Capítulo 14 - Reconciliación

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Noah les dio el resto del día libre a todos, algunos decidieron quedarse a tomar unas cuantas cervezas en una sala tipo bar que tenían en la segunda planta, mientras los otros habían preferido irse a sus casas. Al tiempo, Noah miró su reloj observando que ya marcaban las 4:10 pm, era cuestión de 20 minutos para que e cruzara toda la ciudad y llegar a casa de su novia.

Después de 10 minutos hace una parada express para comprar un ramo de rosas rojas, siendo la razón de su llegada de 5 minutos tarde.

Entrega para Leilani Williams —dijo escondiendo su cara detrás del ramo— No creo haber ordenado uno —dijo mientras se cruzaba de brazos— Cinco minutos, te lo recompensare, lo prometo —se miraron fijamente quedando en silencio— Te odio porque no puedo estar enojada contigo, dame un beso.

Noah le entregó el ramo de rosas quedando libre de sus manos, la tomó de la cintura y con la otra acarició su mejilla mientras la besaba de una manera apasionada, la cargó y la llevo hasta el sofá de la sala sin dejar de besarse en ningún momento, hasta que ella detuvo ese largo y apasionado beso.

—¿Como te fue en el trabajo amor?

—¿En serio? Estuvo un poco tedioso como siempre pero nada para preocuparme. Leilani, discúlpame si alguna vez pensaste que te estaba dejando de lado, quizás si lo hice pero juro que no era mi intención

—Si lo se, discúlpame tu a mi por como actué en la mañana, es solo que te extrañaba mucho

—Tenias toda la razón para molestarte, pero ya no volverá a pasar y si tu me dejas, me gustaría quedarme a pasar la noche contigo

—¿Lo dices en serio?

—Claro que si, pero si hay algún problema por tus padres..

—No me vengas con esas idioteces, por supuesto que me encantaría que estuvieras aquí conmigo, nada me haría mas feliz pero, sin interrupciones. Ambos con el celular apagado, ¿aceptas?

—Lo que mi princesa pida

Noah:

Era la primera vez que me enamoraba, lo que sentía por ella era algo muy grande, siempre ahí cuando mas la he necesitado, cuando no la veía sentía esa necesidad de estar con ella, de verla. Ella era todo lo que un hombre podia pedir, una mujer que amaba ayudar a los demás, humilde, con un gran corazón y sin dejar de lado lo hermosa que era, nunca había pensado en algún día casarme o formar una familia pero con ella; diría sí a todo.

Bonn, Alemania

Desde la reunión que Daan tuvo no volvió a ser el mismo, en todo momento se encontraba nervioso, incluso cuando sonaba alguno de los celulares, ya no se sentía tan seguro de la decision que había tomado ya que parte de su familia iba a salir herida. Normalmente Ysabella y Ella Rose se la pasaban juntas en sus habitaciones ya que por un corto tiempo tenían que permanecer en casa, al parecer solo por precaución.

Necesito decirte algo Ysa, no he sido del todo honesta —dijo mientras se acomodaba una almohada encima de sus piernas— ¿Debería de preocuparme? —dijo mirándola fijamente y mostrando cara de angustia— Tranquila, no hice nada fuera del otro mundo, creo. Déjame te platico todo y al final me dices que piensas al respecto.

Esa gran confesión que Ella Rose iba a hacer, estaba por abrir una de las mayores sospechas que habrían. Días atrás había estado en casa de una amiga, con la cual había durado cerca de 4 días o al parecer era lo que su familia pensaba, en realidad se encontraba en Hamburgo donde pasó esos días en compañía de su novio; Andrew Khan.

¿Es en serio lo que me estas diciendo? ¡No lo puedo creer! Cuéntame todo y no omitas detalles —esa no era la reacción que se esperaba— Espera, ¿no estas enojada? —dijo Ella Rose frunciendo el ceño tratando de entender su emoción— Por supuesto que no, yo hablé con papá para que te dejara ir a Londres pero me fue imposible hacerlo cambiar de opinión —


En efecto, en esos 4 días había pasado absolutamente de todo, tuvieron sus momentos mágicos, como ella solía llamarlos, trataron de no tener ninguno con tristezas, excepto el día que Ella Rose decidió abrirse completamente hacia él contándole sobre el comportamiento tan extraño que su padre tenía, dejando un poco a Daan en desventaja, ahora sabía la razón por la cual Andrew había viajado a Hamburgo.

Por otro lado, Daan se encontraba en su estudio leyendo el contrato una y otra vez, su instinto de padre o lo que sea que fuera estaba empezando a ganarle, un remordimiento era lo que se le venia encima, ¿cómo iba a lastimar a sus primogénitos? En ese momento no existía nadie mas, solo el contrato, su botella de ginebra y él, pero la soledad no estaba de su parte.

Corazon, ¿qué esta pasando? —dijo Ingrid, mientras entraba al estudio— ¿A que te refieres? Todo esta bien, solo estoy estresado —dijo mientras se quitaba la chaqueta— Yo se que las cosas no están bien, siempre estas paranoico, a la defensiva y nervioso por todo, hasta cuando suena el timbre, háblame con la verdad —Daan suspiró y la invitó a sentarse— Esto no es fácil para mi, estoy preocupado pero no por mi, sino por Ella, nos ha estado ocultando cosas —¿que se podia esperar de un hombre como él? ¿La verdad?— ¿Qué pasa con ella? Es normal que tenga secretos Daan, es una adolescente aún —Daan se exalta estrellando el vaso de cristal en la mesa— ¡No, no es normal! Nos mintió diciendo que iría a casa de Stacey cuando en realidad estaba en Hamburgo con ese noviecito —casualmente ella no lo tomó como él pensaba— Sobre eso, yo le di permiso de que fuera, ella en realidad quería verlo Daan, no podemos quitarle todo de una y desconozco la razón por la cual les tiene prohibido viajar a Londres e incluso salir de la casa.

Ambos permanecían en silencio, Ingrid solo esperaba una reacción de él para asegurarse de que su esposo no estaba planeando algo bueno, Daan solo seguía sirviéndose tragos y caminando de un lado a otro mientras pensaba en algún otro pretexto.

—Actuaste sin consultarme, ¿cómo pudiste? No debiste haber hecho eso, ya ni siquiera se si me estas ocultando mas cosas

—¡Como te atreves! No tienes derecho de decirme esas cosas, yo soy la que tendría que preguntarte que estas escondiendo pero no ocupo escucharlo de tu boca alcohólica, pienso averiguarlo a mi manera
—Tu eres la que no tiene derecho a indagar en mi vida, son mis negocios y yo sabré que hacer con ellos, así que te recomiendo que te saques esa idea de la cabeza

—¿Me recomiendas?


Continuara...

ELLA, el REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora