XXIV

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- ¿Antonia?

- ¿Qué?

- Estoy afuera de la casa de tu amiga Nicole.

- ¿Quieres un premio?- Puse el celular sobre la mesa y di una palmada.- Te ganaste un aplauso.

-Jajaja- rió sarcástico.- Por favor Antonia, necesito que salgas.

- ¿Para qué?

- Para hablar lo de la otra noche...

- Ah...

- Anda, sale un rato, necesitamos hablar...

- ¿Vienes con tu noviecito?

- ¡Ash!, ¡Sal por favor!

- Me encantaría, pero no, gracias.

- Tengo que decirte algo importante y necesito mirarte a los ojos para ello, pues, por teléfono sonará raro...

- Uh...- Me resigné.- Está bien, podemos hablar.

- ¡Genial!

- El problema es que no estoy en la casa de Nicol, sino, esperando a que llegue mi bus a la ciudad...

- ¿qué?- Su tono cambió de repente.- Ya... Venía de la playa y debería ir a cambiarme ropa pero... Llego en diez minutos. Espérame.- Cortó.

Miré mi entorno, que bellas son las palmeras, que lindas son las casas, la gente... Todo me parece tan bello. Luego vuelvo a mirar a Cris que está sentada frente a mí disfrutando su helado y de vez en cuando le echa una miradita a su celular por si llegase a tener un mensaje de Benja o algo.

Estábamos sentadas en las afueras de la cafetería del terminal de buses cuando una mano fría toca mi espalda.

- Anto...- André seguía con su ropa de entrenamiento puesta.- ¿podemos ir allá?- señaló un lugar más apartado del local.

- Bueno.- Me paré y lo seguí.

Desde aquí podía ver a mi desinteresada amiga en que si estaba yo o no frente a ella dándole caladas a mi cigarrillo o pasando por un ataque de epilepsia. No. No le importaba nada más que su maldito celular... ¡Alto! Levantó la mirada y parece haber notado mi ausencia entonces su mirada choca con la mía, ella sonríe y yo le hago un gesto con la mano indicándole que me espere, ella asiente, come un poco de su helado y sigue pegada con el asunto de su celular.

- ¿Y bien?- Dije yo escéptica.- Eres bisexual, me usaste por un rato y bla, bla, blah.

- Nada que ver.- Tomó mis manos y mirándome a los ojos dijo.- Soy Gay.

- ¡¿Qué?!

No, definitivamente no podía creer lo que estaba escuchando, lo tenía ahí, parado frente a mí con sus manos tomadas de las mías, su pelo humedo, su traje de surfista apegado a la piel que dejaban ver esos musculos tan tonificados que tenía, su piel trigueña y su sonrisa, nunca en mi vida había visto una sonrisa tan bella y perfecta como la de él...

- ¿Por qué te sorprendes?.- interrumpió en mis voces internas.

- No... No me lo esperaba.- tartamudeé.

- Creí que había sido bastante evidente.- Soltó mis manos y me abrazó fuertemente.

- ¿Y por qué tuviste que hacer todo esto, acaso no sólo podías decirlo desde un principio y no haberme hecho tantas ilusiones?.- Lo separé de mi y me cruzé de brazos.

- Pero Anto...

No puedo creer que haya tanto idiota suelto en el mundo, más que idiota un imbécil, un imbécil ilusionista y muy lindo. Lo miro y sigue frente a mí con cara de perro arrepentido y yo sólo atino a dar media vuelta e irme, a mi ciudad, sin surfistas gays, sin playa, sin arena, sin nada; entonces lo miro por última vez y estoy dispuesta a marcharme.

- Anto, no, no te vayas.- agarró mi brazo y me atrajo hacia sí.

- ¿Por qué haces esto conmigo si se te quema el arroz, si se te da vuelta el paraguas? ¿Por qué?.- dije yo con un nudo en la garganta.

- No te quiero perder nunca.

- ¿Estás loco?- De repente un ruido del altoparlante de la estación irrumpió en nuestra agitada conversación:

"El bus de las dieciséis treinta con destino a la ciudad de La Luna se encuentra a punto de partir, por favor que aborden los últimos pasajeros a la brevedad"

- Así es, quiero que sigamos siendo amigos, que olvidemos esto... Borrón y cuenta nueva.- esbozó una sonrisa.

- ¿eso venías a decirme?, ¿borrón y cuenta nueva?- Me sentía confundida.

- Soy gay, siempre lo he sido y probablemente lo seré.

- ¿y por qué te diste el trabajo de ilusionarme si no pasaba nada?

- Porque te vi ese día en la fiesta de la playa y lucías realmente bella y encantadora... Creí que contigo podría cambiar mis gustos o algo así...

- Ya.- Me di media vuelta para ir donde Cris a buscar mis cosas.- Adiós.

- Quería estar mucho más tiempo contigo para llevarte a mi casa y demostrarle a mis padres que sí soy un hombre...



Arena BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora