Capítulo 2 Monstruo

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Capítulo dedicado para: JinSeul334 .

—Deberías verte, Katana. En menos de diez minutos te convertiste en un monstruo. Cuanta belleza desperdiciada, cuantos corazones rotos. Nadie volverá a verte con admiración.

El agua estancada del pantano se movía lentamente, los sonidos de los grillos y ranas abundaban por doquiera, y esa femenina voz le hablaba a pocos metros de distancia. Muchas veces terminó herida con fuertes dolores insoportables, pudo lidiar con aquel dolor, pero no con el que sintió aquella madrugada. Hasta para pasar saliva por su garganta desgarrada era una tortura.

—Voy a morir... Cómeme —hasta su sensual voz cambió a una ronca. Al escucharse hablar supo que estaba más allá del túnel de la muerte, solo necesitaba trascender y llegar con su pequeña hermana.

—No me apetece tragar lo que los demás masticaron, prefiero ver qué caras pondrán tus camaradas cuando vean cómo tu belleza te ha abandonado —una risita burlesca escapó de la voz femenina.

—¿A qué te refieres? ¿No ves que estoy muriendo?

—No vas a morir, vas a vivir como el monstruo del clan al cual perteneces...

Algo se sumergió en las turbias aguas del pantano, a medida una docena de pasos se aproximaba a lo que quedó de Katana. El miedo de ver sus caras llenas de horror y lástima sobre paso el dolor que sentía.

—¡Espera, hagamos un pacto! —de aquella garganta desgastada logró aumentar su tono de voz.

Aquella cosas volvió a salir del agua y se aproximó a pocos centímetros del una vez bello rostro de la kunoichi más importante del clan Uchiha.

—Hagámoslo, pero de antemano advierto que mis pactos no son nada fáciles de cumplir y tienen consecuencias vergonzosas...

* * *

Empapada de sudor se incorporó de golpe dejando caer su larga cabellera azabache hacia adelante tapando sus pechos desnudos. Sus carnosos labios estaban húmedos e hinchados por los tantos besos que su amante le dio mientras la tomaba. El afortunado de ser su favorito amante, dormía profundamente a su lado sin percatarse que Katana volvió a despertar tras una pesadilla. Si el amante hubiese estado más atento seguramente le limpiara el sudor de la frente y le trajera agua como muchos veces lo ha hecho.

Byacuya se preguntaba cuáles eran esas pesadillas que atormentaban a Katana seguidamente, sin embargo, la kunoichi tenía un puesto de élite como para preguntarle primero qué había hecho en el pasado, salvo asesinar a sus enemigos sin importar la edad o género. Se rumoraba que ella fue la responsable del asesinato de su propia hermana para obtener el eterno tal como lo hizo el líder del clan. Pero como aún nadie había visto aquel diseño no se podía comprobar.

Lentamente se deslizó fuera del futón para dos personas y cubrió su desnudez con una bata de seda con estampado de nubes y estrellas. Katana era hermosas hasta con el cabello revuelto con cero pintura en su rostro. Sus sensuales curvas se podían notar a simple vista, la seda sentaba bien en ella, no había mujer dentro del clan Uchiha que fuera más bella que ella.

Fuera de la habitación fue directamente al estanque que había en el pateo trasero de su casa. Era mediados de julio y el calor era insoportable por la madrugada. Un baño calmará el calor y la necesidad de volver a tener sexo con Byacuya. Sus otros tres amantes no se encuentran disponibles, y uno de ellos es de rogar.

Desde que la maldición cayó sobre las mujeres Uchiha ha sido necesidad recurrir a la promiscuidad para calmar sus hormonas alocadas. Un amante no puede ser todo el trabajo cada dos o tres horas, siete días a las semana, se necesita por lo menos tres o cinco amantes para saciar el hambre de cada una de las mujeres Uchiha. La maldición no era para estar orgullosos, era algo vergonzoso, pero los hombres no tenían otra alternativa que formar parte y de compartir sus esposas con otros miembros del clan a puertas cerradas. Para no crear conflictos, cada mujer podía tener a su marido, el cual no iba a hacer compartido con otra mujer; el amante oficial, el cuál solo se le permitía tener tres mujeres; el amante no oficial, el cual podía acostarse con quien se le diera la gana; y por último estaban los esclavos sexuales, los cuales pertenecían a otros clanes y se mantenían en un sótano custodiado, solo se les permitía salir del encierro cuando se les llamaba por un hombre o una mujer.

Los Pantanos De Las Anacondas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora