Besos en tiempos de hambruna

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¿Estaré lista para volver? Lo averiguaremos.

Naomi:

Lo observo a la distancia, es despreciablemente atractivo, eso no lo puedo negar. Su espalda es amplia y su cuerpo fibroso siempre va a jalar más de una mirada, el desorden de su cabello oscuro llama a más de uno para pasar los dedos por allí y luego están sus malditos ojos miel.

Mi vista vuelve a Evelyn, que juega con el popote de su jugo mientras su mente desvaría a cualquier lugar menos en el que se encuentra presente.

¿Debería..

Una mano amplia se coloca sobre mi hombro y bufo antes de levantar la mirada.

Sus ojos miel son lo primero que capto y a pesar de ser un tono tan inocente, la dureza de su mirada me recuerda todo lo contrario.

Asher nunca sería inocente.

Yo solo...

—Buen día, McLean. —su tono arrogante llega a mis oídos y enarco una ceja.

—Era bueno, hasta que apareciste, Wayne. —la risita de Evelyn no tardó de llegar.

La gente a nuestro al rededor que alcanzó a escuchar lo que dije solo atinó a mirarme con sorpresa.

Un par de palmadas sobre mi hombro y el hombre se había alejado de nosotras para comer con sus amigos.

—Aún no entiendo porqué se esmera tanto todos los días solo para decirte buen día. —parlotea Evie y la miro.

Yo lo hago, y sé porqué el idiota lo hace.

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¿Debería solamente patear su trasero o morderlo?

Me encontré preguntándome mientras ingresaba a mi departamento solo para encontrar con la mirada, el primer plano de unos calzoncillos negros que conocía a la perfección.

Para cuando volvió a su postura erguida me quedé levemente hipnotizada por los hoyuelos que se le formaban en la parte baja de su columna.

—Deja de mirarme de forma tan descarada, McLean. —por su tono, sin siquiera ver su rostro sabía que estaba sonriendo.

—Deja de hacerlo tú y más cuando estamos en frente a todo el mundo. —es mi ataque y lo veo reír mientras se gira a mi dirección.

—¿Y privarle a mi imaginación la manera en la que tu trasero llena esos jeans?

Sus manos se fijaron en la parte dicha de mi cuerpo y reí.

—Voy a arruinar tu reputación de badboy como sigas actuando como Golden retriever a mi alrededor.

Mi bolso cayó estrepitosamente al suelo y lo ví sonreír antes de alzarme entre sus brazos.

—A los golden les gusta lamer, ¿Por dónde debería comenzar? —la chispa en su mirada, me informa que su vestimenta fue adrede.

—¿Quieres que te enseñe, Asher?

Pasé mis manos por sus cabellos antes de tirar de ellos y buscar su boca con la mía.

Dame una noche más [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora