalmente se obtiene con el alcohol. Era diferente.
Me sentía como dumbo cuando se emborracho.
Excepto por los elefantes sicodelicos.
Pero si veía los colores y escucha música. Mientras me reía, de quien sabe que cosa.
Era como estar en un universo alternativo, en el que no entiendes nada.
Lo admito, era una sensación reconfortante, como si nada importara.
Aún que esa bonita sensación, duró poco.
Al volver a ser consiente de donde estaba, y hasta cierto punto de quien era yo.
Estaba en una sala, todo estaba oscuro, mi brazos rodeaban algo, al darme cuenta de que rodeaba...
Mierda, mierda y recontra-mierda.
Ni puta idea de que hora era, pero se alcanzaba a ver que ya estaba amaneciendo.
Mierda, a medida que el ambiente se veía iluminando, pude notar que era el departamento de Morgan.
Sentí como se removia entre mis brazos, se estaba despertando, finji estar dormido.
Ella se levantó, y fue a no se donde, un rato después, me levante del sofá en que estaba.La cabeza no paraba de darme vueltas.
Sentía como si estuvieran taladrando a los lados de mi cabeza, intentando llegar al centro de mi cerebro.
¿Que diablos paso anoche?
Lo último que recuerdo es ir por la calle, viendo lucesitas de colores, como música de fondo.Mis pensamientos se vieron interrumpidos por una pelinegra rizada.
—hola—me saludo, intente responder, pero mi impacto fue mayor.
Si mis recuerdos no fallan, jamás la había visto con una camiseta de manga corta, y traía una camiseta gris, bastante ancha, pero de manga corta. La cual me permitía mirar sus ¿tatuajes?
Tenía ambos brazos, de el hombro hasta la muñeca, repletos de tatuajes. Y claro como soy, don pendejo en vivo y en directo.—¿qué es eso?—el pendejo que llevó dentro salió. Señale uno de sus brazos.
—¡tatuajes! ¿Que en tu pueblo no los conocen?—enarco una ceja.
—ehh.. ¿Que pasó anoche?—cambié de tema. La expresión de Morgan se transformo en vergüenza.
—bueno... En resumen, te drogaron.—hubieran visto mi cara de:"¡no me jodas! ¿Cómo pasó eso?"—¿nunca te han dicho que si sales a beber, cuides muy bien tu vaso?—su cara era tipo:"¿Eres idiota por accidente o por deporte?".
—emm, bueno, no suelo salir a muchas fiestas... Pero, ¿tu que hacías ahí? ¿Alguien te invito o por qué estabas ahí?
—¡es mejor que creas eso, la verdad no te va a gustar!—su expresión ahora era una mezcla de decepcion y culpa. ¿Por qué?
—¡no me interesa! ¡Solo quiero saberlo!—me levanto de golpe, lo que fue un gran error, ya que eso hace que mi mareo incremente. Maldita sea.
—¡no te lo diré, haz lo que quieras!—dice un poco irritada. No me había dado cuenta, pero tenia una sudadera en la mano. Se la puso y salió del departamento.
Puta madre, ¿como diablos lo olvide? Esta molesta, y tiene razones para estarlo.
La mande a la mierda por varias semanas.
¡Claro que estaría molesta! Maldición.
¡Soy un idiota! Y ella es...
Nisiquiera puedo insultarla.Un tiempo después salgo de su departamento, para irme a mi edificio.
En el camino reviso mi celular, tengo cuarenta llamadas perdidas de mi madre...
¡Me iré al infierno! Enseguida le llamo, para haber dejado cuarenta llamadas, ¡probablemente alguien se ha muerto!
Ella me responde la llamada al primer sonido.—¡FLYNN SEYFRIED! ¡SI TODAVÍA VIVIERAS AQUÍ, ESTARÍAS CASTIGADO DE POR VIDA!—solo al oír su voz, me alejo el teléfono, por el bien de mis tímpanos.
—¡mamá, tranquila! ¿Alguien se murió, o que pasó?—intentó tranquilizarla.
—¡si! ¡Tu dignidad se ha muerto, y yo también casi me muero cuando lo vi!
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365 Rosas (Sin Editar)
RomanceQuerer a alguien es lo más bonito de todo el puto mundo... Aún que también se puede convertir en una puta miérda. Y más, si te equivocas. Y terminas queriendo a alguien que no lo merece... Flynn Seyfried. Ese es mi nombre. Un chico batstante ocupa...