- ¿Antonia?
- ¿Qué?
- Estoy afuera de la casa de tu amiga Nicole.
- ¿Quieres un premio?- Puse el celular sobre la mesa y di una palmada.- Te ganaste un aplauso.
-Jajaja- rió sarcástico.- Por favor Antonia, necesito que salgas.
- ¿Para qué?
- Para hablar lo de la otra noche...
- Ah...
- Anda, sale un rato, necesitamos hablar...
- ¿Vienes con tu noviecito?
- ¡Ash!, ¡Sal por favor!
- Me encantaría, pero no, gracias.
- Tengo que decirte algo importante y necesito mirarte a los ojos para ello, pues, por teléfono sonará raro...
- Uh...- Me resigné.- Está bien, podemos hablar.
- ¡Genial!
- El problema es que no estoy en la casa de Nicol, sino, esperando a que llegue mi bus a la ciudad...
- ¿qué?- Su tono cambió de repente.- Ya... Venía de la playa y debería ir a cambiarme ropa pero... Llego en diez minutos. Espérame.- Cortó.
Miré mi entorno, que bellas son las palmeras, que lindas son las casas, la gente... Todo me parece tan bello. Luego vuelvo a mirar a Cris que está sentada frente a mí disfrutando su helado y de vez en cuando le echa una miradita a su celular por si llegase a tener un mensaje de Benja o algo.
Estábamos sentadas en las afueras de la cafetería del terminal de buses cuando una mano fría toca mi espalda.
- Anto...- André seguía con su ropa de entrenamiento puesta.- ¿podemos ir allá?- señaló un lugar más apartado del local.
- Bueno.- Me paré y lo seguí.
Desde aquí podía ver a mi desinteresada amiga en que si estaba yo o no frente a ella dándole caladas a mi cigarrillo o pasando por un ataque de epilepsia. No. No le importaba nada más que su maldito celular... ¡Alto! Levantó la mirada y parece haber notado mi ausencia entonces su mirada choca con la mía, ella sonríe y yo le hago un gesto con la mano indicándole que me espere, ella asiente, come un poco de su helado y sigue pegada con el asunto de su celular.
- ¿Y bien?- Dije yo escéptica.- Eres bisexual, me usaste por un rato y bla, bla, blah.
- Nada que ver.- Tomó mis manos y mirándome a los ojos dijo.- Soy Gay.
- ¡¿Qué?!
No, definitivamente no podía creer lo que estaba escuchando, lo tenía ahí, parado frente a mí con sus manos tomadas de las mías, su pelo humedo, su traje de surfista apegado a la piel que dejaban ver esos musculos tan tonificados que tenía, su piel trigueña y su sonrisa, nunca en mi vida había visto una sonrisa tan bella y perfecta como la de él...
- ¿Por qué te sorprendes?.- interrumpió en mis voces internas.
- No... No me lo esperaba.- tartamudeé.
- Creí que había sido bastante evidente.- Soltó mis manos y me abrazó fuertemente.
- ¿Y por qué tuviste que hacer todo esto, acaso no sólo podías decirlo desde un principio y no haberme hecho tantas ilusiones?.- Lo separé de mi y me cruzé de brazos.
- Pero Anto...
No puedo creer que haya tanto idiota suelto en el mundo, más que idiota un imbécil, un imbécil ilusionista y muy lindo. Lo miro y sigue frente a mí con cara de perro arrepentido y yo sólo atino a dar media vuelta e irme, a mi ciudad, sin surfistas gays, sin playa, sin arena, sin nada; entonces lo miro por última vez y estoy dispuesta a marcharme.
- Anto, no, no te vayas.- agarró mi brazo y me atrajo hacia sí.
- ¿Por qué haces esto conmigo si se te quema el arroz, si se te da vuelta el paraguas? ¿Por qué?.- dije yo con un nudo en la garganta.
- No te quiero perder nunca.
- ¿Estás loco?- De repente un ruido del altoparlante de la estación irrumpió en nuestra agitada conversación:
"El bus de las dieciséis treinta con destino a la ciudad de La Luna se encuentra a punto de partir, por favor que aborden los últimos pasajeros a la brevedad"
- Así es, quiero que sigamos siendo amigos, que olvidemos esto... Borrón y cuenta nueva.- esbozó una sonrisa.
- ¿eso venías a decirme?, ¿borrón y cuenta nueva?- Me sentía confundida.
- Soy gay, siempre lo he sido y probablemente lo seré.
- ¿y por qué te diste el trabajo de ilusionarme si no pasaba nada?
- Porque te vi ese día en la fiesta de la playa y lucías realmente bella y encantadora... Creí que contigo podría cambiar mis gustos o algo así...
- Ya.- Me di media vuelta para ir donde Cris a buscar mis cosas.- Adiós.
- Quería estar mucho más tiempo contigo para llevarte a mi casa y demostrarle a mis padres que sí soy un hombre...