Entre Cuatro Paredes

Cap 9: Nunca cambias

Cada cap que escribo es publicado el mismo día en que se termina de escribir, pero este cap me resultó difícil. Verán, yo para situaciones de demostrar amor aveces soy un poco melosa, otra cosa muy diferente es escribir este tipo de historias que son "solo acción y ya" (me entendés?) Así que escribir un cap donde muestre que Izu y Kats haciendo el amor no me sale! Osea puede que sí me salga pero hablamos de Katsuki Bakugo! El men no le gusta que lo traten como muñequita de cristal osea que esto no va con él!
Pero aún así he tratado de hacer algo que puede que resulte. Bueno mucho texto, ahora sí pónganse cómodos y a leer.
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--Carajo-

--¿Estas bien?

--Istis biin, claro que no idiota.

--Cui-da-esa hermosa boquita

--Tsk... Mierd- mmgh

--De nuevo te pregunto, ¿Te divertiste sin mí usando esto? -no le importó usar un poco de fuerza en el agarre de la mandíbula del rubio.

--Ya te dije que no se como-

--Escoge bien tu respuesta, mi amor -el tono con que pronunció esas palabras hizo estremecer el cuerpo del rubio.

--P-pues y-yo...

La cosa va así, luego de confesar su amor e ir a hacer cositas al cuarto Izuku pudo ver unas cuencas en el hermoso trasero de su ahora novio. No le molestó eso ni saber que durante todo ese día andaba caminando como si nada con esas bolas en su interior, lo que sí le molestó fue que Katsuki tratará de negar lo obvió.

--...

--Entonces no tiene caso que esté aquí, adiós Kats. -tomo su casaca dispuesto a irse.

--NO, NO ME DIVERTÍ QUEDE PEOR DESPUÉS DE USAR ESTA MALDITA COSA PORQUÉ SOLO QUIERO TU JODIDO PENE. -aunque este avergonzado no permitiría que su novio se vaya y lo deje así de necesitado.

--Buen chico -susurro para si mismo soltando la manija de la puerta y diriguiendose de nuevo a la cama. -Ves, tanto te costaba decir la verdad.

--Cállate -Dijo mientras Izuku lo cargaba hasta dejarlo encima de él.

--¿Y que quiere de premio mi chico? -con esas palabras dichas los ojos escarlata brillaron de emoción.

--Espera aquí -de un salto se bajó de la cama y fue a su armario.

La vista del pecoso no estaba mal, ver esas grandes y redondas nalgas que aunque no lo parecieran son demasiado suaves le hizo imaginar cosas obscenas.

--Compre algo por internet y quiero probarlo... ¿Ah?

Al notar como traía la mirada del pecoso pegada en su persona no pudo evitar tocar y apretar un poco su pecho.

--No me provoques, perra.

--¿Quién te está provocando? I-zu-ku -Se mordió el labio de forma provocativa y gimió un poco.

Comenzó a desnudarse lentamente sin despegar los ojos del peliverde, luego se puso una tanga roja y ato los lazos a cada lado de su cadera, de la misma caja saco un hermoso collar y correa del mismo color.

--Me dijiste que soy tu perra -se acercó meneando sus caderas- Entonces tienes que ponerme un collar sino está perra tendrá que buscar a otro dueño.- Susurro en el oído del pecoso de forma provocativa.

--No te atreverias -murmuro- Veamos que tan obediente eres. De rodillas con las manos en los muslos.

--¡¿Es enserio Deku?!