"And I was never good at telling jokes, but the punch line goes"
Meredith Lupin
9 de marzo, 1981
En nuestra encarecida lucha con bolitas de papel, tenía el orgullo de decir que Marlene y yo íbamos ganando; por supuesto, éramos dos contra uno, pues Sirius, a falta de compañero, peleaba solo.
El joven Black tenía mucha basura a su alrededor, pero los tres reíamos con energía, evitando nuestros pendientes durante toda la mañana.
—¡Alerta permanente! —la voz de Alastor Moody nos silenció inmediatamente. Los nos giramos a la puerta de nuestro cubículo; el hombre nos miraba con una ceja alzada. Se aclaró la garganta, pero ninguno respondió— Probablemente les interese saber que el consejero Alwyn ha sido encontrado muerto en su casa esta mañana.
—¿Qué? —exclamé con sorpresa, sin preocuparme por mi normal educación.
—Aparentemente no era paranoia —Alastor arrojó un folder en mi escritorio, haciendo caer varias bolitas de papel, lo miré un poco avergonzada—. Espero el reporte archivado en una hora.
Asentí con la cabeza sin atreverme a replicar. Abrí el documento al tiempo que Sirius y Marlene se deslizaban en sus sillas de rueditas hasta mí; los tres nos inclinamos sobre él, cada uno leyéndolo por su cuenta.
—Mierda —exclamó Marlene, haciéndose hacia atrás—, suena bastante doloroso.
—Y lento —asintió Sirius, negó con la cabeza, supuse que no se sentía culpable, pero como siempre que ocurría la muerte de alguien que conocía, por muy distante que fuera, algo pequeño se rompía en él, yo podía notarlo.
—No parecía tan horrible como para que lo mataran —comentó Marlene volviendo a su escritorio y poniéndose a trabajar en lo que sea que le tocara.
—Últimamente todos los reportes son de muertes —respondí, volví a leer el documento para asegurarme de no perder ningún detalle y que todo estuviese en orden, que no pareciera una mentira.
Al parecer O'Kelly había sido enviado a buscar al consejero Alwyn cuando no se apareció en el trabajo, y el resto era historia. Podría haberlo mandado a la sección de muertes, pero al no saber si los mortífagos obtuvieron información después de la evidente tortura a la que lo sometieron, me decidí por mandarlo a investigación; alguien más se aseguraría de encontrar qué tanto sabía el desafortunado consejero.
Al salir del ministerio, Marlene se fue a casa y Sirius me pidió que lo acompañara a la suya, aparentemente no muy feliz.
—¿Estás bien? —pregunté una vez que entramos, viendo cómo se dejaba caer en el sofá con cansancio. Arrojé mi abrigo a una silla.
—Es como ver a la muerte cada que me giró a algún lado —respondió cubriéndose el rostro con las manos y echando la cabeza hacia atrás. Lo miré de pie, a unos pasos de él, no se llevaba bien con ese tema.
—Lo sé —respondí, habían pasado casi dos meses de la muerte de Amy, y cada vez que pensaba en ella se me llenaban los ojos de lágrimas.
—Tengo miedo, Padgy —reveló Sirius, me sorprendió su súbita franqueza, él podía admitir muchas cosas, pero el miedo no era una de ellas—. Tengo miedo de que algo les pase a ustedes, a Cornamenta, Lily, Harry...
—Entiendo —dije, por fin me decidí a sentarme junto a él, le permití recostarse en mi regazo con actitud protectora, acariciando su negro cabello. Estuve a punto de explicarle lo que se sentía perder a un ser querido, pero no tuve que hacerlo, Sirius lo sabía perfectamente bien.
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Viejos amigos | Remus Lupin | Merodeadores
Fanfiction-Parecen muy cómodos juntos -respondió Remus encogiéndose de hombros. Fruncí el ceño. -No hablas en serio -alcé una ceja-. No me gusta Sirius. -¿Qué? -parecía desconcertado, lo cual, por alguna razón, hizo que me molestara aún más- ¿Por qué no? -¡Po...