Entre Destinos y Silencios

En el viaje

Durante el viaje una leve briza entraba por la ventana, haciendo de todo una experiencia agradable, al tiempo ondeaba el cabello rizado y castaño de Samantha, ella era una mujer hermosa a pesar de la enfermedad, si bien se había adelgazado bastante, no le sentaba mal, siempre se arreglaba sus ojos color miel que hacían juego con su escaso cabello, su piel a pesar de haber perdido color aún se veía de un canela formidable, en cambio Cristofer era de tez blanca y ojos color café, con un corte de cabello muy singular, más Declan no se parecía mucho a sus padres, pero esto no indicaba que no fuera su hijo.

En ese momento Samantha volvió a mirar a Declan y Roulsh, para poner las reglas de juego; pues así era ella, una persona que no permitía que las cosas se salieran de control.

- Bueno chicos, les voy a decir unas cuantas cosas - dijo en un tono serio que a Declan y a Roulsh se les hacía muy familiar - quiero que comprendan que la idea de este viaje, no es solo cambiar de clima y de lugar, porque Mary Storm es muy diferente a Londres en todos los sentidos, sino que además quiero que sean felices y lo digo por ti Declan, yo sé que tu pasión es el piano y me encanta como tocas, pero debes comprender que la vida no es solo eso, no te estoy diciendo que te cases ¡ya!- lo dijo abriendo abruptamente los ojos - y tengas hijos, sino que comprendas que debes salir, hacer cosas de un joven de tu edad, bailar, cantar, escaparte, no sé qué harán los jóvenes de hoy, pero si quiero que hagas cosas normales y por eso quiero que tu Roulsh - se voltio a mirarla - le ayudes estos días que estarás con nosotros, sé que eres una chica extrovertida y muy alegre y eso me gusta... ¡por favor! Enséñale a mi hijo - dijo en tono de suplica burlesca

- Claro que si Samantha - dijo Roulsh, haciendo unos gestos con la mano que indicaban que era muy facil - Declan va a ser un chico totalmente diferente allí, sacare lo joven que hay en el - dijo mientras hacia una cara de maldad, por lo que Declan la miro con cierto temor

- Entiendes hijo, no lo digo por ser la peor madre del mundo, pero quiero que vivas las cosas, porque después no tendrás el tiempo para hacerlas - dijo Samantha totalmente concentrada en su hijo, sin percatarse de lo que hacía o decía Roulsh.

- Si señora- dijo Declan bajando la mirada

- Ahhhss, Declan es increíble, a ti te dicen "oye sal y haz travesuras, te doy la oportunidad de escaparte y volverte loco" - dijo Roulsh mientras hacía comillas en el aire y movía la cabeza de un lado a otro- y tu bajas la mirada cual perrito regañado, ¡vaya es increíble! - levanto las manos en el aire dejándolas caer por su propio peso - si a mí me dijeran eso sería tan feliz - hizo un gesto de ilusión no realizado

- Pero si te lo dicen - dijo el padre de Declan - lo que pasa es que lo dicen agregando un pequeño NO "Roulsh no hagas lo que siempre quieres, no te porte mal, no te escapes, no pelees - dijo Cristofer mientras meneaba la cabeza al terminar cada frase, por lo que todos soltaron una gran riza.

Así el viaje fue avanzando hasta que llegaron a la vía costera, habían tan solo pasado 4 horas de viaje, por lo que decidieron bajarse para almorzar, era un paradero hermoso, con vista al mar y muy tranquilo, se sentaron en una mesa cercana al precipicio.

- Padre y ¿aún falta mucho? - dijo Declan mientras contemplaba el mar

- Si en realidad vamos a mitad de camino si mal no recuerdo - dijo Cristofer mirando a Samantha en búsqueda de su aprobación, pues la última vez que habían viajado fue hace 10 años cuando murió la madre de Samantha, quien también tenía cáncer; al poco tiempo a Samantha le diagnosticaron la misma enfermedad, por lo que no pudieron viajar otra vez, y la casa de su madre había quedado completamente abandonada.

- Si vamos a la mitad, ¿recuerdas esta parada amor? - dijo Samantha con mucha nostalgia

- Si claro que si- dijo Cristofer tomándola de la mano