Omegacember (Yugi x all)

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Temática: Celos
Pareja: Yugi Mutou x Makoto Sunakawa
Resumen: Celos en el sentido literal de la palabra, no celos de alfa u omega.
Au: Donde, sin importar cuán malo sea tu olor, tu destinado percibirá un olor relajante en ti. Así que lean atentamente.

Sus orbes color miel veían fijamente la escena que se presentaba a pocos metros de su persona y que le hacían soltar feromonas agresivas que habían hecho que la novia de su amigo se apegara más a este.

Él no era así, siempre había sido alguien relajado (algunos consideraban que no le importaba nada de lo que sucedía a su alrededor) y no se metía en donde nadie le llamaba, porque esa era su manera de ser y no podía cambiarla después de tantos años.

Pero eso era un caso muy distinto.

- ... Y entonces abrí las galletas y no tenían las cuatro que decía el paquete, ¡traía cinco galletas!

Los ojos del omega se iluminaron al oír la anécdota y sonrió mostrando sus dientes que tenían brackets y lo hacían ver más adorable de lo que ya era.

- Eso es genial, Atem - Afirmó el más bajo.

- Si, pero no tan genial como contártelo, Yugi - Confesó el alfa egipcio tomando de las manos al contrario, esa fue la gota que derramó el vaso.

¡Le estaba coqueteando a su novio de manera descarada frente a él!

Suficiente, debía de parar esto, pensó, levantándose de su asiento que estaba a cuatro mesas de distancia de dónde se hallaba Yugi y ese alfa.

Y no es que quisiera estar así de lejos de su novio, simplemente el olor que desprendía el alfa era muy insoportable que lastimaba el olfato de Takeo y de él, además de hacer temblar a Yamato a pesar de ser una beta (extrañamente el tricolor no percibía el mismo olor que ellos).

Takeo y Yamato le alentaban por lo bajo mientras que se acercaba a su novio y a un amigo de este; Yugi tenía la ceja arqueada en señal de confusión por la reciente declaración que le había dado el egipcio y es que el omega era el peor en entender indirectas (mucho peor que Takeo), él había tardado cuatro meses en hacerle entender que quería salir con él y casi se arrancaba sus cabellos rubios a pesar de ser el más tranquilo de su grupo de amigos.

Posó su mano en su pareja mientras arrugaba la nariz, intentando respirar por la boca para evitar percibir el olor tan fuerte y amenazante que tenía el moreno.

- Yugi, voy a acompañar a Takeo a llevar a Yamato a la estación, ¿vienes o te quedarás otro poco? - Eso no era total mentira, su mejor amigo siempre llevaba a la beta al tren que la llevaba a su hogar y le había informado hace un par de minutos que se estaban por retirar, la mentira era que los pensaba acompañar, eso había venido de improvisto.

El tricolor de ojos amatistas asintió soltandose del agarre del alfa de ojos rubí con suavidad.

- Claro, vamos - Habló Yugi con una sonrisa en sus labios a la par que se levantaba de su asiento y hacia una reverencia para el moreno - Me debo ir, Atem, te veo mañana en la facultad.

- Contaré los segundos para volver a verte, Yugi - Aseguró el alfa guiñandole el ojo.

Aquello causo una risa en el omega (quien creía que su amigo proveniente de Egipto era alguien muy divertido) y un gruñido de parte del alfa rubio antes de que se retiraran del parque junto con los amigos del alfa.

- Mutou-san, su amigo es muy... apegado a usted - Musitó Yamato esperando que el omega entendiera la indirecta pero, en cambio, bajo la mirada entristecido.

- Atem es una buena persona además de que es muy divertido, pero la mayoría en la facultad huyen de manera inexplicable como si fuera un bicho raro - Confesó, Yugi parecía ser la única persona en la facultad que no podía oler el olor nauseabundo a muerto que desprendía ese alfa, era como si fuera inmune al ese olor - Creo que por ello no se separa de mi.

Suna intento eliminar esa mirada que tenía Yugi, porque su pecho dolía cada que veía a su pareja con Atem, lo cual era peor porque el par de tricolores estaban en la misma aula de la facultad de letras y siempre terminaba oliendo este al alfa.

Pero no podía evitar sentirse mal por el pensamiento egoísta de tener solo para si a su novio, sabía que el omega no era Miss Omega, pero eso no significaba que fuera feo, todo lo contrario, Yugi tenía ese algo que hacía que las personas quedarán encantadas con él, porque Yugi era alguien muy especial mientras que él era alguien ordinario que podía ser reemplazado en cualquier momento.

Sabía que ese egipcio de horrible olor era el heredero de una importante editorial de dónde habían salido centenares de libros de renombre, que era más de lo que podía aspirar.

Trato de ignorar la mirada que le dedico el más bajo pero era imposible ignorar esos grandes ojos violeta que le hacían ceder con facilidad.

Porque lo adoraba.

- Deberías... - Se maldijo en sus adentros por ser tan débil a su novio cuando esté le vio fijamente esperando a ver qué diría - Deberías invitarlo a comer con nosotros - Sentenció viendo como sus amigos le veían con sorpresa por haber sido el que tomara la iniciativa por primera vez, usualmente se quedaba fuera en esas decisiones.

Pero cuando oyó el chillido del más bajo anexado con un "gracias, Makoto-kun" y un beso en su mejilla, supo que estaba haciendo lo correcto.

Si, tal vez iba a tener que buscar algún respirador artificial para no tener que oler al egipcio ni sus amigos, y podría tener un ataque de celos nuevamente si seguía siendo tan apegado a su novio.

Pero Yugi estaba feliz y, aunque no lo demostrará con sus facciones serias, él siempre haría cualquier cosa para hacerlo feliz.

Porque sus celos podían ser grandes, pero el amor que sentía hacia su novio era mucho mayor.