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El almuerzo estuvo muy bueno, hice quién sabe cómo un arroz graneado con unos bistec. Súper sano. La noche llegó rápido entonces recordé que tenía que inventar un pretexto para no salir de la casa. Tecleé rápidamente en mi celular:"¿Cómo causar fiebre?" Y me encontré con ideas muy locas y una que me llamó la atención:

Mientras mis amigos se arreglaban para su cita cada uno por su lado, fui a la pieza a buscar mantas para recostarme sobre el sillón y fingir que tenía mucho frío, puse a hervir agua y la eché en una botella para calentarme sólo la cara ¡estaba muerta de calor! Pero tenía que hacerlo por mis amigos y su cita. Para exagerar más mi enfermedad, agarré del refrigerador unos huevos crudos y los reventé en un plato esperando ser digeridos para causarme un vomito inmediato.

Me acosté en el sillón y me puse la botella en la cara y esperé a ponerme ardiente, mientras me calentaba, me puse a ver videos asquerosos que busqué en internet, tenía deseos de vomitar pero no lo suficiente, entre eso entró Benja al salón y escondí todo bajo las mantas.

- Hey, Antonia, ¿por qué aún no te arreglas? Ya estamos por salir. - Se comenzó a acercar a mi.

- Es que... Me siento mal, creo que mi bistec no estaba bien cocido y me ha dado un dolor de estómago terrible, y una fiebre estupenda para acompañar.

- A ver.- Tocó mi frente.- ¡Antonia! Estás que ardes, iré a buscar un termómetro para medir tu temperatura.

- Está bien, gracias amigo, estoy muriendo.

Mientas que Benjamín se retiraba a su habitación y buscaba el termómetro yo hice algo que pensé jamás haber hecho en mi vida. Puse el plato con los huevos frente a mí y los tragué.

- Antonia, - Benja agitaba el aparato entre sus manos.- Levanta el brazo y déjame ponerte esto.

- Está... - Recordé los videos que había visto, no aguanté y vomité.

- ¡Oh pero qué asco Antonia!

- ¿Qué suce...? - Cris había acudido al alboroto.- ¡Amiga!

- Traeré algo para limpiar, Cris, quítale esa manta de encima y ponla inmediatamente a lavar. - Benja fue a la cocina.

- Voy.- Cris obedeció a Benja y cuando llegó, prosiguió.- Si la Anto está así, no podremos ir, hay que quedarse en casa cuidándola.

- ¿Qué? - No pueden dejar sus planes por mi mentira.- No se preocupen, después de haber vomitado ya me siento mejor.- Me comencé a mover en señal de pararme y luego recordé que el plato con la evidencia de mi mentira quedaría al descubierto, lo puse bajo mi polera, lo apreté con mi mano hacia el estómago y me levanté.

- ¿A dónde vas? - Cris se paró a mi lado con intenciones de ayudarme a camimar.

- Al baño, a lavarme la cara.

- ¿Te acompaño?

- No, no gracias, quédate aquí.

Me lavé la cara, saqué el plato de mi polera y lo dejé en el mueble debajo del lavamanos. Cuando salí estaban mis dos amigos mirándome.

- ¿Y? - Me dijo Benja.

- ¿Y? - Respondí yo.

- ¿Qué tal?

- Estoy mejor.

- ¿Segura?

- Claro.

- Entonces, ¿te irás a alistar para salir?

- No cuenten conmigo hoy.

- ¿Quieres que nos quedemos contigo?

- No, quiero estar sola ¡Odio que me vean enferma!

Arena BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora