Vincent echó la cabeza hacia atrás mientras reprimía un gemido, hacía tanto tiempo que lo deseaba, que tenerla allí entre sus piernas chupando una y otra vez su miembro, era una experiencia que quería disfrutar segundo a segundo.
Pero se detuvo.
- ¿Te gusta? - pregunto con su delicada voz.
Vincent asintió al tiempo que hundía sus dedos en la melena rubia y la llevaba nuevamente a su entrepierna. Necesitaba esa boca con urgencia, que chupase hasta hacerlo estallar.
Cerró los ojos y se dejó llevar por la ola de placer que recorría su cuerpo. La amaba, y tenerla allí, junto a él, haciendole una mamada era la muestra de amor que él necesitaba, la necesitaba a ella, lo sentía en el fondo de su ser.
Suspiró cuando las delicadas manos comenzaron a jugar con sus testículos al tiempo que presionaba su glande con la lengua. Estaba extasiado, casi podía hacer vibrar su cuerpo con cada caricia, con cada movimiento de sus delicadas manos que lo hacía casi adentrarse en la garganta del amor de su vida.
Eso era, el amor de su vida, no había otra definición.
Sintió como una enorme carga de semen estaba a punto de salir de él.
- Voy a acabar - le dijo. Para prevenirla, no a todas las mujeres les gusta tomárselo, algunas detestan su sabor, él lo sabía.
Ella en cambio se lo tragó por completo, Vincent sintió ligeros espasmos mientras ella lo ordeñaba y se tragaba toda su leche.
- ¿Te gusta así papi? - preguntó levantando la cabeza.
Y allí Vincent se encontró con sus hermosos ojos verdes.
- Me encanta mi amor - respondió - Te extrañe tanto mi Elisabeth...
Pronunció mientras se inclinaba para besarla pero antes de tocar sus labios, abrió los ojos en la oscuridad de su habitación.
Estaba envuelto en una capa fina de sudor, exaltado, con la respiración agitada y el corazón latiendo a mil por hora, sin olvidar que si, estaba erecto. Su pene se levantaba y formaba una carpa con la sábana y no era por Lisa. Era por la pequeña rubia, a quien cada día él extrañaba aún más.
Vincent pensó en simplemente masturbarse, para volver a conciliar el sueño, pero le resultaba incómodo, sobre todo porque estaba durmiendo junto a la madre de la mujer con quien había soñado y quien ahora era la razón de su excitación. La deseaba, la recordaba y la quería junto a él, pero lo que más anhelaba era tener esa boca entre sus piernas, ya que el nunca había disfrutado de una mamada de su pequeña rubia.
Lisa se movió a su lado entre sueños y recordó que estaba con ella, que después de tanto tiempo nuevamente compartían cama, a pesar de que ya no hacían el amor salvajemente como al principio. Ahora solo se limitaban a compartir su vida y tenían sexo si la situación se daba, solo cuando discutían, al parecer nada más prendía a Lisa.
Vincent aprovechó la oportunidad al tener a Lisa de espaldas a él y con parte de su cuerpo ligeramente descubierto por la bata de seda que llevaba puesta. Así que metió la mano delicadamente desde la parte de atrás hacia su pecho y encerró en su mano una de sus turgentes tetas. Su erección comenzaba a doler, necesitaba acabarla con urgencia así que con su otra mano levantó la bata de Lisa y notó que esta no llevaba ropa interior.
Facil... Pensó.
Pero mientras introducía uno de sus dedos en el agujero húmedo de Lisa, ella emitió un ligero gemido y se removió bajo los toques de Vincent.
- ¿Que estas haciendo? - preguntó algo somnolienta aún.
- Me desperté y quiero comerme a mi mujer - mintió.
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No Tan Culpable ~ 🔞 ~ ( No Tan Inocente II)
RomanceElisabeth se ha marchado y ha dejado todo atrás, su vida, sus amistades y sus viejos amores. Cuando su vida parece tener algo de forma, su pasado parece pisarle los talones cada vez más. Pero ahora tiene otros motivos para luchar. Ya no es la misma...