La Cena

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Así emprendieron el camino, Gerard llevaba las riendas del mismo y seguido a él, iban de gancho Samantha y Roulsh, atrás venían Cristofer y Declan. Por lo que Declan aprovecho para preguntarle a su Padre algo que lo aturdía.

- padre, ¿te puedo hacer una pregunta? - Dijo Declan algo inseguro

- si dime con confianza- aunque su Padre estaba temeroso, pensaba que era algo sobre sexo, pues él creía que entre Declan y Roulsh había algo más que una amistad, a pesar de lo que Samantha y Declan decían.

- es que no se - dijo Declan mientras se rascaba la nuca - desde que llegamos me he sentido algo raro, siento que quisiera salir corriendo al mar y sumergirme en el... no sé cómo si algo....- se contuvo

- Hijo, yo lo sé, yo también me siento así - dijo Cristofer mirando en la oscuridad el rostro de Declan

- ¡en serio! - dijo Declan entre asombro e incrédulo - pues lo aparentas bien -

-claro hijo es necesario, por tu madre, sé que este no es tu hogar y sientes que debes escapar y volver a casa y pareciera que no vas a poder, pero sé que eres fuerte y lograras dejar esas cosas atrás, no estoy diciendo que las abandones, sino como tú me dijiste esta mañana, la decisión está tomada y en la academia te han dado una prórroga, entonces no hay de qué preocuparse, vas a ver que con el trabajo que te dará el almacén y tu repaso del piano, se irán olvidando ese sentimiento de agobio por el que estás pasando - dijo muy coherentemente Cristofer.

Declan quedo un rato en silencio analizando las palabras de su padre y comprendió que su padre se refería al cambio y no a lo que el sentía, por lo que decidió aclarar la situación

- no padre yo... - fue interrumpido Declan

- hemos llegado - dijo a lo lejos Bernard interrumpiendo las palabras de Declan, aunque al parecer eso era lo que Declan quería.

La casa de la familia Cymry Kindelán era más lujosa que la de la abuela de Declan, pues Abigail tenía un restaurant en el pueblo, no muy lujoso, pero sí muy delicioso, al menos eso era lo que estuvo diciendo todo el camino Bernard y él fue como una especie de administrador local, pues era quien se encargaba de que los deseos del gobernador se hicieran realidad, organizando y llevando a cabo las fiestas más nombradas de aquel lugar, papel que ahora desempeñaba Steve el hijo mayor de Bernard, pues estaba estudiando publicidad y gestión empresarial a distancia, por lo que le pareció buena idea practicar, siempre con la supervisión de su padre y los compañeros del trabajo de Bernard; además de eso, Bernard se encargaba de gestionar toda la mercancía del muelle.

Bernard busco y busco las llaves pero se dio cuenta que no las había traído, por lo que decidió timbrar disculpándose muy apenadamente.

En el fondo se escuchó una voz que provenía de la casa, - voy, voy -. Cuando se abrió la puerta salió una mujer no muy alta, aproximadamente de uno sesenta de alto, rubia y de ojos azules muy claros, tez blanca y de unos cincuenta bien conservados.

- Sammm!- dijo la mujer

-Abigail, cuanto tiempo !- dijo Samantha, mientras la abrasaba muy fuerte, así que Roulsh la soltó muy prudentemente y se alegó un poco; cuando hizo esto vio que detrás de Abigail había un chico como de unos 23 o 24 años estaba parado detrás de ella, era muy apuesto, alto esbelto, ojos azules claros, rubio y de piel canela, pero parecía que el sol le había dado este color, más que su propia naturaleza; por lo que Roulsh dedujo que ese era Steve, quien era muy parecido a su madre; se sintió apenada no por no saber que en aquella isla hubiera un chico tan apuesto y el fuera el primo de Declan, sino porque él no dejaba de mirarla.

- ¡pero sigan! pasen - dijo Abigail sin soltar a Samantha.

En ese momento Bernard, entro a la casa seguido por Roulsh, quien paso por delante de Steve, sintiéndose algo aturdida, pues el chico la miro con mucho detenimiento, es mas no le quito la mirada de encima hasta que todos entraron y Abigail le tuvo que decir que cerrara la puerta.

En ese momento todos se instalaron en la sala asombrados por lo hermosa y acogedora que era, finalmente Steve alcanzo a Declan y le dio un fuerte abrazo, hasta el punto en que lo alzo del suelo, por lo que Declan le imploro que lo bajara, cuando hizo eso, Steve muy sutilmente averiguo por la pelirroja.

-huy, primo lo felicito, está muy linda su novia -

- ¿mi novia?, ¿quién? ¿Roulsh?, no ella no es mi novia - dijo Declan acomodándose la camisa

- a no - dijo Steve con cierta prudencia - no me digas que es una prima que no conocía -

- no ella sólo es mi ex-vecina y mi mejor amiga - dijo Declan mientras veía la incontenible emoción de Steve - es como mi hermana, ¿comprendes? - esto último lo dijo con cierto grado de protección, por lo que Steve comprendió y le quito la mirada de encima a Roulsh de inmediato.

Roulsh, era muy linda, tenía el pelo rojo vivo y sus ojos eran de color miel, era muy blanca incluso para las pelirrojas comunes, pero aun así muy hermosa, alta, pero no demasiado, además tenía unas muy buenas curvas; en la escuela muchas veces los chicos le enviaban detalles pero para ella ninguno era interesante, incluso ella le gustaba intimidarlos con sus juegos algo perversos, cosa que esta vez no pasaba, pues Roulsh no dejaba de sentirse muy intimidada por Steve, situación que no debía permitir.

En ese momento, bajo un chico de unos catorce años, muy parecido a Steve, pero con el cabello castaño y piel morena de naturaleza, en cierto grado más parecido a Bernard y a Cristofer.

-buenas noches a todos - dijo el chico, al tiempo que miraba a Roulsh - wau, pero muy buenas noches, señorita - la tomo de la mano y le di un tierno beso, lo que hizo sonrojar aún más a Roulsh - ¿quién eres? ¿Un ángel? - en ese momento Declan y Steve carraspearon no muy duro, pero si al mismo tiempo, por lo que se escuchó con mucha fuerza.

- Es verdad, no nos han presentado a esta linda chica - dijo Abigail

- sí que pena con ustedes - dijo Declan sintiendo que era su deber - ella es Roulsh Connell, mi amiga de Londres y nos acompañara estos días - dijo Declan haciendo poner de pie a Roulsh.

- buenas noches, es un placer -'dijo Roulsh con mucha más pena

- un momento dijiste "amiga" ¿verdad? - dijo el chico, quien se llamaba Bryan y era el hijo menor de Bernard y Abigail, al tiempo que su hermano Steve le daba un pequeño pero muy visible calbazo

- déjala en paz - dijo Abigail - y este es mi hijo -

- que grande esta - dijo Cristofer mientras lo despeinaba

- ¡tío!, basta me avergüenzas - dijo Bryan mientras se peinaba

- bueno tienen hambre, porque yo si - dijo Abigail, frotándose el estomago

En ese momento todos se pasaron al comedor principal, que era muy grande, Gerard poco a poco les fue diciendo a cada uno donde ubicarse, Abigail se sentaría en el extremo de la mesa, al lado derecho Samantha y en frente de ella Cristofer, al lado de Samantha se sentó Roulsh y enfrente Declan, pero cuando cayó en cuenta era demasiado tarde, pues Steve ya se había sentado al lado de Roulsh, de manera muy complacida, Bryan se sentó de mala gana enfrente de Steve, pero al mismo tiempo mirando y haciéndole guiños a Roulsh, si bien en la escuela muchos chicos asediaban a Roulsh ella no dejaba de sentirse incomoda, no por Bryan aunque en cierto sentido si, sino por Steve, pues él quería que ella estuviera lo más cómoda posible y al mismo tiempo recibir tanta atención de parte de dos hermanos, la confundía un poco; y finalmente Bernard se sentó al otro extremo de la mesa.

Cuando todos estuvieron sentados Abigail entro con una gran cacerola, eran espagueti con albóndigas, la comida favorita de Samantha, por lo que ella se sintió muy homenajeada, empezó a servirles a cada uno de los invitados y todos quedaron muy conformes con lo que les sirvieron, al finalizar Bryan se paró diciendo que aún faltaba lo mejor, fue a traer un postre que había preparado el mismo, porque al parecer tenía gusto por la gastronomía, sobretodo la repostería, les sirvió a cada uno un poco y a Roulsh le dio una pequeña flor, ella le dio las gracias y un beso muy tierno en la frente, en ese momento Bryan miro a su hermano mayor como indicando que él había ganado y este solo le dio una pequeña sonrisa indicándole un "no seas tonto".

Cuando todos terminaron de comer pasaron a la sala y encendieron la chimenea, todos estaban muy llenos como para querer algo más, Samantha se sentó en un gran sofá abrazada tiernamente por Cristofer, Roulsh y Declan se sentaron al lado de ellos y en sillas individuales se sentaron Steve y Bryan, y en otro Bernard alzando a Abigail.

Entre Destinos y SilenciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora