17. LA VARITA DE SAÚCO

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Después de la visión, Alice y FP se apresuraron a salir de la sala, pero no podían encontrar la salida.

¡Vaya, vaya, al fin he descubierto vuestra posición!- escucharon una voz distorsionada y oscura.

Alice miró a su alrededor nerviosa mientras guardaba la mitad de la varita de Saúco recién encontrada en su bolsillo y sacaba su propia varita. FP la imitó y se colocó en posición de combate.

He ido buscando por todo el castillo, topándome con varios idiotas y soltando unas sorpresitas. Pero sólo he conseguido copias baratas de lo que realmente quiero. ¿Tenéis algo para mí o preferís que os mate?- preguntó amenazante el asesino desde lo alto de uno de los montones de artefactos.

La pareja se quedó en silencio contemplando su entorno y pensando en cómo escapar del asesino. Un movimiento en falso y podrían estar muertos.

¡Estáis acabando con mi paciencia!- rugió el asesino actuando.

¡Cuidado!- gritó FP empujando a Alice a un lado al ver que una avalancha de artefactos caía sobre ellos.

¡FP!- chilló Alice al separarse de él. Ahora cada uno estaba a un lado diferente del montón de artefactos.

¿Quién quiere ser el primero en morir?- preguntó la voz del asesino riéndose.

El suelo comenzó a temblar bajo sus pies y FP observó que la sala comenzaba a derrumbarse.

¡Alice, corre!, ¡intenta buscar la salida!- gritó.

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Alice hizo exactamente lo que le dijo FP, sin embargo, sólo consiguió llegar de nuevo al espejo.

¡Mierda!- se dijo a sí misma volviéndose a mirar en la superficie. Pero, esta vez, había algo extraño y diferente, se fijó más allá de su reflejo y se horrorizó al notar al asesino detrás de ella, lanzándole un puñal.

Alice logró esquivarlo por los pelos, pues voló por encima de su cabeza clavándose en la superficie del espejo y rompiéndolo en mil pedazos.

Alice se giró hacia el asesino apuntándole con la varita. Al menos, si estaba aquí con ella eso significaba que FP estaría a salvo.

¡Déjame en paz!- advirtió.

El hombre con la cara escondida tras la máscara negra se rio de ella.

¡Dame la varita! Estuvimos en esta posición antes y no me gustaría matarte, Alice- dijo.

Alice lo miró con confusión. Era un asesino, ¿por qué no quería matarla? Se contradecía a sí mismo.

¡Nunca!- contestó mientras movía su varita y le tiraba encima unos libros viejos para distraerlo. Acto seguido comenzó a correr en otra dirección buscando la salida y escapando de él.

El hombre rugió con rabia y comenzó a perseguirla.

¡No podrás escapar!- juró.

Alice no miró atrás mientras se abría paso por el camino. Aunque llegó un punto donde no pudo avanzar más. No había salida, así que intentó buscar algo que la ayudara a defenderse. No encontraba absolutamente nada, así que se estaba haciendo a la idea de que tendría que enfrentar al asesino. Pero, entonces, vio un palo de escoba y no perdió el tiempo en agarrarlo.

El asesino la encontró justo cuando ella alzó el vuelo. Había logrado huir de él.

Alice voló a la puerta buscando a FP por el camino. Sus nervios estaban a flor de piel.

SectumsempraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora