En el principio fue muy fácil para ellos formar una burbuja entre los dos, en donde nadie más entraba porque cada uno tenía un rol muy claro, mientras Yoongi y Namjoon se encargaban de la música y la producción, Seokjin se encargaba de mantenerlos sanos y alimentados, Jungkook se encargaba de crecer fuerte y sano y seguir trabajando sus distintos talentos y Hoseok se encargaba de Jungkook.Y era la mejor cosa de la que encargarse porque en aquel entonces Hoseok ya veía que estaba viendo crecer frente a sus propios ojos a un niño que cuando fuera hombre se comería el mundo entero con su talento y no le importaba si ni siquiera llegaba a debutar con todos ellos, haber conocido a Jungkook valía la pena. Ver nacer una estrella y disfrutarla desde los inicios de su brillantez valía la pena.
Hoseok realmente practicaba su baile diariamente y muy duro pero incluso en los días donde se cansaba mucho no significaban algo para él porque bailar nunca era un esfuerzo y no tenía mucho más de que ocuparse antes de que lo involucraran en la producción de música y la composición de rap.
Así que su trabajo era Jungkook.
Y no es que él quisiera quedarse solo con Jungkook para él solamente, en verdad, creía que era justo que todos recibieran un poco del encanto del menor, de hecho, pero si el chico quería vivir a su alrededor, lo recibiría de muy buen gusto.
Solo que Jungkook a veces era algo...demasiado.
Literalmente, no lo dejaba solo nunca y no es que Hoseok se molestara con eso, estaba acostumbrado a la atención, ya que la buscaba él mismo, pero Jungkook era de alguna forma, algo más.
El niño lo seguía a todas partes como un pollito recién nacido va tras su madre.
Solo que Hoseok adivinaba que la forma en la que Jungkook lo miraba no era precisamente de forma familiar.
A Hoseok le gustaban los chicos tanto como las chicas y era algo que había aceptado hace mucho. Algunos dirán que fue para tener mas opciones luego de haber perdido a una chica. El dirá que esas son patrañas. El amor es amor. La atracción es atracción. Y no importa lo que una persona o la otra tenga entre sus piernas cuando una de esas cosas se da.