Capítulo 5 - La Mentira

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Un hombre de tez morena preguntó, muy alto y musculoso. Su camisa blanca hacia que su cuerpo resaltara demasiado, no podía dejar de verlo. Una cicatriz en la ceja izquierda y esos ojos verdes lo hacían verse asombroso. Por su pose y gestos, podría decir que él era el encargado.

El mensaje que le mande a Noah y me dijeron que vendría ella por el —dijo uno de los hombres, arqueando la ceja y cruzándose de brazos— ¿Tienes idea de en que te metiste? —la verdad no sabia, solo que ahora si me sentía asustada— No vas a matarme ¿verdad?

Observaba con delicadeza a cada uno de ellos, solo por si acaso, cuando uno de ellos se me hizo familiar.

—Espera, a ti te conozco, creo haberte visto en varias ocasiones. ¿Qué demonios esta pasando aquí?

—No puedes estar aquí, tienes que irte

—¡No te atrevas a tocarme!

—Lo siento, en verdad tienes que irte. Ryan, escóltala de regreso a su casa. Llamaré a Noah

—¡Esperen, no! Necesito que me den respuestas ¿qué es todo esto?

Yo mismo te las daré

Esa voz me era familiar, era él, era Noah. Me gire hacia él y de repente me sentí a salvo, lo abracé aun sin saber qué pasaba.

¿Qué es lo que esta pasando Noah?

Noah les ordenó que nos dejaran solos, él se miraba decepcionado y me miro fijamente a los ojos, sus ojos estaban llenos de tristeza y enojo al mismo tiempo, tenia sentimientos encontrados. Él solo estaba mirando hacia abajo y en silencio, con sus manos sobre la cintura, quizás estaba pensando o tratando de no matarme.

¿Por qué revisaste mi celular? —dijo, aun mirando hacia abajo— Yo no quería, yo estaba en la cocina y escuche que llego el mensaje y pues.. —me sentía triste, yo sabia que el estaba decepcionado pero de mi — ¿Eso no es revisar mi celular? —me quede en silencio total— ¡Contéstame! —gritó— ¿Qué es lo que estas ocultando? Lo que esta hecho, esta hecho. —él nunca me había gritado, esta vez si la había cagado y muy feo— No debiste haber hecho eso nunca Luisana, no quiero que me preguntes nada, lo único que hago es protegerte. —de que demonios hablaba— ¿Protegerme de qué exactamente?

Noah solo me miró y giro su cabeza hacia uno de los que se encontraban a la orden pero, no ordeno a cualquiera, sino al que era familiar para mí, y fue ahi que tuve un flashback. Recordé haberlo visto en el bar al que fui con mis amigas y él se encontraba del otro lado del bar mirándome, incluso cuando iba de compras pero nunca le tomé importancia, para mí solo era coincidencia.

—¡Eras tú! Eres al que vi en el bar, en el centro comercial e incluso en el café ¿no es así?

—El es Ryan, tu guardaespaldas.

—¿Mí qué? ¿Por qué necesitaría yo uno? Te volviste loco

—Hablaremos luego Luisana, en casa, no hagas una escena

Tan pronto Ryan y yo nos fuimos del lugar, Noah exigió hablar con el resto que se encontraba presente.

—¿Quién es el responsable de esto?

—Yo jefe, perdón

—Thomas, dime que fue lo que pasó

—Yo le mande un mensaje diciendo que el envío ya había llegado y como respuesta obtuve que su hermana vendría por usted y yo solo seguí las ordenes

—¿Cómo supiste que ella estaba aquí Noah?

—Ryan me dijo, él si estaba haciendo su trabajo al estar pendiente de ella

—Lo siento mucho de verdad, no volverá a pasar jefe

—Esta bien, no es tu culpa sino mía, no debí haber dejado mi celular. Quiero que todos me escuchen muy bien porque no lo volveré a repetir, si esto vuelve a pasar con algún otro integrante de mi familia, yo mismo los voy a matar. Si me llaman o me mandan mensaje, pregunten si estoy disponible y si contesto que sí, no soy yo.

—Lo haremos

—Espero que si Volkan, por el bien de todos

¿Recuerdan el hombre guapo de tez morena? Bueno, les presento a Volkan Cox, la mano derecha de mi hermano y el encargado de que todo salga de acuerdo al plan cuando mi hermano no esta disponible.

Seattle, Estados Unidos

Los días pasaron y al otro lado del mundo se encontraban Daan e Ingrid aterrizando en el aeropuerto, claro esta que el cambio de horarios los traería muertos. Estaban por reunirse con su hija, el único detalle era que ella no tenia idea de la llegada de sus papás.

Nerviosos y ansiosos, se dirigieron hacia el apartamento donde Ella Rose se quedaba, no sabían con qué se encontrarían o que había de nuevo en la vida de su hija. De ante mano sabían que su hija tendría demasiadas preguntas sin respuesta y con tal de llevarla de regreso, se las iban a contestar. Tan pronto como tocaron el timbre, se vieron fijamente y se tomaron de las manos.

¡Mamá! ¡Papá! ¡No puedo creer que estén aquí!

Estaban desconcertados de ver cómo su pequeña hija había cambiado tanto en solo 1 año. Ella ya no era una niña, parecía toda un adulto, muy hermosa con su larga cabellera color café y sus ojos color avellana. No pudieron aguantar más y la abrazaron, Ingrid tenia los ojos vidriosos, había muchos sentimientos encontrados. Se dirigieron a la sala de estar, se sentaron y platicaron hasta el anochecer.

—¿Cómo estas mi princesa?

—Estoy mucho mejor ahora que están aquí. ¿Dónde esta Ysabella?

—Ella tuvo que quedarse en casa lidiando con algunos papeleos pero te extraña mucho

—Cuéntanos princesa, ¿cómo has estado? No nos hablas muy seguido que digamos

Ella Rose:

No estaba ocupada haciendo algo exactamente cuando escuche el timbre de la puerta, jamas me hubiera imaginado que mis papás se encontraban del otro lado de la puerta, y sí, lo estaban. Me sentí feliz, triste, emocional y por alguna razón, decepcionada. Sé que yo estuve de acuerdo con que me mandaran fuera del país pero que se deshicieran de mi de esa manera, me había roto el corazón. Ya tenía hecha mi vida, tenia muchos amigos, un trabajo y a mi novio. No podia pedir mas, aunque no sabia la verdadera razón por la cual habían venido, la cual no me daba buena espina.

Continuara...

ELLA, el REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora