Los Pantanos De Las Anacondas (TERMINADA)

Capítulo 25 Sacrificio/ Final

La caravana se detuvo a la señal del shinobi de la Hoja. El encargado bajó y se aproximó a Tobirama. Quería saber que buscaba, pero este fue directamente a la caravana donde llevaban al monstruo de pantano. Al descubrir la jaula donde la transportaban, esta se encontraba enrollada con la cabeza sumida en medio. Tobirama le ordenó al encargado retirar a su gente y que él hiciera lo mismo.

Una vez solo comenzó a decir:

—Sé que conoces a Katana. Fueron cómplices en las muertes de inocente mujeres vírgenes que llevaban a los pantanos de las Anacondas para alimentar al monstruo.

La anciana, que ahora era un monstruo irreversible, sacó su cabeza demacrada y vio con temor al shinobi con armadura samurái azul. Era el mismo hombre que acompañaba a la impostora Katana.

—Estás en todo lo correcto. Fui cómplice de Katana. Ella me debe una gran suma de dinero por cuidar el alimento y buscar información de la reina Anaconda. Cuando volvió a desaparecer fui a buscarla a los pantanos, pero un reptil disfrazado de humana me juego sucio y terminé perdiendo. Ahora soy lo que soy hasta que muera.

—Dime cuál es esa información que le llevabas.

—No te la diré. Dame dinero y te la doy.

Tobirama notó que la anciana seguía teniendo aquella sed de avaricia. Se acercó más a la jaula y vio fijamente al monstruo de pantano. Con una mirada gélida dijo lo siguiente:

—Tú no necesitas dinero, ¿cómo lo vas a gastar?, si solo eres un monstruo que nunca dejará ese cuerpo y nunca volverá a vivir una vida normal. Has arruinado tu vida por la avaricia y estás dispuesta a volver a arruinar la única oportunidad de que te salve de tu miseria

La anciana se soltó a llorar desesperadamente, una vez más necesitó que alguien tomara su vida para terminar con su lamentable tormento, aunque el infierno esperara por ella.

—Dima la información que le llevabas a Katana. Yo puedo terminar con tu sufrimiento.

La anciana se lo pensó por unos minutos hasta que por fin accedió a confesar cómo deshacerse de la reina Anaconda.

—Escucha bien. Hay solo una manera para deshacerte de la Anaconda reina, pero necesitas una persona más para hacerlo. También tienes que hacer los sellos correctos para ingresar a los pantanos, sino lo haces nunca podrás ingresar. Tendrás que cortar la palma de tu mano derecha y derramar la sangre fresca en el punto exacto de la entrada, luego harás el sello de serpiente y por último dirás en conjuro de el hechicero usó para maldecir a la Emperatriz Anaconda. Las puertas de los pantanos se abrirán y deberás ingresar lo más rápido posible, una vez dentro tus poderes desaparecerán temporalmente. Un shinobi solo podrá usar su fuerza y aprendizajes con armas para enfrentarse a la gigantesca Anaconda reina. Si llevas ayudante deberán apuñalar a la misma vez junto en el corazón del monstruo. Uno se encuentra justamente directo en el corazón del torso de la reina, pues esta mostrará su torso al verse amenazada, al mismo tiempo el ayudante debe apilar el segundo corazón que se encuentra escondido abajo en las aguas turbias del pantano. Deberán hacerlos a la misma vez para vencerla y que esta nunca más vuelva a este mundo. Si no se deshacen de ella permanentemente seguirá regresando a atormentar a sus descendientes en este caso los hijos de Katana porque ella es la última del linaje directo de la emperatriz Anaconda.

Tobirama le contó lo que había pasado con la verdadera Katana, la anciana respondió:

—Ella sigue viva en un lugar dentro de los pantanos. Anaconda no puedo deshacerse de ella porque si lo hace esta con el tiempo morirá de hambre. Puede soportar años sin comer, pero no por mucho. La Anaconda reina solo salió de los dominios de los infernales pantanos porque de una forma esta atada a Katana, en cuanto esta muera no volverá a regresar. También hay una opción más, si matas a Katana solamente la mantendrás cautiva por unos años antes que muera, pero ten mucho cuidado porque puede que encuentre la forma de que eso no suceda. Aconsejo que lleves a cabo la primera opción con ayuda de la misma Katana.