¿Cómo te sentirías si descubres que fuiste manipulado?, O ¿Qué pensarías si te dieran la oportunidad de cambiar el pasado?, probablemente estarías aterrado al saber lo que implica... yo lo estaría.
La verdadera historia nunca fue como conocemos, alg...
Había pasado ya una semana desde que los chicos fueron presentados en el Wizengamot como los últimos Peverell, despertando la curiosidad de los 28 sagrados a hora 29.
Harry apenas y tenía tiempo para comer pues debía revisar reportes que el Wizengamot le enviaba y aunque contaba con la ayuda de las chicas terminar con los reportes de más de cuatrocientos años no era tarea fácil.
- Aún falta la reunión con McGonagall- suspiro Harry- además, ustedes necesitan comprar cosas y registrar sus varitas
- ¿No dijo Madame Maxime que se encargaría de eso?- pregunto Hermione
- Lo hizo, pero la profesora quiere asegurarse de que tengamos el nivel que aseguro Madame- le respondió Lissana- ¡Merlín!, ¿Que es lo que han estado haciendo los magos en los últimos años?
- Londres mágico es un desastre- aseguro el muchacho mientras ojeaba uno de los tantos libros
- Harry, ¿Podemos ir a registrar la varitas hoy después de ir con la profesora?- hablo Hermione
- Supongo que sí- dijo cerrando el libro- Dobby- llamo al elfo
El pequeño atendió al llamado de inmediato, apareciendo en un pequeño "plop"
-¿Cómo puede Dobby ayudar al amo?- pregunto entusiasmado
- ¿Puedes encargarte del desayuno?, Saldremos para terminar algunos pendientes
- Dobby lo hará de inmediato señor
Los elfos que estaban al servicio de los chicos, habían sido vinculados a ellos, pues sabían que eran seres codependientes a la magia de la casa o el mago al que servían y liberarlos era casi como condenarlos a la muerte.
Eso sí, todos sus elfos estaban en excelentes condiciones y aunque en principio se negaron a recibir una paga, terminaron por aceptar cuando las chicas mensionaron la idea de tejer ropa para ellos, en lugar de darles dinero.
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Habian llegado al caldero chorreante, donde recibieron miradas asombradas de todos aquellos que lograban reconocerlos.
- ¡Bienvenidos, bienvenidos!, mi nombre es Tom ¿Cómo puedo ayudarles?- hablo con emoción el dueño del lugar
- Buscamos a la profesora McGonagall, tenemos asuntos que tratar con ella- hablo el chico sin rodeos
- ¡Por supuesto!, pasen por aquí, la profesora los está esperando...
El tabernero los condujo a un apartado dentro del local, en donde un gato atigrado se encontraba sentado en el sillón que daba a la puerta, en cuanto el tabernero cerró, los chicos lanzaron hechizos silenciadores y protectores en el lugar con gran maestria.
- Profesora McGonagall, es un gusto volver a vernos- hablo la castaña
La profesora salió de su estupor retomando su forma humana, pero el asombró aún estaba plasmado en su rostro.
