My girl.

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Estoy nerviosa, espero les guste...

Beso los labios de la chica que tengo frente a mi, y suspira bajo mis manos mientras me sujeto de su cintura.

Dios...
Jamás creí que llegaríamos a este punto...

Sus dedos suben por mis brazos hasta mi nuca y apegarme más a su cuerpo.

—Demonios... —escucho el jadeo de Ellen.

—Era un beso de la amistad, no que se coman enfrente de nosotras.— se burla Lilian, mientras me separo de Nicolle.

—Se me acaba de parar una teta, carajo. —dice Barbi antes de bajar su móvil.

—Envíamelo —dice Jenna y me giro hacia ella, que tiene una sonrisa ladeada— Le voy a preguntar a Vic si le pesa la cabeza.

—¿Cómo por? —pregunta Sara.

La carcajada de Barbi no se hace esperar y Menina pone sus manos sobre su frente en forma de cuernos.

—Ni Bratt quedó tan así —dice Jenna y yo bufo, viendo de reojo como Nicolle se sonroja hasta la médula.

—Ya cállense, eso es culpa de ustedes. —digo y ruedo los ojos cuando se ríen.

—Ay ajá, hazte la que no quiso. —Jenna continúa burlándose de mí, y sus ojos bajan por nuestros cuerpos.

Sigo su camino con mi mirada, dándome cuenta que mis manos siguen sobre el cuerpo de la pelinegra frente a mi.

Ay... Atrapada...

—Déjate de mamadas, Jenna. —aparto mis manos de la cintura de Nic.

—Mamadas las que le haces a Adam —contraataca y noto como se hace un silencio en el ambiente.

—Bien hecho, Jenna... Bien hecho. —la anima Lilian y ambas volvemos a nuestras bancas.

La salida con las chicas transcurre sin ningún otro inconveniente y como somos siete chicas independientes y sin control... Los tragos llegaron y siguieron llegando.

—©—

—Oye Glei, ¿Estás segura de que puedes irte así? —pregunta Ellen, una de las más sobrias.

—Completamente segura, no pasa nada, no es la primera vez. —asiento colocándome el casco.

— ¿Quién se lleva a esta borracha? —Barbi alza el brazo de Nic antes de dejarlo caer.

—Uf... Se iría con nosotras, pero vive en dirección contraria. —las mejillas de Sara se sonrojan con pudor, aunque creo que solo es el efecto del alcohol.

—Jenna...

—Noup, estoy sobria, no pendeja. —dijo ella con seriedad, pero por el rubor en sus mejillas y la forma en la que respiraba por la boca era casi seguro que estaban tan o más ebria que el resto.

—Al diablo, la llevo yo. —saco un casco de mi asiento y se lo coloco.

—Está casi inconsciente, ¿Cómo mierda la vas a llevar? —intermine Ellen y la fulmino con la mirada.

Dame una noche más [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora