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Caminé hacia donde estaba Karen y Amy. Ambas ya con su segunda copa en las manos.


- ¿Todo bien? -preguntó Amy.


- Parece que no -le contesté- Tiene muchísimos problemas.


- Ah, lo siento, me terminé tu Margarita, pero ahí tienes el otro.


- Puedes tomarlo también si quieres.


- No, bébetelo tú.


- En serio, estoy bien así, no soy de las que toma mucho.


- Kris, no va a parar hasta que te lo acabes -me advirtió Karen.


- Venga, solo tomaste un poco del primero, ya que yo me tomé el resto -rió Amy- Así que venga, está exquisito.


Tomé la copa, lo primero que sentí fue el sabor de la sal que había en los bordes de esta.


- Adelante -me presionaba Amy.


El líquido recorrió mi garganta, ese ardor que antes había sentido se presentaba otra vez. Cerré los ojos con fuerza, y di un gran suspiro tras terminarme toda la bebida.


- Así se hace -aplaudió mi hermana- Ahora, ¿estaría bien si bailamos un poco?


- ¿Bailar? Karen, sabes cuánto odio bailar -me quejé.


- Va a ser solo un momento, lo prometo, además, no te quiero dejar sola, y mira la cara de Amy, ¿ves cómo desea ir a bailar?


- De verdad que no quiero ir.


- Puede que tú no, pero tu vestido tiene unas ganas de brillar tremendas -habló Amy- Déjalo divertirse un rato.


- No estoy de buen humor justo ahora como para ponerme a bailar.


- ¿Y cuándo lo estás? -rió mi hermana- Por favor, Kristen. Deja tus muchos problemas fuera de aquí, te lo pido, quiero que te la pases bien.


- Me la puedo pasar excelente sentada aquí viendo como ustedes bailan.


- No me parece -dijo Amy. Las dos chicas tomaron mis manos y me arrastraron hasta el centro del lugar, donde había mucha gente bailando.


- No vas a estar parada así ¿verdad? ¡¡Muévete Kristen!! -gritaba mi hermana.


- Emmm... tengo que ir al baño, prometo que cuando vuelva bailaré con ustedes -les dije. Me di la vuelta y caminé hacia los baños.


Al entrar respiré profundamente, la música ya no se sentía tanto. Desearía poder quedarme aquí, solo hasta que Karen y Amy se cansaran de bailar, cosa que dudo que pase. Me miré en el espejo y arreglé un poco mi cabello. Hice todo lo posible por tardarme, pero ya no lo podía demorar más. Salí del baño y ahí estaba la música retumbando en mis oídos otra vez. Busqué a mi hermana con la mirada, y una vez ubicada me dispuse a caminar hacia ella.


- Esto era exactamente lo que me faltaba -dije mirando mi vestido el cual estaba lleno de alguna bebida.


- Ups... lo siento, lo siento. Se quitará -habló el chico con el que me había tropezado.


- Ah, pero mira quien es -al levantar la vista me había encontrado al mismísimo sujeto que me había encontrado una vez en casa de mi padre follándose a una rubia.


-Vaya, Kristen, no me esperaba verte aquí. Venga, te acompaño a lavarte.


- ¿Qué te hace creer que necesito tu ayuda para eso?


- Sólo estaba tratando de ser amable, ya que fue por mi culpa, pero a decir verdad no me importa, fácilmente puedo irme, si no me necesitas.


- Espera... si fue tu culpa... deberías ayudarme.


- Eso dije... ¿vamos?
- Vale -caminó delante de mi hasta que llegamos al baño de los chicos- ¿Qué... hacemos aquí?


- Hay que lavar eso. Mira a tu alrededor, ¿dónde más vas a conseguir agua?


- Sí, pero... el baño de chicas...


- Chicas, ven a un tío entrar a su baño, comienzan a gritar y llaman a seguridad. Chicos, ven a una tía en su baño, y pues todo es distinto, así que mientras estés ahí dentro conmigo, todo estará bien.


- No me fío de ti, follador de rubias.


- Primero, eso era actuación, segundo, trabajo para tu padre, lo que me impide pasarme contigo, tercero, no eres rubia, y cuarto, si eso se seca pasaremos más trabajo quitándolo. Entonces, tú decides.

Tu Elección [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora