IV

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Fue lejos una de mis mejores veladas, André bailaba de todo con mucha emoción y yo por mi lado con mis dos piez izquierdos andaba dando la hora.

Debo confezar desde que lo vi, fue un flechazo inmediato, su pelo, su tono de piel, su sonrisa, sus musculos, todo. Hoy intercambiamos números y sus palabras me quedaron grabadas: "... Y quizá mañana te llame a ver si comenzamos las clases" me enseñarán a surfear y aún ni se nadar, seguro él bien guapo con todas sus amigas bien guapas rubias de ojos azules tipo modelos rusas se reirán de mi. Tengo nervios, ¿y si no me llama?, ¿y si no le gusté?, ¿y si sólo lo dijo para hacerme ilusiones a mi y a quizá a cuántas chabacanas más? Tengo tantas preguntas en mi mente, todo se responderá mañana...

-... Te lo aseguro que te quiero más... que a nadie... - Cris siempre habla dormida, ¿a quién querrá más que a nadie? Mejor me dejo de hacer preguntas y me duermo.

Estaba en una playa bellísima de aguas turquesa y arena blanca, como esas de los comerciales en la televisión de viajes en el Caribe, sentí viento en lugares donde antes había sentido, entonces miro mi cuerpo y tenía puesto un bikini rosa pastel que resaltaba aún más mis salvavidas incluidos, me sentía más fea que nunca, ¿cómo llegué a ponerme un bikini conociendo mi cuerpo y sabiendo  que ese color lo detesto?. La playa estaba vacía así que comencé a correr rumbo a los vestidores que se divisaban lejos y cuando miro hacia adelante lo veo, veo a André riéndose con Amalia y una chica de pelo negro largo y liso, con los cachetes rojos al igual que sus labios de casquivana, también lleva bikini rosa y eso la hace parecer un verdadero puerco parado en dos patas con peluca; a diferencia de mi, ella va tomada del gancho de André y goza el chiste y ríe con mirada coqueta pero cambia de inmediatamente el rostro cuando me ve, los tres se ponen serios, me analizan de pié a cabeza y ríen.

- ¿Qué haces así vestida? - la chancha con bikini habló.

- Venía a tomar clases con André... - Busqué su mirada pero no lo conseguí.

- ¿Ven? Así es como ilusiono a mujeres ilusas.- André reía y me comenzó a apuntar. Sus mujersuelas lo siguieron.

No respondí y seguí mi camino dejándolos atrás pero aún así sus risas se sentían junto a mis oidos.

Todas las imágenes se hacían más borrosas hasta que por fin abrí los ojos, estaba toda sudada con las sábanas en el suelo; veo el reloj y recién eran las cuatro a.m., aún me quedaban cinco horas de sueño pero no quería dormir así que me levanté y fui con rumbo a la cocina por un vaso de leche, la televisión del salón estaba prendida.

- ¿Qué haces levantada tan temprano?.- Benja estaba parado en el umbral de la puerta que unía la cocina con el salón.

- Tuve pesadillas.

- Toma leche y ve a dormir, descanza amiga.

Obedecí a Benja y me fui a acostar otra vez. Todo era un sueño.

Arena BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora