Capítulo 19

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Busco medio gramo de felicidad. Justo en mitad de la luz y de la oscuridad. Sé que el destino se parece a la casualidad, pregúntale a mi cuaderno...

En el fondo del vaso. -Sharif.

Vanessa

-Estoy tan contenta de que estés aquí, Vane. -dijo Sandra. -Lo vamos a pasar genial, él es un buen chico, de los que valen la pena. De verdad.

Asentí.

Yo no estaba tan contenta, no como debería. No sabía dónde demonios me había metido, ni porqué lo hacía. Estaba claro que intentaba pasar página y seguir como si nada, pero por primera vez en mucho tiempo no me sentía bien.

Estábamos de camino al cine, para una cita doble. Si. Una cita. No había tenido una desde que estuve con Giovanni y no me parecía buena idea tener una ahora. No si no era con él, aun así tuve que hacer un esfuerzo y fingir que estaba bien. Que todo lo estaba.

-¡Habéis llegado! -exclamó Ric.-La película está a punto de empezar.

Sonreí, para disimular mis ganas de salir corriendo.

-Vane, este chico de aquí es tu cita. -dijo Ric.

Mi cita.

Solo de oír eso me dieron ganas de quedarme aquí fuera. No por él, por mí. Parecía un buen chico, era guapo, si, pero solo eso.

-¿Cómo te llamas? -murmuré.

-Martín.

Me mordí el labio, impaciente por llegar a la sala y ver la película. En absoluto silencio entré al cine. No esperé a que nadie me siguiera, simplemente fui por libre. Estaba siendo una mala educada, dios. Yo no era así, no era esta clase de persona, pero todo me resultaba demasiado difícil.

-¿Quieres palomitas? -me preguntó el chico.

-No, gracias.

Busqué con la mirada a Sandra y Ric, ellos estaban como si nada. Se supone que es una cita doble, no una cita a solas. Fantástico.

-¿Entramos? -pregunté.

Quería acabar con esto cuanto antes.

-Eh... si... claro.

Me senté y esperé a que empezara la película. No sabía que íbamos a ver y me daba igual. Esto había sido una mala idea. No necesitaba salir con otros chicos, no quería hacerlo y no sé por qué lo hacía. En el fondo creía que esto me ayudaría, que si me esforzaba, encontraría a otra persona. No sé. ¿Por qué no podía tan solo dejar de pensar en él? Tendría que ser fácil, sencillo. Tendría que haber sido así. No éramos novios, solo salíamos. No éramos nada serio, pero ese nada se sentía mucho. Se sentía un todo.

Respiré hondo e intenté apartar todos mis pensamientos. Todos los que tuvieran que ver con él, pero no pude. Y así estuve toda la película, pensando en nuestras citas, las conversaciones, incluso en todos los te quiero que no le dije, pero sentía. Había sido una estúpida y seguía siéndolo.

-Ya ha acabado. -La voz de Martín hace que vuelva a la realidad.

-¿Qué?

-La película.

Abrí los ojos, sorprendida. No me había dado cuenta.

-Lo siento.

Me levanté rápidamente. Salí de la sala avergonzada, Sandra y Ric ya estaban fuera, esperándonos. Apresuré el paso para llegar cuanto antes junto a ellos, Martín iba con la cabeza agachada y a paso lento. Como si no le interesara nada de esto.

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