Un Extraño?

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Cuando Nyla al fin pudo respirar, al salir del almacén, decidió que era momento de volver y pedir disculpas por su actuar, pero al mismo tiempo no se sentía lista, pues no comprendió porque se puso así, o más bien, si, pero era imposible, al menos eso era lo que ella pensaba.

Empezó a caminar hacia la playa, recordando a ese chico que se llamaba Declan, sus ojos y su piel, su cabello lacio y su barba algo joven, ¿quien era él? ¿sería posible que fuera él?

- hola te hemos estado buscando - dijo una voz detrás de ella

- como estas Nona, estaba solucionado el problema del violín - dijo Nyla, ocultando sus lágrimas ya secas

- ¿estuviste llorando? - dijo Nona

- no que te pasa - dijo al tiempo que caminaba a la playa

- es obvio, no me digas que es por el violín, oye lo siento no quería dañarlo, pero mira estuve averiguando y hay un nuevo almacén en el pueblo de instrumentos quizás allí lo puedan arreglar o te puedan dar uno - dijo Nona con mucha suplica

- no es por eso - dijo Nyla casi en un susurro.

- hola Hermanas, listo todo, recuerden que mañana hay luna llena y tenemos que mandar a arreglar el bote - dijo Ananké

- si vamos - dijo casi resignada Nyla

Caminando de vuelta al muelle, Nyla no dejaba de sentirse mal, sería posible que ese chico que se llamaba Declan ¿fuera él?, pero es que era muy similar; tenía que contenerse y hacer lo posible para no llamar la atención de sus hermanas Ananké y Nona.

Lo pensó y lo pensó hasta que.

- oye, que si trajiste el violín, el señor me dice que lo puede mandar a arreglar al nuevo taller - dijo Nona chasqueando los dedos

- no... no lo traje, tenía la esperanza que en el almacén hubiera otro - dijo Nyla

- está bien, donde me dice que queda el almacén - dijo Ananké

- en el centro del pueblo cerca al restaurant de doña Abigail - dijo un pescador - pero si quieren pueden traerlo mañana que vendrá el señor que les digo, el también arregla instrumentos musicales de madera -

- no podemos esperar hasta mañana, seguro ¿que está listo para las 6 de la tarde? - dijo Ananké

- si señora, lo decía para que mataran a dos pájaros de un solo tiro - dijo el pescador - pero el bote estará listo hoy mismo -

- no gracias - dijo Nona - si el bote estará listo, después miramos lo del violín -

Salieron de allí y caminaron de vuelta a la playa.

- y ahora que hacemos - dijo Nona

- esperar, demos una vuelta por el pueblo- dijo Ananké - ¿vienes Morta? -

- ¡no me llames así!, ya te lo he dicho - dijo Nyla, casi gritando.

- está bien - Ananké levanto los ojos - Nyla, ¿vienes? - dijo su nombre con desprecio

- no voy a nadar un rato - dijo Nyla al tiempo que le daba la espalda

- como quieras - dijo despetamente Ananké

Nyla, camino hasta sentir como el mar tocaba sus pies, y poco a poco se sumergió en el mar, nadar era otra de las cosas que la hacían feliz, y más que nada sentía que debía estar allí, aunque fuera por hoy, pero por momentos la cara y sobretodo los ojos de aquel chico inundaban sus pensamientos, no comprendía quien era, así que decidió repetirse una y otra vez, que no era nadie, era solo otro turista que venía por los festivales, no era nadie más y así estuvo repitiéndoselo al corazón todo el resto de la tarde y gran parte de la noche, casi como si tuviera que convencer a su corazón de que no era nadie.

Entre Destinos y SilenciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora