Capítulo 14

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La vi marcharse por la puerta y dije "Bon voyage", ni ella podía pedir menos, ni yo darle más. Y fue el orgullo que me dijo "no vayas detrás"...

Je veux te dire. -Sharif.

Giovanni

Venir a casa de mi padre era una completa pesadilla, era como bajar al mismísimo infierno y hablar con el demonio. Solo que este demonio tenía traje y corbata, un título en Derecho y su propio bufete de abogados.

-Sube a por los papeles que hay en mi habitación. -espetó.

-¿El por favor y el gracias?

-Están en el escritorio. -añadió, ignorándome. -No tardes, tengo prisa.

Suspiré y salí de ahí.

No sé porque le ayudaba, estaba claro que le daba igual. Aun así quería que supiera que si servía para esto, por mucho que pensara lo contrario.

Me había esforzado mucho en demostrarle a mi padre que la carrera de Derecho era para mí, pero él se negaba a verlo, por eso dejó de pagarla. Dijo que no iba a malgastar su dinero en mí, pero la verdad era que nunca se había gastado dinero en algo relacionado conmigo. En nada.

Subí las escaleras lo más rápido que pude, entré a la habitación y antes de dar un paso más, un olor horrible se hizo presente. Unos ruidos en el baño llamaron mi atención, por lo que me asomé a la puerta y vi a Ana, la chica de limpieza, vomitando.

Torcí la boca con una mueca.

-¿Estás bien?

-Si...solo son náuseas.

-¿Has comido algo en mal estado?

-No, creo que son productos de limpieza, últimamente me hacen vomitar.

Que raro.

Me acerqué a ella para ayudarla a ponerse de pie, aunque no parecía haber acabado, así que cogí un poco de papel y se lo di.

-Gracias. -susurró.

-¿Cuánto tiempo llevas así?

-¿Qué?

-Vomitando. -aclaré.

-Unas semanas, puede que más, no sé tal vez he comprado algo que antes no usaba o tal vez he comido algo...

De pronto, se calló, como si ya supiera que es lo que realmente pasaba. No dijo nada más, lo que me puso nervioso. Observé cómo me miraba, asustada y entonces pude hacerme una idea de lo que ocurría.

-¿Estás embarazada? -pregunté, realmente sorprendido.

-No... Es imposible... Yo...Dios mío...

Empezó a llorar, me senté a su lado, sin saber muy bien qué hacer. Era una buena noticia, ¿no? Tal vez lloraba de emoción o tal vez era una noticia horrible.

-Tranquila. -le digo. -Serás una madre increíble y estoy seguro de que tu pareja será un buen padre. Todo irá bien.

No mentía.

No sabía quién era el padre, pero ella era una buena persona, siempre se preocupaba por mi. Trabajaba muy duro y hacía bien su trabajo. Se notaba que se esforzaba, sabía que haría lo mismo por ese bebé. Pasara lo que pasara, saldría adelante.

-No...él...no...

-¿Qué?

-Lo...lo siento tantísimo.

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