8. Sweet Child O' Mine

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Te recomiendo escuchar la canción
cuando leas para disfrutar mejor tu
lectura.

Drew

Debo admitir que cuando vi a ese imbécil hablándole así a Samantha la sangre me hirvió por dentro entrando en calor todo mi cuerpo. No se si fue solo porque tenía el organismo lleno de alcohol y drogas o lo asustada que se encontraba lo que me nublo haciéndome perder la noción ¿por qué estaba así? Ella no era de las chicas que se intimidaban con cualquiera.

Así que no, no me arrepiento de haber descargado más de un puñetazo en el rostro de ese imbécil. Lo único que me preocupaba era ver a Sam tan mal ¿yo? ¿En serio? al que la mayoría de la humanidad le importaba una mierda.

Sentía la necesidad de protegerla, de estar con ella no me gustaba para nada verla en ese estado así que cuando nos subimos al taxi no lo pensé dos veces para dirigirnos hacia mi casa. Aunque ya no era solo el tema de su novi... exnovio el que me causaba curiosidad.

— Porque no quiero que me mires con otros ojos, siempre que las personas lo saben... su manera de verme cambia — respondió llorando de nuevo. Nunca pensé verla así, eso quería decir que se sentía cómoda conmigo ¿no? no.

¿Desde cuándo que alguien llore significa eso?

Entiendo el punto.

— No lo haría, pero entiendo si no quieres decírmelo... acá estaré por si algún día quieres hablar sobre eso — susurre en su oído mientras la acariciaba sobre mi pecho. Admito que me moría por saber pero no era mi idea hacerla sentir incomoda, si la traje conmigo después de todo era para hacerla sentir mejor.

Así que me levante de la cama. Me dirigí hacia el librero donde escogí uno de mis cds favoritos. Sabía perfectamente cual canción colocaría así que encendí el reproductor de música dando play. La intro de una guitarra eléctrica comenzó a escucharse por la habitación, era "Sweet child o' mine de guns n' roses". Gracias a que aún tenía un poco el efecto en mi cuerpo no me importo hacer el ridículo así que comencé a moverme al ritmo de la música.

— ¿Qué haces? — pregunto inclinando su rostro hacia un lado mientras que sonreía desconcertada.

— Vamos sé que conoces la canción, vi tu jersey de guns n' roses el día que nos encontramos — no sé cómo recordaba eso solo lo tenía presente. Extendí mi mano hacía ella — Baila conmigo.

Ella comenzo a reírse mientras yo seguía bailando, saltando, cantando. Se sentía tan liberador, necesitaba tanto eso, lo mejor era que sabía que ella también porque comenzó a moverse en su lugar dejando salir una sonrisa de sus labios. Se veía tan hermosa, sus ojos brillaban de una forma que no había visto, el impulso de tomar su mano para darle una vuelta pegándola a mi salió inconsciente.

Sweet child of mine
Sweet love of mine

Samantha te estas convirtiendo en mi niña.

Me das pena, eso es demasiado cursi para nosotros.

¡Joder! Cállate.

Después de unos minutos ella tenía sus brazos sobre mi cuello. Mis manos apoyadas levemente en su cintura. Al apartarse un poco de mí para mirarme su sonrisa desapareció dejándome desorientado pero no tanto como cuando hablo.

— ¿Por qué lo haces? — inquirió dando un paso hacia atrás para alejarse por completo, mi cuerpo reacciono a su ausencia.

— ¿De qué hablas?

— En el baño, estabas... drogándote — respondió agachando la cabeza para jugar con sus dedos.

Mierda.

Bajo la piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora