Capítulo 9.

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El caos después de la tormenta.

Toso un par de veces mientras salgo de la chimenea y sacudo el polvo de mi chamara.

- ¿Dónde estuviste? – ella me mira molesta y de brazos cruzados

-Salí a caminar un rato-

-Eso es mentira- paso por su lado ignorándola y me dirijo directamente hacia el teléfono - ¿dónde estabas?, y quiero la verdad-

-Esa es la verdad, salí a caminar- tomo el teléfono y lo coloco en mi oído dispuesto a marcar, pero ella pone su mano en el teclado impidiéndome marcar los números.

-Y entonces si saliste a caminar ¿por qué saliste de la chimenea después de usar la red flu? –

-Escucha Liz, te explicaré todo, incluyendo hasta el más mínimo detalle, pero primero déjame hacer una llamada- ella me mira con los ojos entrecerrados durante unos largos segundos, pero termina cediendo.

-Pero quiero que me digas todo- ella me apunta amenazante con su dedo índice y yo ruedo los ojos.

-Sí, sí, lo prometo- por fin marco los números en el teclado y en cuestión de segundos ya se encuentra sonando.

- ¿Hola? – después del 3 timbre una voz que reconozco de inmediato se hace presente al otro lado del teléfono.

-Soy yo, necesito que vengan a Grimmauld Place-

- ¿Estás bien? –

-Hablaremos cuando lleguen- cuelgo sin darle tiempo de responder.

- ¿A quién le hablaste? – miro a mi hermana y suspiro.

-Será mejor que te sientes- ella hace caso a mi sugerencia, yo imito su acción y me aclaro la garganta -verás... yo...-

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Hace alrededor de 15 minutos Kreacher me ha traído una taza de té y no le he dado ni un sorbo, en cambio Lizzy ya lleva 4 tazas y está apunto de empezar la quinta.

-Deberías relajarte-

-Literalmente es lo último que puedo hacer en estos momentos William- ella me habla mordazmente y yo me quedo en silencio, será mejor si no la hago enojar más, sé que lo que hice tal vez no sea la mejor decisión, pero es la correcta y estoy completamente seguro de eso, de pronto unas llamaradas verdes que provienen de la chimenea me sacan de mis pensamientos.

- ¿Will? ¿cariño, estás bien? – mi madre aparece primero y corre para abrazarme, pero yo la detengo antes de que tan siquiera logre tocarme.

-Tenemos que hablar- la cara de preocupación de mi madre se transforma en confusión.

- ¿Sobre qué? – James pregunta y me mira seriamente.

-Será mejor que se sienten, el tío Reg bajará pronto- es lo único que respondo, ellos se miran entre sí, pero no dicen nada y se sientan en el sillón opuesto a Lizzy, ella ni siquiera los ve, solo toma nerviosamente su té mientras mira la ventana - ¡Kreacher! – el elfo aparece de inmediato ante mi llamado - ¿podrías por favor hablarle a mi tío? –

-Enseguida señorito Potter- el elfo vuelve a desaparecer y yo tomo asiento junto a mi hermana.

- ¿Vas a decirnos de que se trata todo esto? – James vuelve a interrogarme y yo me limito a ignorarlo -te estoy hablando William- aprieto fuertemente mi mandíbula y Lizzy parece notarlo ya que pone su mano sobre la mía que se encuentra apretando mi rodilla, eso me relaja ligeramente.

Cuando el amor se vuelve obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora