XIV

50 0 0
                                    

- Y recuerda Antonia.- Cris subía su bolso al bus.- Tienes por obligación que llamarnos hasta el último día que vallas a estar aquí y contarnos con lujo de detalles lo que haces.

Yo abracé a Cris y le susurré al oido:- ¿En serio quieres irte con él? Y ella me respondió:- Claro, hemos sido amigos durante mucho tiempo, supongo que será lo mismo sólo que más romántico.- Me soltó y me abrió paso para despedirme de Benja:

- Antonia, vamos, ven con nosotros.

- No puedo, tengo que cometer mi última locura de verano y este es el lugar perfecto.

- Por favor, él no lo vale.

- Tal vez sí, tal vez no. Si nunca lo intento, nunca lo sabré.

- ¡Eres tan terca, mujer! Recuerda usar protección.

- ¡Oh Benja!.- Reí.

- Solar, bloqueador, te pasas películas sola.- Rio.

- Está bien.- Los abracé por última vez y se dispusieron a subirse al bus, cuando ya estaban sentados arriba me hacían señales desde la ventana.

- Señorita, aléjese del bus que se pondrá en movimiento.- Apareció por detrás mío el chofer.

- Son mis amigos, señor, nos hemos venido los tres a pasar unas vacaciones increibles para los tres pero él se ha quedado sin dinero y tiene que marcharse.

- ¿Y ella por qué lo acompaña?

- Porque se han hecho novios y no quiere dejarlo solo, eh, calle, no quiero oir nada de "los amigos antes de los novios" y esas cosas, además yo también quería quedarme porque conocí a un tipo en la playa el día que llegué, bailamos y prometió llamarme, cuando lo hizo pospuso nuestra cita, no hablamos más y eso me destrozó por dentro por que me había creado ilusiones ¡es que era tan lindo!, más encima luego viene y me comienza a llamar como si nada ¡pero noooo! No se la hice fácil y no le contesté al teléfono hasta ayer y el sinvergüenza se enoja, hablamos y me dijo que quería seguirme conociendo ¿Qué hago señor chofer?

- Alejarse del bus y dejarme seguir con mi trabajo.- El hombre se subió al bus y comenzó a retroceder y entonces entendí, entendí que tenía que alejarme y dejarlo ir porque era un completo desconocido.

Salí de la estación de buses y tomé un taxi para que me llevara a la playa:

- Buenos días, ¿cuánto me cobra por llevarme a la playa?

- Sería un abusador si le cobrase más de mil pesos pues no está tan lejos.

- ¿Me quiere llevar gratis entonces?

- No.

- ¡Pero si usted mismo lo dijo!

- Bájese del movil por favor señorita.

- Muy bien.

Me bajé enojada y comencé a caminar rumbo a la playa, cuando llegué saqué mi toalla del bolso y me senté a contemplar el mar, las olas que iban y venían; unas salvajes y otras más calmadas, todas aparecián de distintas formas y a fin de cuentas todas terminaban igual.

Para la hora que era, la playa estaba casi vacía, casi porque estaban las carpas de los enamorados, amigos, familias y gente que había pasado la noche ahí. Abrí mi bolso para tomar un cigarro cuando justo mi celular se cae de mi bolsillo, me puse audífonos y me encerré en mi burbuja de música...

"Y si un camión de diez toneladas
Nos mata a nosotros dos
Morir a tu lado
Bien, el placer, el privilegio es mío"

Arena BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora