Dame una noche más [+18]

El Alemán [parte I]

Glei + escena de alguna fiesta=
sexo asegurado.

Recomendación: escuchen a Doja Cat mientras leen este relato, de nada, vuelva pronto.

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Victoria:

Observo a mis chicas llegar y la nueva novedad del novio de Jenna pronto se hace noticia pasada cuando vemos a Glei aparecer con un pelinegro manos sueltas, que es sonrisas y brillitos por doquier.

Sara, Harris y yo, enarcamos la ceja cuando él le suelta un beso rápido luego de que ella le haya pedido una bebida.

La sonrisa en el rostro de Glei permanece mientras las chicas y yo intercambiamos miradas.

—¿De dónde lo haz adoptado? —pregunto divertida y ella se gira hacia a mi.

—¿De qué hablas?

—Del perro faldero que te has traído esta noche. —me fulmina con la mirada pero ella sabe muy bien que estoy en lo correcto.

—No es un perro faldero...

—Solo le falta moverte la cola. —secunda Harris y chocamos los cinco bajo la mesa.

Glei bufa y me arrebata la botella de cerveza para tomar un trago grande.

—Es mi novio. —dice finalmente y las presentes nos miramos.

—¿Eso? —inquiere Barbi y Ariel hace una mueca.

—Apuesto dos. —dice Jenna colocando un billete de cien libras sobre la mesa.

—¿Dos qué? —dice a la defensiva.

—Dos años es mucho. —dice Sara.

—¿Dos meses? —pregunta Dannie y yo río mirando a la pelinegra.

Saco un billete de cien y lo coloco sobre el de Jenna.

—Dos horas como mucho. —añado y ella me corresponde la sonrisa.

Es fácil de leer luego de tantos años.

—Yo confío en mis mujeres, dos horas. —añade Ariel.

—Sean buenas chicas, dos días —dice Sara y Harris se le suma.

Una a una van haciendo apuestas y todas reímos ante la mueca que hace Glei.

—Creeré en tí, una semana —dice Ellen.

—No me ayudes tanto, Elly.

—Es muy pasivo para tu gusto, morena, tienes que aceptarlo. —le digo y golpea mi mano evitando que la toque.

—Lo has enviado a traerte un trago y ya se perdió. —Yanirit barre con la mirada el sitio haciendo que Glei siga su acción y jadee al no encontrarlo.

—Seguro es sabueso, te encontrará por tu olor.

—Ya suelta la mierda, Vic. —dice hastiada y le lanzo un beso.