Capítulo 8 Mentiras, verdades, y lo no explicado

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Los porteros divisaron a la persona que menos esperaron ver devuelta. Katana apareció entre los arbustos a pocos metros del camino de terracería que conduce a la puerta principal de la fortaleza Uchiha. Aún era de madrugada cuando la belle kunoichi volvió a mostrar su bello rostro, esta vez un poco más delgada, más pálida y descuidada. Dos de los porteros se trasladaron rápidamente hacia con ella, quien solo paso de largo hacia el interior de la fortaleza en busca de la primera persona en su mente, Byacuya. Los líderes y el resto del clan deben esperar por una explicación dónde estuvo por un mes de desaparecida. Los porteros conociendo bien el carácter de la kunoichi no intervinieron en su camino, dejaron que la musa atravesará la puerta principal hacia su destino.

La felicidad que sentía borró lo que sucedió con aquellas adolescentes vírgenes hace unas horas. Para ella, el sacrifico no era relevante. Para su corazón frío, vanidoso y egoísta, no importaba un bledo las vidas de personas no importantes para ella, siempre cuando el sacrificio sea por una buena causa.

Felizmente de volver a reunirse con su atractivo esposo y compresivo, hizo que no fuera directamente con Madara o Izuna, sino a los brazos de aquel hombre, que seguramente esperaba por ella con el corazón dolido. Ya se imaginaba cómo él la iba a recibir, con alegría, con un fuerte abrazo y muchos besos.

La dulzura invadió a Katana, que aumentó el paso hacia la casa que pertenece a ambos. Las calles estaban vacías hacia su destino, así que se guardó una explicación hasta llegar con su amor.

Arribando a la tranquila casa de un matrimonio joven, Katana removió silenciosamente su calzado y las armas que llevaba consigo. Todo lo puso cerca del pasillo exterior que lleva hacia la habitación principal donde seguramente Bakuya debía estar dormido, si no se encontraba en misión o patrullando las tierras del clan Uchiha. Si ese fuera el caso, iría en seguida en su búsqueda.

Concentro su chakra y caminó silenciosamente hacia las puertas corredizas. Se detuvo frente a esta, mientras mordía su labio inferior e intentaba calmarse. Abrió ambas puerta par dejar que luz de la luna ingresará directamente al futón de su amado, encontrándose con una escena inesperada y dolorosa.

Al centro de la habitación su esposo se encontraba con una esclava, y no cualquier esclava, sino con Yukaru, la hermosa esclava de un clan insignificante que raptó para ser su esclava sexual, la misma con la que humilló a Senju Tobirama.

Yukaru, era hermosa de pies a cabeza, tenía una cabellera larga de tono rosa fuerte, ojos color jade, labios carnosos de un tono frambuesa, piel blanquecina, y un hermoso cuerpo femenino con curvas maravillosas sensuales. La femenina pertenecía a un clan no tan destacado, de hecho no poseía reputación o riquezas como los clanes más poderosos, tampoco era reconocido entre los clanes más destacados como un clan de impotencia, dicho clan decía llamarse Haruno.

La hermosa esclava solo Katana tenía disposición sobre ella, nadie más podía ponerle un dedo en encima, de hecho era encarcelada especialmente con otras jóvenes mujeres de prioridad para los altos rangos y líderes. Sin embargo, Katana y su esclava solían llevarse bien entre ellas, extraño, pero así solía suceder antes de la desaparición de la kunoichi.

Katana trataba a Yukaru con amabilidad y calidez, le daba de la mejor comida, y prendas de buena calidad, asimismo recibía citas al médico una vez por semana.

Ver aquella escena delante de ella, Byacuya, el hombre que juró repetidamente nunca poner ojos o tomar a otra mujer, se encontraba ahí besando profundamente a Yukaru, mientras está, en horcajadas sobre las piernas del shinobi, hacía todo lo posible por satisfacer. Esta le devolvía los besos que él le proporcionaba, tenía los brazos alrededor del cuello que tanto adoraba Katana devorar, y movía las caderas sensualmente con las manos de Byacuya apretando sus glúteos.

Los Pantanos De Las Anacondas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora