Omegacember (Yugi x all)

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Temática: Voz
Pareja: Linkshipping (Sacerdote Seth x Yugi Mutou/ Heba)
Resumen: La primera interacción entre tus protagonistas.
Au: Donde los alfas y omegas se dividen a su vez en categoría alta, baja y media.

La voz era algo que distinguía a alfas y omegas de los betas, pero está no era igual en ambos, la voz de ambas castas tenía su forma de ser utilizada.

Los omegas tenían una voz suave, pero eso no causaba tranquilidad en las dos castas restantes, la voz de un omega era letal, usada para manipular a los alfas o betas y que hicieran lo que ellos desearan aunque no quisieran; también era utilizada para llamar a su pareja si sus cachorros o él estaban en peligro.

Los alfas por otro lado, tenían una voz grave y ronca la cuál usaban como forma de sumisión a betas, omegas y algunos alfas de menor rango, su voz obligaba a los que iban por debajo de él a obedecerlo en contra de sus deseos y eran una manera de advertir que no se metieran en su camino ni en el de su pareja y cachorros.

Seth jamás había sentido la necesidad de usar su voz, siendo un sacerdote al servicio del faraón (quien debía decir que también era su primo por parte de su padre Aknadin) tenía cierta autoridad hacia el pueblo de Egipto, solo estando a la par del resto de sacerdotes y abajo de su primo Atem; de igual forma jamás había buscado una persona con la cual unirse, no se sentía atraído a la idea de formar una familia.

Esas eran dos cosas que jamás en su vida hizo por más que la situación lo ameritaba, cómo en ese preciso momento.

- Déjame en paz - Exigió a la media hermana del faraón, una omega de buen ver, de ojos y cabellos marrones como los de la madre pero que sólo causaba rechazo de su parte.

- Seth, podemos ser los reyes de Egipto, sólo necesitamos unirnos - Intentó convencerle la omega posando su mano en su pecho, siseo sintiéndose asqueado por el toque - Mi hermano es un beta que no puede tener una fuerte descendencia para que reinen sobre Egipto y que no planea unirse a nadie, pero tú eres un alfa, si tenemos un heredero podrás tomar el trono de Egipto como tuyo una vez que Atem perezca.

- Te dije que no estoy interesado en tu propuesta, mi lealtad es hacia tu hermano y jamás podría hacerle algún mal a alguien de mi sangre - Repitió quitando la mano de la omega de su pecho, debería quemar sus ropajes ahora que habían sido infectados por aquellas manos avariciosas - Tengo cosas más importantes que seguir discutiendo está tontería contigo.

- Besame alfa - Los vellos de su espalda y brazos se erizaron al oír a la omega usar su voz contra él.

Maat'um era una omega de buena posición, siendo su madre una omega de alta categoría y Aknahamon un alfa de alta categoría, ella estaba sobre otras omegas, por lo que su voz era más atrayente y manipuladora, a diferencia de Atem que nació beta igual que su madre.

Mientras que él era un alfa de categoría media, siendo su padre un alfa también de categoría media y su madre una omega de categoría baja, debía agradecer que no hubiera nacido como un alfa de baja categoría.

Gruño tratando de evitar la orden que le había dado la omega, aunque su ser exigía obedecer aquella propuesta como si, de un momento a otro, la considerase atractiva.

En síntesis, él era más débil que ella, aunque le costará admitirlo.

- Vete de aquí o te cortaré la lengua por tu insolencia y traición hacia nuestro rey, omega.

Cómo bien decía, Seth era un alfa, un alfa que jamás había usado su voz, no se sentía en la necesidad de usarla, su padre Aknadin y su tío Aknamkanon jamás habían usado su voz y en vida demostraron su autoridad ante los demás, su primo Atem siquiera era un alfa y todo el pueblo de Egipto lo seguía a pesar de ello, él tampoco tenía que usarla para demostrar su autoridad.

Pero la voz que ordenó a Maat'um el retirarse no fue la suya.

La morena se fue sin siquiera dirigirle una mirada, parecía hipnotizada, como lo hacían los prisioneros que eran juzgados y mandados por los otros sacerdotes a los calabozos.

Su mirada se desvío a la persona que le había sacado de ese apuro, llevaba varios papiros en sus brazos y, aunque era más bajo que él, sus ojos violetas eran fieros, dignos de un alfa.

- ¿Se encuentra bien, sacerdote? - Preguntó el portador de dicha voz.

- Si, ¿y usted es?, jamás me había visto en el palacio - Hizo una pausa esperando el nombre de aquella persona que jamás había visto en su vida; su cabello era de los mismos tonos que su primo a diferencia de los mechones violetas que sobresalían de aquel lazo que los sostenía, su aroma era algo que jamás había olido, una mezcla de diferentes hierbas que usaba Mahad y que causaron que bajara los hombros.

Era un olor relajante.

- Heba, trabajo en las tumbas.

Asintió, entendiendo la razón por la cual jamás le había visto en el palacio, quienes construían las tumbas de los faraones siempre estaban trabajando en el Valle de los Reyes, se llegaba a creer que jamás abandonaban ese lugar hasta su muerte, por órdenes de su tío antes de morir, la tumba de su primo Atem debía ser perfecta como lo fue la de sus antecesores o mucho mejor.

- Agradezco su ayuda con el percance, Heba.

- Fue un placer ser de ayuda para usted, sacerdote - El grito de Shimon llamando al alfa enfrente suyo hizo que esté se diera la vuelta, el consejero del faraón podía dar miedo cuando gritaba - Me llaman, tengo una reunión con el faraón pero espero tener el honor de volver a hablar con usted, sacerdote.

- Seth, llámame Seth - Le aclaró y logro ver una sonrisa en los labios del alfa de alta categoría.

- Espero verte nuevamente... Seth.

Sin poderlo evitar, salió un ronroneo de su boca que le hizo desviar la mirada, sólo oyendo la risa del alfa más bajo; vio como este se iba en dirección a la Sala del trono.

- Si, yo también lo espero - Murmuró para sí con una leve sonrisa en sus labios.

Lo esperaba con ansias.