- Me quiero ir.- Dije yo poniendo ropa en mi maleta.
- ¡¿Qué?!- Exclamaron mis amigas.
- Eso.- Puse mis zapatos en una bolsa, le hice un nudo y luego la puse dentro de la maleta.- No quiero estar más aquí.
- Pero Anto.- Nicky se paró y cerró la maleta frente a mí.- No puedes decir eso, Cris acaba de llegar, recibió al igual que tú una mala noticia y no se quiso ir de inmediato, se apoyó en nosotras, ¡sus amigas!
- Además.- Añadió Cris.- Era un romance juvenil y veraniego, era vago y vacío, no hay mucho de qué lamentarse, no es el primero ni el último tampoco.
- Pero...- Antes de poder responder a semejantes refleccionea sonó mi teléfono celular.- ¿Hola?
- Sí, mhh... ¿Está Antonia?- Dijo una voz chillona del otro lado.
- Con ella.- Desconfié yo.
- Soy yo...- La voz era otra, era masculina.
- ¿Yo quién?- La voz me parecía familiar.
- Benjamín...
- ¿Quién?- Grité sorprendida.
- ...- Era tarde, la llamada se había cortado.
- ¿Quién era?- Cris me miró a los ojos.
- No lo sé.- Mentí.- Equivocado.
- Propongo algo.- Añadió Nicky.
- ¿Qué sucede Nicky?- La miré curiosa.
- Vamos, es temprano y hay sol afuera ¡es un buen día de verano para disfrutar!
- Pasamos saliendo y saliendo...- Me quejé yo.
- Sí...- Dudó Cris.- Deberíamos quedarnos aquí y cocinarnos algo, echarnos en el sillón y ver películas románticas con finales felices.
- ¡No!- Nicky se quejó.- ¡Esa no es para nada una buena idea!
- Claro que lo es.- Asentí yo.- No lo hemos hecho desde que llegamos.
- Y tampoco lo harán.- Me respondió Nicky.- Nos iremos a tomar sol a la playa. Está decidido.
- Bueno.- Se unió Cris.- Anto, vamos, estará bien.
- ¡No lo estará!- Di un golpe a mi maleta que hizo que se resbalara y callera de la cama, todas mis cosas salieron volando y yo cubrí con ambas manos mi rostro.
- ¡Dije que iríamos y lo haremos!- Exclamó Nicky.
- Cris.- la miré.- ¿tú estás de acuerdo con esto?
- A mí...- Habló pausadamente.- a mí me da igual. Todo lo que pasa y pase lo hará.
Al final tomamos un taxi afuera de la casa de Nicky y nos fuimos a la playa.
El mar estaba más azul que los otros días y esa arena... Esa arena blanca que acariciaba con un tierno calor mis pies, se filtraba por las sandalias y los envolvía besándolos de una manera que sólo ella sabía hacer, ¡Bendita arena! sin tí no habría playa, sólo un océano grande, vacío y muy triste. Sin playa, sin playa no habrían esos romances veraniegos de película, la típica chica rubia protagonizada por una actriz estadounidence con figura de muñeca que se enamora del primer surfista guapo, moreno y sonrisa perfecta, viven un noviazgo fugaz y apasionado sin embargo corto, quizá ni siquiera (lo doy por hecho) tuvieron el tiempo para conocerse pero ¿qué sé yo?, ¿qué saben los espectadores de dichas películas? Los cineastas sólo nos muestran la parte simple de la vida, la bonita, haciendo parecer que todo es tan fácil como se muestra en la pantalla y creándonos la típica ilusión de: "yo quiero ser como el personaje equis de tal película" y nadie sabe lo que le pasó a dicho equis antes y después de la filmación, ¿quién nos asegura que la rubia estadounidence y el surfista vivieron realmente felices para siempre? claro, quizá lo hicieron, nadie jamás especificó que fuera juntos...