21. Confianza

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"Sacred prayer and we'd swear to remember it all too well"

Meredith Padgett

3 de agosto, 1980

—¿Estás nerviosa? —preguntó Amy, no estaba segura de qué responderle, lo estaba un poco, pero no de la mala manera.

—Emocionada —dije por fin. Cristina, como siempre, peinaba mi cabello con destreza, pues la dejé escoger lo que quisiera.

—Evidentemente —respondió mi amiga con una sonrisa. Amy estaba vestida con un vestido azul marino que remarcaba su figura, y jugueteaba con una copa de vino, bebiéndolo de vez en cuando.

—Nos queda poco tiempo —apremió Lily entrando a la habitación. Ella y James habían sido lo suficientemente gentiles para dejarnos tener nuestra pequeña ceremonia en su patio trasero, antes de que dejaran esa casa para ir a un lugar seguro y, sobre todo, secreto.

Lily portaba un vestido en color verde esmeralda, y estaba segura de que más tarde vería a James con una corbata del mismo tono.

—Ya solo falta el vestido —respondió Cristina, alejándose de mí para admirar su obra; ella había optado por un clásico traje sastre en tonos grises, las tres se veían, indudablemente, hermosas.

Amy me ayudó a entrar en el vestido que había escogido, era sencillo, largo y sin tirantes en tela blanca con pocas capas de tul; cuando por fin subió el cierre y me permitieron verme en el espejo, la emoción que sentía en mi pecho se intensificó. Ponerme el vestido lo hacía todo más real, como si hubiese estado en un sueño tan hermoso que me daba miedo despertar.

—Bellísima —exclamó Lily, Amy y Cristina asintieron en acuerdo.

En ese momento, alguien llamó a la puerta, las cuatro estábamos en el cuarto de Lily, esperando a que fuese hora de salir.

—Toc toc —Sirius abrió lentamente, tenía una mano cubriéndose los ojos— ¿Están decentes?

—¿Ya llegaron todos, Sirius? —preguntó Lily, ignorándolo, él se destapó la cara y asintió con la cabeza.

—Nos vemos en un momento —se despidió Amy antes de salir del cuarto, seguida de Lily y Cristina.

—Mírate —exclamó Sirius, tomó mi mano y me hizo girar sobre mí misma—, te ves hermosa, Padgy.

—Oh, calla —respondí sonrojándome; él también se veía bien, bastante bien, aunque Sirius siempre se veía guapo.

Lo abracé con fuerza; cuando nos conocimos, seguramente ninguno de los dos había imaginado que estaríamos ahí, juntos, nueve años después. Nunca pensé que lo querría tanto, que le tendría tanta confianza, ni que Sirius Black sería el hombre que caminaría por el altar conmigo el día de mi boda.

No había invitado a mi padre, no porque no quisiera tenerlo ahí, pero estaba segura de que traería más problemas de los que valía; además, con un día de anticipación no podría llegar, y ya le informaría de mi nuevo estatus después.

Cuando me separé de él, Sirius puso sus manos sobre mis hombros, serio de repente.

—Padgy —comenzó, su tono comenzaba a preocuparme—, tengo algo que preguntarte.

—Oh, Sirius, ¿al fin vas a confesar tu amor por mí? —pregunté con dramatismo, intentando hacerlo reír.

—Qué asco, no —negó con la cabeza, al menos había logrado sacarle una pequeña sonrisa—. Es sobre Remus.

Llamó mi atención que no lo había llamado "Lunático"; siempre lo hacía, incluso cuando él no estaba presente, alcé una ceja y Sirius continuó.

Viejos amigos | Remus Lupin | MerodeadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora