Capítulo 12 - Sanos y Salvos

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Qué sorpresa —dijo un hombre en un traje gris muy elegante, levantándose de su asiento para saludarlo— Siento haber llegado tarde —ambos se sientan— No hay problema, no me hubiera ido de todos modos —por supuesto que no— ¿Para qué soy bueno? —Daan observaba el lugar, sabia que no estaban solos— No hay prisa pero me gusta que seas directo, somos muy parecidos ¿sabes? Escuche que estas teniendo problemas con tus restaurantes o debería decir ¿los de Marian? —le sonrió a Daan de la manera mas sarcástica— No del todo, ella quiere recuperarlos pero no puedo entregárselos así que quiero hacer algo al respecto

—Me agrada tu entusiasmo pero no se si lo necesites en este momento, me parece que no tienes conocimiento de que Marian no esta sola
—Por supuesto que lo sé, conozco a su esposo

—Claro. ¿Cuál es tu plan, de quién quieres deshacerte?

—De nadie, aun. Pensaba en chantajearla por medio de su hija

—¿Te refieres a tu hija? Vamos, no seas tan malo contigo mismo, que por cierto, se toda la verdad sobre ella

Quién iba a pensar que un padre sería capaz de tan siquiera pensar en deshacerse de sus propios hijos. Pasaron horas planeando lo que pensaban sería "el plan perfecto" pero en realidad no sabían en lo que se metían.

Los días pasaron y ya estábamos de vuelta del viaje familiar, cada quién en su hogar. Era tiempo de que Noah regresara a sus deberes, todos en el clan lo extrañaban, por no decir que necesitaban ordenes más firmes. Yo empece a tener mis lecciones y entrenamientos en los cuales destaque, al parecer era muy buena en el tiro.

Hoy debutas Luisana, termina de prepararte, te veo en mi oficina en 10

Todos estaban nerviosos por mi debut, en realidad era un trabajo muy importante y se tenia que hacer sí o sí. Mi tarea era pretender que trabajaba en la torre de control y detenerlos un momento para así darles mas tiempo de llegar a Noah y el resto. No había marcha atrás.

Sentía que mi corazón se iba salir de mi pecho, mi corazón bombeaba mucha sangre y a mil por hora, sentía como mis manos me dolían del mismo nervio, tenía sentimientos encontrados; todo tenía que salir tal cual y se planeó.

Me encontraba en mi posición y solo era cuestión de esperar unos minutos para que aterrizaran y finalmente conocerlos. ¿Recuerdan el dicho "el tiempo vuela"? Pues es jodidamente correcto, ya estaban aterrizado y esa era mi señal.

¿Cómo estuvo su vuelo? —dije mientras los miraba fijamente— Estuvo bien, creo. Lo siento pero ¿quién eres? No creo haberte visto el otro día —este era mi momento de brillar— Oh no, estaba ayudando en el vuelo que habría a lado, no son los únicos que necesitan nuestros servicios ¿sabían? —me reí y para mi sorpresa, ellos también lo hicieron—

Uno de ellos atrapó mi atención, era mucho mas alto que yo, vestía una chaqueta negra, esos ojos cafes claros eran hermosos, me quede sin palabras perdiéndome en sus ojos hasta que recordé que era lo que hacia ahí.

Su jefe aun no envía su transporte —dije— ¿Mi jefe? —uno de ellos sonrió y bajo la mirada— Si dije algo malo, perdón —odiaba la idea de fingir ser despistada— No hay problema, ¿cual es tu nombre? —demonios, nunca hablamos sobre eso pero decir mi verdadero nombre no era una opción— Me llamo Lissy —que inteligente, el nombre de mi mejor amiga— Encantado de conocerte, soy Andrew —el sonrió y estiro su mano— El gusto es mío.

Esa era la palabra clave para mi hermano y el resto. Tenia que salir de ahi lo más pronto posible. Me despedí de el con la excusa de otro avión en camino y salí del lugar.

Tan pronto salí del lugar, comencé a correr para no ser vista por alguien más cuando de pronto vi llegar las camionetas en las que mi hermano y el resto vengan, se bajaron con las armas en sus manos. Lo único que hice fue rezar por mi hermano.


Wyatt y Andrew se encontraban aun dentro del lugar, sentados, parecía que los estaban esperando porque ni siquiera habían hecho el intento de levantar su arma. Noah se sentó frente a ellos y puso su arma por un lado de él.

—Creo que me estaban esperando

—En realidad no pero hemos escuchado sobre ti, no eres un asesino, así que por eso vinimos en paz.

—¿Qué es lo que quieren?

—Solo queremos hablar contigo y llegar a un acuerdo, si te parece

—¿Y que te hace pensar que voy a aceptar?

—No lo sé, tal vez te ayudaría a extender tu negocio. Reunamonos mañana, tenemos una buena oferta.

—¿Tenemos?

—Si, mi hermano y yo. Me llamo Andrew Khan


Con eso dicho, la reunión seria al día siguiente. Todos se encontraban descansando en la casa de seguridad, todos habían hecho bien su trabajo y yo fui felicitada. Mi hermano estaba orgulloso de mí y nada me hacia mas feliz en ese entonces, después de unas copas que nos habíamos tomado, nos fuimos a casa donde nuestros padres nos esperaban y no estaban nada contentos.

¿Donde demonios han estado? —mamá corrió hacia nosotros buscándonos alguna herida— Nos tenían muy preocupados, ninguno de los dos nos contestaban las malditas llamadas, pudieron habernos mandado mensaje diciendo que se irían a tomar unas copas —me sentí aliviada al escuchar eso, no había sospecha— Estamos bien papá, solo teníamos un momento de hermanos que creo estaremos haciendo seguido —Noah dijo mientras me sonreía— Necesito hacerme un té, no puedo con estos nervios —se va a la cocina—

Seguíamos parados en la entrada principal de la casa en silencio, sabía que Bram no se había tragado lo de "tiempo de hermanos", era demasiado astuto. Me despedí de ambos dándoles el beso de las buenas noches y me dirigí a mi habitación.

—¿Dónde estaban?

—Ya te lo dije, ¿en serio es tan difícil creernos? Papá, solo estábamos pasando tiempo juntos

—Espero que no me estén mintiendo Noah, no quiero que me decepcionen

—Te hice una promesa ¿no?

Continuara...

ELLA, el REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora