La cena sigue con naturalidad.
Algunas preguntas sobre mi, que intento responder lo más cortante que puedo.
Al llegar el final de la noche.
Estoy listo para irme, y en mi vida volver a dirigirle la palabra al par de idiotas que me trajeron aquí. ¡Ahora entiendo por qué Morgan no quería que yo estuviera envuelto en esta mierda!
Nos despedimos, y realmente si quitara a un lado el que son unos putos traficantes de drogas. Tal vez me caerían un poquito bien, aún que Bárbara es bastante insoportable.
Pero para mí, todo el mundo es insoportable.
Estando en el auto, hubo un silencio incómodo, estaba bastante molesto con los dos.
¿Por qué ninguno de los dos se atrevió a decirme algo al respecto?—¡creo que ha sido un éxito!—oigo a Dorek reír, no moví ni un dedo ante lo que dijo. Estoy demasiado molesto para hacerlo.
—supongo, ¿tu que dices, Flynn?—sentí algo en mi interior por el simple hecho de que dijera mi nombre. Pero mi enojo era mayor.
—¡me da igual!—conteste lo más frío que pude. Mientras miraba por la ventana.
Me niego a dirigirle la palabra a esos dos. Par de idiotas, buenos para nada.Tengo derecho a estar enojado, ¡nisiquiera una puta advertencia!
Aún que sea:“¡oye, mi padre es tráficante de drogas, así que cuidado!”
O no tan literal, pero que por lo menos me hubieran dado un maldito indicio, no sólo llevarme hasta ahí, esperando que yo lo descubra por mi cuenta.Depues de eso, nadie dijo nada en el que quedó del viaje de regreso al campus de la universidad.
Y me alegra que haya sido así. Por que de lo contrario, nada hubiera acabado bien. Al llegar fue cuando la desgracia comenzó.—¡bueno, nos vemos tortolos falsos!—Dorek se despidio, dejándonos enfrente del edificio donde vive Morgan.
Yo nisiquiera respondi, tenía el estúpido sacó en la mano derecha, la izquierda la tenía en la bolsa del pantalón. Sin decir nada, solo comencé a caminar en dirección a mi edificio.
—¡Flynn! ¡No te vallas! ¿Esta todo bien? Has estado un poco raro...—murmuró Morgan, le dedique una mirada de:¡no te hagas la idiota, que no te queda ese papel!
Pará después ignorarla, y seguir caminando.—¡Flynn! ¡Te estoy hablando! ¿Y ahora que mierda hice?—su voz se oía molesta, ¡no mi reina, el molesto aquí soy yo!
Voltee en su dirección, y me agache hasta su altura.—¿enserio? ¿Tu crees que soy idiota?—ella no a respondió, lo admito, eso me hirió.—¡podre tener la cara, pero no soy idiota! ¿Hasta cuando pensabas decirmelo?—Morgan seguía sin decir nada, pero si me miro como si no entendiera una mierda de lo que yo hablaba—¡Señorita Hydra!
Seguía sin responder nada, creo que si soy idiota. Por creer que me respondería. Evidentemente no lo hizo, me aleje de ella, dándole la espalda, mientras caminaba a mi edificio.
Me siento, como un completo pendejo, engañado, y hasta cierto punto, usado.[...]
La clase por fin había terminado, ya habían pasado tres semanas desde que Morgan y yo ya no hablamos, por decisión mía.
Ya que ella había intentado buscarme, pero a mi no me intereso volver a verla.
Después de todo, el plan era que depues de la cena, cada quien volvería a sus cosas.
Al salir de clase, me encuentro a Sydar y Fer.
Ellos están fumando y charlando, mientras se recargaban en un auto. Esperaban a alguien, ruego internamente que sea a Dorek, y no a mi.
Paso de largo, sin decirles nada, son amigos de Dorek, no míos.—¿y tu, ya no saludas?—la voz de Fer llega a mis oídos. ¡Mierda!
—¡hola!—les dedico una sonrisa a boca cerrada.
Ellos suben al auto, esperando que yo también suba.—¿qué?—enarco una ceja, tal vez para ellos sea obvio, pero para mí no.
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365 Rosas (Sin Editar)
Lãng mạnQuerer a alguien es lo más bonito de todo el puto mundo... Aún que también se puede convertir en una puta miérda. Y más, si te equivocas. Y terminas queriendo a alguien que no lo merece... Flynn Seyfried. Ese es mi nombre. Un chico batstante ocupa...