Un Tierno Encuentro

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Declan se levantó muy temprano, pues quería volver a ver a Nyla y sabía que ella tal vez le dejara el violín y se iría sin hablar con él; así que se bañó, se puso unos driles algo ajustados y una camisa negra, entro al cuarto de sus padres y les explico que iría a trabajar un rato y pues si lo necesitaban que pasaran por él; bajo a la primera planta y se tomó un jugo de naranja, salió con su cicla en camino al pueblo, algo despacio pues no quería llegar mojado por el sudor.

Cuando iba llegando vio que Nyla ya se iba, así que empezó a llamarla pedaleando con más fuerza, incluso casi hasta estrellarla.

- lo siento ¿estás bien? - dijo Declan al momento que frenaba con fuerza

- si aunque por poco no - dijo Nyla casi acorralándola y asustada - allí te deje el violín, por favor cuídalo llevo mucho con él -

- pero ven necesito que me muestres que necesita - mintió Declan, pues quería tenerla cerca, simplemente hablar con ella un rato.

Ella lo acompaño, caminando despacio junto a él, sin decir nada, solo caminando hasta el almacén; Declan dejo la cicla a las afueras y tomo el violín, abrió la puerta y le dijo a Nyla que entrara, ella entro con pena, mirando la fuerte espalda de Declan la cual la atraía demasiado.

- veamos - dijo Declan mientras abría el estuche del violín y lo sacaba con cuidado - ¡vaya!, fue un gran golpe -

El violín tenía todo el arco inferior totalmente abierto - creo que toca cambiar... casi todo - dijo Declan, al tiempo que noto que Nyla se ponía una de sus manos en su boca y empezaba a llorar.

Declan se apresuró a abrazarla, pues se puso en su lugar, si se le dañara el piano, sería muy triste y duro; cuando Nyla sintió sus fuertes brazos alrededor del su cuerpo, acompañado de su olor tan familiar, empezó a llorar aun mas como si no lo hubiera hecho por siglos, abrazándolo más y más, casi aferrándose a él, dejando que su dolor saliera.

Declan después de un rato y cuando sintió que se calmaba le alzo la cara con mucha delicadeza y noto que sus ojos eran totalmente verdes, tal y como los había soñado, se asustó, pero esta vez solo decidió no temer, sino solo abrazarla con más fuerza, como si al fin la hubiese encontrado.

- te diría que lo siento - dijo Declan susurrándole el oído, sintiendo el olor a flores de su cabello - que mi intención no era que pensaras que sería mejor uno nuevo, porque si tiene arreglo - trato de darle ánimos Declan rogando que fuera así - pero siento que no lloras por eso, siento que no lo hubieras hecho por siglos, siento que llevas una gran pena -

Nyla se sintió avergonzada, más porque cuando levanto su rosto se dio cuenta que Declan tenía el hombro de su camisa mojado y comprendió que era por sus lágrimas, mientras lo limpiaba se percató que Declan bajo sus manos a la altura de su cintura al tiempo que indagaba en sus ojos en búsqueda de una respuesta.

- no, no es eso - dijo Nyla alejándose de él

- no tienes por qué mentirme... pero tampoco tienes porque contármelo todo, hasta ahora me conoces a mí y yo a ti, pero si quieres puedes confiar en mí, así sea solo para llorar, pero me avisas, pues en este momento no tengo más camisas y entenderás... - dijo mientras le mostraba la gran mancha que le había dejado, por lo que Nyla se rio un poco, dejando que sus ojos volvieran a ser cafés de verde claro.

- déjame llamo a mi Padre para que lo arregle cuanto antes - dijo Declan mientras se dirigía a buscar su celular.

- Gracias, muchas gracias, es como si me hubiera quitado un peso de encima - dijo Nyla mientras se limpiaba los ojos, por lo que Declan hizo un gesto restándole importancia.

Entre Destinos y SilenciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora