12 hours :: Lee Minho

11:00 / 2

Hora once parte dos.

Lloraba a mar completo, rogando a que la dejara. La puerta fue derrumbada y ella sin pensarlo, corrió.

Jake hizo lo mismo, detrás de ella y, cuando estuvo a punto de agarrarla, recibió un disparo en su brazo, haciéndolo caer y de paso, Saen por el ruido tan repentino, cayó de culo al piso. Al pelinegro con el puñal en la mano agarró el corto cabello de ella y lo jaló hacia él; apretando el puñal, listo para enterrarselo en su cuerpo una vez más. Saen cerró sus ojos con fuerza, pero gracias a otro disparo, no pudo ser lastimada otra vez. Minho con varios golpes y cortes en su cuerpo, y uno en su pómulo y nariz. Fue el responsable de herir a Jake. Esta vez le dio en el brazo el cual le tenía el pelo a la menor y otro en la pierna. Dejándolo en el piso, casi inmóvil por el dolor.

—vámonos— habló hacia Saen, mientras la ayudaba a levantarse del suelo y correr a un pequeño callejón cerca de la tienda. —cámbiate— le dio una ropa doblada y él se giró. —,ahora. No creo que puedas seguir con esa falda y con esa camiseta tan rasgada. — le habló. — no me vayas a preguntar de dónde la saqué. — la menor temblando y un poco desconfiada se cambió como rayo. Con miedo a que Minho tuviese curiosidad y la mirase. — ¿ya?— preguntó y al instante recibió una respuesta positiva de su parte. Giró lentamente al verla ya cambiada. Sonrió de lado y le dio la espalda, para caminar directo a la furgoneta. Metió a la menor en el asiento de copiloto para luego acelerar y dar camino hacia su hogar.

Saen estaba tan sumisa en sus pensamientos que no supo cuando ni cómo estaba apoyada en la pared de una casa. A espera de que Minho terminase con otro chico que peleaba con él por la furgoneta. Es claro que el que la acompañaba ganó.

Mientras pasaban las calles miró varias escenas donde degollaban a varias personas; apuñalaban su pecho, les cortaban las extremidades y más.

—estás bien afectada por el chico que te gustaba ¿Eh? —Minho rompió en largo silencio que se había formado.

—nunca creí que sería capaz de hacer eso, él....— sorbió su nariz. — de paso, él no me gustaba.

—cuando uno piensa que es buena persona, nunca ni jamás pensará que querrá matarte. Antes te gustaba, ahora no. — siguió con su tono burlón.

—Minho. No es momento de hacer bromas. ¿Okey? — soltó enojada. — jamás me gustó.

—babeabas al verlo, no creas que no te vi. — giró sus ojos.— Pero en serio, me serprende mucho que confiaras tanto en él cuando fue él mismo que hizo que se demoraran en la gasolinera y que la gasolina se les acabara. 

La menor lo miró extrañada. —cómo...

—fui yo el que te atendí cuando esperabas al hombre de la caja. — la miró de reojo— tenía un cubrebocas, así que no me viste el rostro, pero supongo que mi voz se te había hecho familiar, ¿No? — la vio asentir, perpleja— yo estaba en el baño cuando ustedes llegaron. Vi como él había agarrado al hombre de la caja y lo había matado mientras tú buscaba lo que te apetecía en la tienda. Él señor salió a botar la basura después que entraste. Y mientras tú seguías dentro, él con su puñal cortó el tubito de la gasolina. Es claro que pensaba matarte desde un principio. Eso de que se quedaron sin gasolina no fue una casualidad. A parte de que él había dejado el galón de repuesto al lado de la bomba. Cuando llegaste y entraste, él votó tu celular a la calle mientras tú mirabas las chucherías que compraste. — de su bolsillo trasero sacó su teléfono, con la pantalla partida por el golpe. — los seguí porque entendí su intención, aparte de que te reconocí cuando me pagaste. Eres buena persona. —la miró por solo un segundo.

Ella tenía sus ojos aguados, rápidamente se secó con la tela del buzo que Minho anteriormente le había dado. Todo estaba planeado desde el principio. — ¿y por qué no me lo dijiste? ¡¿Por qué no?!