Los Pantanos De Las Anacondas (TERMINADA)

Capítulo 1 Esclava

Tobirama contempla a aquella figura femenina en bruces por el suelo de madera, a un lado de la escalera del sótano privado por debajo de su amplia habitación, se mantiene sentado con la espalda contra la pared, una pierna doblada y la otra extendida. Ingiere una mandarina jugosa recién cortada del árbol frutal de la cosecha. Remueve con cuidado cada una de las bolsas de pulpa y las lleva a su boca. Su vestimenta es la casual, la misma que usa en sus días libres.

Espera pacientemente que despierte tras dos días de su secuestro en la última batalla. No fue fácil traerla hasta donde terminó, fue un reto que logró con unas cuantas heridas no graves. Pero antes de que ello sucediera, preparó este lugar para ella en especial, situado lejos del curioso de su hermano mayor y sirvientas.

El piso y las cuatro paredes son del mismo material, madera gruesa para mantenerla en un clima agradable, y que sus lamentos no lleguen a oídos de nadie. Lo ancho de la habitación es lo suficiente para caminar y hacer ejercicio. No hay ventanas. Por donde entra aire fresco es por una puerta secreta dentro del clóset, y un tubo en el techo con un orificio reducido que termina fuera de la fortaleza entre arbustos espinosos. El inodoro y la tina que usará de baño está situada dentro de otro cuarto con reducido espacio en donde solo podrá hacer sus necesidades. Cabe de mencionar la cadena alrededor de su femenino tobillo derecho, y los sellos en el techo que la mantendrán sin posibilidad de usar la mínima técnica de sobrevivencia. Solo sus sabidurías quedaron en su cabeza.

La segunda al mando del clan Uchiha, poseé la fuerza de una aldeana. Esto seguramente hiera su orgullo como kunoichi cuando despierte y se percate del bloqueo de su fuerza.

Cuando la trajo hasta sus aposentos, noqueada; guardo sus manos para mi mismo, le quitó el kosode de seda negra con estampando de pájaros blancos, y el cinturón carmesí también. Sus ojos rubíes abrieron al ver el cuerpo femenino con curvas deseables y musculos no tan marcados en sus muslos y abdomen. Esa maldita mujer era una manjar de pies a cabeza.

El morbo de perder su rostro entre las piernas de la kunoichi fue más allá de tener un trío con las mejores prostitutas que el clan poseé. Su hombría se puso erecto entre sus piernas como la roca más sólida a lo alto de una montaña. Con una mano calmó la ferocidad de entrase en ella si su permiso. Un beso sobre los labios inmóviles con aquel tono oscuro de la kunoichi, fue más que suficiente para abusar de ella.

Una haori color blanco usó para cubrir las bandas de sus pechos y ropa interior. Como una princesa la llevó a lo que sería de ahora en adelante su prisión.

¿Cuánto tiempo pensaba mantenerla cautiva? Hasta que se aburra de ella, esa es su respuesta. En sus planes está prohibido sentir cariño, compasión, simpatía y menos amor.

Ella una vez lo despreció, y le mostró que prefiere tener coito con una mujer que con un asqueroso Senju, hiriendo la superioridad que sentía cuando se encontraban en las masacres del clan Senju contra el clan Uchiha.

Cómo la maldita Uchiha pudo despreciar una mejor vida a lado de un ninja superior a su calaña, solo la arrogancia de su malditos genes la llevó a tomar aquella decisión, pensó Tobirama mientras observó a Katana besar a la rehén que llevaba consigo aquella noche acalorada.

El rostro de Tobirama endureció y oscureció, como la tormenta más peligrosa sobre el mar. En medio del abismo juró secuestrar, humillar, torturar, y hacer que Katana caiga ante sus pies rogando por sus caricias. Y, de paso confirmar el suculento rumor de las hormonas de los ojos copiandores, y hasta dónde pueden llegar para ser folladas.

En la época actual, lo que estaba por hacer El Lobo Blanco no era de asombro a lo que otros hacían con personas menores, y cómo estos terminaban. Mutilados en el matadero. No era la primera vez que otros hombres o mujeres, ninja o personas con estatus de élites, hacían a sus esclavos. En esta época, el mundo ninja carece de humanidad, solo importa la sobrevivencia de los suyos. Los demás son solo estorbo u un modo de beneficio.