Capítulo 21 Aceptación y Confrontación

491 61 54
                                    

Tobirama arribó después de medio día con pobres esperanzas de recibir un sí. Lo primero que notó al cruzar el umbral de la puerta, una casa vacía. Le resultó extraño no ver los muebles que había en el vestíbulo, conforme avanzó comprobó la ausencia de estos. Al llegar enfrente de la habitación de Katana, se encontró con Yoshiro. Antes de ingresar a la habitación, se dirigió a la anciana y preguntó en voz baja qué había pasado con los muebles.

—Que sea mi señora quien responda esa pregunta. —Yoshiro aún no tenía la aprobación de su nieta mencionarle a Tobirama que eran abuela y nieta, quizá nunca.

Tobirama pudo obligar a Yoshiro a hablar, sin embargo, no estaba ahí para ello, sino para recibir una respuesta de la mujer que puede convertirse en su esposa. Ignoró la ausencia de los muebles y la respuesta de la anciana, luego camino dos pasos hacia adelante y abrió la puerta corrediza.

Al otro lado de la habitación volvió a encontrarse con el mismo panorama de antes, vacío, salvo a Katana al centro sobre un cojín con las piernas cruzadas y manos sobre los muslos, un haori turquesa y su larga melena azabache cayendo por los hombros. Se sorprendió muchos que, el ambiente se tornó frío, pero no lo demostró como el gran shinobi que es.

—Katana, ¿cómo es posible que puedas ponerte de tal modo? —preguntó neutro Notó que no usaba el soporte que envió a hacer para ella.

—El mundo si que está lleno de milagros, si crees que  existen, puede suceder. Ayer por la noche intenté mover mis piernas, concentrando todo mi chakra en dos puntos —respondió ella, esbozando una media sonrisa.

—Pero ¿segura que eso no te lastima más?

La puerta corrediza cerró detrás de él, Yoshiro se encargó de ello. Tobirama volvió rápido hacia atrás y a Katana.

—Un poco... —respondió, después un quejido escapó de sus carnosos labios con aquel tono granada.

—¡Katana, no te excedas!

Tobirama corrió hacia Katana, al ver que se movió bruscamente un poco hacia su costado. La sostuvo entre sus brazos. Al momento de hacer contacto, Tobirama sintió aquel frágil cuerpo tan frío como el hielo.

—¡No me gusta tu temperatura, voy a encender un buen fuego! —dijo cerca del oído de Katana.

—Siento algo de frío, no es para tanto —replicó ella, llevando su rostro al de Tobirama.

Ambos se vieron por unos minutos, Tobirama notó que el color de los ojos de Katana ahora lucen más oscuros. Quizá por la temperatura o porque nunca los observó detalladamente.

—¿Pasa algo? —preguntó ella.

Tobirama negó con la cabeza y apretó un poco más el cuerpo de Katana con el suyo. Subió una mano por el brazo hasta la cabeza, mientras la abraza con el otro brazo.

—Sabes que he venido por una respuesta, pero si dices que no, comenzaré a ayudarte con los económico —susurró.

—No quiero ser una carga —musitó.

—No lo serás.

Hubo silencio por unos minutos hasta que Katana volvió a musitar:

—Tobirama-sama—fue extraño para Tobirama escuchar por la boca de Katana llamarlo con respeto —, aceptó ser su esposa.

El antes mencionado apretó un poco más el frágil cuerpo de su amada y se mantuvo del tal forma hasta que controló la felicidad que le acusó escuchar su aceptación.

—Me encargaré que en pocos días seamos marido y mujer. Pero no vuelvas a esforzarte. Por ahora no hagas nada, buscaré una solución para tu condición.

Los Pantanos De Las Anacondas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora