En La Presentación

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Nyla, Nona y Ananké se levantaron temprano pues el trayecto hasta el pueblo era largo, así que decidieron desayunar allí, emprendieron su viaje comieron algo como cualquier mortal y resolvieron pasar por el taller de instrumentos que les dijo el pescador ayer.

- Morta trajiste... - Ananké no alcanzo a terminar de hablar cuando Nyla la fulmino con la mirada - bueno Nyla, ¿trajiste el violín? -

- no - dijo ella muy secamente

- ¡y entonces! - dijo Nona a regañadientes - ¡¿cómo vamos a hacer?!

- mañana lo traigo - dijo Nyla en un susurro

- siempre es lo mismo, Nyla eres una tonta - dijo Nona muy enfurecida.

Pero Nyla lo hizo de aposta pues no le gustaba salir con sus hermanas y menos que ellas se metieran en sus asuntos, pues todo terminaba igual, ellas recordando el deber de su naturaleza.

- entonces vamos a la playa, para mirar el show - dijo Ananké con cierta malicia

Así hicieron, se fueron a la playa, Ananké y Nona caminaban muy emocionadas, pero Nyla casi que caminaba por inercia.

Cuando se sentaron en la playa Nyla sentía un peso sobre su espalda como si alguien la mirara constantemente, se sintió incomoda porque sentía que era ese chico que la había perturbado ayer, así que decidió solo concentrarse en el show para saber qué era lo que tanto emocionaba a Ananké

Al cabo de un tiempo uno de los malabaristas del mar cayo y todo el mundo se asustó, pero Ananké solo se reía junto a Nona, más a Nyla no se le hizo gracia pues el golpe había sido duro y el muchacho nada que salía del agua, hasta que de repente salieron con el afectado en la cima, como si nada hubiera pasado.

- ves te dije que nadie saldría lastimado - dijo Ananké con mucho cinismo, por lo que Nyla no sabía si enfurecerse más o solo ignorarla, por lo que decidió irse.

- bueno si no es más, iré a dar una vuelta -

- como quieras - dijo Ananké algo furiosa - nos vemos a las cinco en el muelle, sin falta -

Nyla se alejó de ellas, quería ir al taller para saber si podía llevar el violín al día siguiente, cuando llego allí vio el letrero del taller que se le hizo muy peculiar, más porque...

En ese momento llego Declan y la saco de sus pensamientos, al principio se asustó y al mismo tiempo se dijo a si misma que él no la intimidaría, así que le pudo responder incluso pudo compartir con él un rato agradable.

Cuando salió del lugar le hubiera encantado decir que si a la invitación de Declan, pero sabía que no podía, lo que la hizo entristecer aun mas casi hasta el punto de llorar, pero respiro profundo y no dejo que eso la afectara.

Al mismo tiempo no podía dejar de pensar en él, en lo mucho que se parecía a... no comprendía como seria eso posible y tampoco se explicaba porque el taller de su padre se llamaba así, ¿Por qué?, sería una trampa del destino, de raro no se le haría, pues sabia como actuaba, mas no lo entendía.

Paso el resto de la tarde dando vueltas por el pueblo metida en sus pensamientos hasta que decidió ir a buscar a sus hermanas, aunque no fuera la hora, también quería que la melodía del día anterior se repitiera, pero estaba demasiado cansada como para escucharla.

Cuando llego al muelle se encontró con sus hermanas, quienes sorprendentemente le tenían una propuesta.

- hemos pensado con tu hermana, y decidimos que los mejor es que nos quedemos en una posada, porque es muy incómodo viajar en ese bote, fuera de peligroso - dijo Ananké

- no empieces a decir que No, porque tu no estuviste con nosotras para decidirlo - dijo Nona en son de advertencia

- No claro que no - dijo Nyla - en donde... pero ¿tenemos que ir por las cosas?

- Pues claro, nos vamos ya y volvemos antes que caiga la noche - Dijo Nona mirando el bajar del sol.

Así que se fueron hasta su hogar y sacaron las cosas, al menos lo más importante pues solo pasarían unos días allí, mientras duraba la luna llena. Esto pareció mas como un saqueo, lo hicieron con tal rapidez que se sintió como si estuvieran siendo desalojadas a la fuerza.

Llegaron a la posada cerca de las 7 de la tarde y cuando entraron a la posada el administrador le dijo a Ananké que la habitación con tres camas no estaba disponible por lo que le ofreció dos cuartos conectados entre sí con desayuno gratis por toda la estadía.

Ananké se puso furiosa, pero Nyla la convenció de que era lo mejor, pues así ella podía practicar, cuando le entregaran el violín sin incomodar, por lo que Ananké concordó y le dijo al administrador que para las fiestas de las sirenas le diera el mismo cuarto, haciendo énfasis en que le avisaba con anticipación.

Llegaron a sus cuartos y por primera vez Nyla se sintió en privacidad.

Entre Destinos y SilenciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora