Bajo la piel

3. Dejame en paz

Samantha

El sonido del móvil me despertó en la mañana, mire a mi lado y vi que Emily aún dormida así que salí al pasillo para hablar y no despertarla.

— Holaaa mamita hermosa — dije con la voz más dulce que encuentre, sabía que estaba enojada.

— ¡Samantha me tenías con el corazón en la mano! — aquí vamos — ¿Se puede saber porque no me llamaste anoche al llegar? te podrás imaginar cómo está tu padre — si me lo imaginaba. Aunque el solía ser un poco más relajado que ella.

Se me había olvidado llamar a mamá por estar discutiendo con el imbécil de Drew.

— Lo siento, llegue cansada y mi móvil se había apagado — mentí

— ¿Segura, estas bien? — pude sentir su preocupación

— Si mamá, estoy bien ahorita mismo vamos a desayunar — mentí de nuevo.

— Bueno está bien hija... no olvides tomarte tu medicina, te amo.

— También te amo — respondí colgando la llamada.

Regrese a la habitación para sacar algo de ropa que dejaba ahí cuando me quedaba. Luego me dirigí de nuevo al pasillo entrando al cuarto del baño para ducharme.

Llevaba un rato ahí escuchando música cuando alguien comenzó a tocar como loco.

— ¡Abreee Emily necesito entrar, llevas ahí dentro una vida!

Apague la ducha sonriendo, a pesar de sus gritos tome la toalla secándome con toda la tranquilidad del mundo, de alguna forma me tenía que vengar mientras él seguía aporreando la puerta como psicópata.

— ¡Joder que abras la maldita puerta o te juro que la hecho abajo!

Bueno tampoco quería que me viera desnuda así que acelere un poco el paso terminando de secarme para cubrirme con la toalla.

—¿Pero qué pasa? cállate, me estas matando con este dolor de cabeza — escuche a Emmy quejarse por los gritos. Abrí la puerta encontrándome con ella junto al imbécil de su hermano.

— ¿Eh? — Drew enarco una de sus cejas confundido mirando a su hermana para luego mirarme a mí.

No dije nada, solo sonreí negando con la cabeza mientras él intentaba reaccionar. Pase por en medio de ambos y me metí a la habitación.

Opte por unos pantalones cortos de jean con una camiseta oversize que llegaba hasta ellos cubriéndolos, unas pantuflas de perrito y amarre mi cabello como pude en un moño despeinado.

— Bueno Drew no me quiso decirme nada, pero... estoy segura de que tú si me contaras — dijo Emmy entrando a la habitación.

— ¿De qué hablas? — pregunte doblando la ropa mojada de la noche anterior, ya seca para guardarla en mi bolso.

Maldito Jeffrey.

Ella se sentó en la cama — Ya los he visto discutiendo dos veces, es obvio que anoche en la camioneta pasaba alg...

— No pasa nada — interrumpí.

— Sí... ¿y el hecho de despertarme a gritos desde el baño tampoco es nada? — preguntó irónicamente cruzándose de brazos.

Pero que pesada.

— Pensó que eras tú en el baño y la verdad.... lo entiendo, te demoras una vida duchándote — respondí dejando de doblar la ropa — ¿Y lo de anoche? no sé de qué hablas.